DE LOS LECTORES
Cartas & mails
Riesgo de vida I
No salgo de mi asombro al escuchar los comentarios de la doctora Carrió con respecto al decreto que autoriza a la policía a usar sus armas de fuego ante situaciones de riesgo de vida. En un país donde las fuerzas de seguridad están desprestigiadas y la constante es la humillación de las mismas y la falta de respeto hacia ellas, debería celebrarse con bombos y platillos ver un poco de sensatez y cordura. Se nota claramente que Carrió no tiene un hijo/a policía. Me gustaría vivir en una Argentina donde los policías les ganen a los delincuentes. Finalmente, me quedo pensando si Lilita vive en otro país o si están necesitando que se vuelva a hablar de ella.
Mariano Maurette
DNI 14.043.958
Riesgo de vida II
Además de violar todas las normas de decencia, la “doctrina Bullrich”, por la cual la Policía Federal podrá disparar por la espalda a quien sea sin dar la voz de alto, es llanamente estúpida. Ya los romanos preguntaban: ¿quién cuida a nuestros cuidadores?, porque sabían que los guardianes no son confiables. En los Estados Unidos, los casos en que un policía acribilla a un hombre desarmado, casi siempre de raza negra, se han multiplicado en los últimos años y hasta se ha inventado una nueva palabra para describir el proceso de mentiras que inventan frente al juez para salir del aprieto: testilying, algo así como mentir mientras se testifica. Es dudoso que estos ataques policiales a gente inocente ayuden a la larga a establecer la seguridad de toda una sociedad. Según el presidente Macri, llevará mucho tiempo educar al argentino para que aprenda a ser civilizado. No creo que este protocolo fascista sea la forma de hacerlo.
Leonardo Peusner
Arenales 3654,
Mar del Plata
El armazón del G-20
Propongo olvidar por un momento a quienes se debe el indiscutible éxito nacional que alcanzó el recién concluido G-20, que ya está siendo reconocido a nivel mundial. Asimismo, sugiero dejar de lado, apenas por un rato, tanto su contenido como sus beneficios, puesto que, como en toda acción, cualquiera que sea su envergadura, ellos son intercambiables. En cambio, intento que nos concentremos en el notable hecho de que unos miles de argentinos, en el contexto de la inviabilidad grupal que nos atribuimos, hayan sido capaces de privilegiar un objetivo común, de hacer uso de las herramientas necesarias para su concreción, y de alinear meticulosamente sus esfuerzos y los de los países colaboradores para llegar a materializarlo. No cabe duda de que, dentro de ese número de personas actuantes, encontraríamos pensamientos disímiles, experiencias diferentes y aun ideologías opuestas. Sin embargo, todos ellos, desde disciplinados funcionarios que relegaron supuestas o reales internas hasta líderes de organizaciones sociales acostumbradas a manifestar sus controversias, depusieron como en bloque todo aquello que fuese en contra de un mismo y único objetivo: brindar una positiva imagen de nuestro país ante los importantísimos espectadores del evento. ¿No demuestra ello que es necesario llegar a ese grado de armonía y unidad en el accionar para que se pueda proceder al inicio de soluciones para los grandes temas del país? Quienes sostienen una figuración personal de por sí divergente, ¿se creen capaces de estructurar de manera independiente tamaño esfuerzo en su imprescindible dimensión? ¿No sería más patriótico, o sea, más ventajoso para la Nación que dicen defender, y en la que tanto él como sus descendientes están destinados a habitar, que sumen su reconocible capacidad a una tarea conjunta que, ella sí, pueda servir para enfrentar los grandes desafíos?
El G-20 2018 nos da el mejor y más actual ejemplo de lo que nos es posible. El rol de las técnicas organizativas y el de los equipos que requiere su implementación no puede ya ser despreciado en favor de las lustrosas, pero insuficientes persona-
lidades individuales.
No en vano un significativo segmento de nuestra historia quedó denominado “Organización Nacional”.
Gerardo Segura
DNI 5.307.498
Engorroso
Le escribo porque quisiera decirle al señor Presidente que, al igual que muchos argentinos, lo voté ilusionada buscando un cambio positivo. Lo que encontré, como contadora, fueron más impuestos, más complicaciones en la liquidación de los mismos, más carga administrativa para los ciudadanos, pocos beneficios para pymes (a los que es difícil y engorroso acceder) y, sobre todo, más inflación. Es más difícil para mí sobrevivir hoy que hace unos años, con el gobierno anterior. Promesas de campaña incumplidas resuenan en mi cabeza, pensando a quien votaré en las próximas elecciones. Florencia Franchino ffranchino@ffcontadora.com
Punto de inflexión
Entiendo que los sucesos ocurridos en los estadios de River Plate y All Boys hace unos días son un punto de inflexión. De las decisiones que se tomen al respecto depende el futuro de muchas cuestiones, mayoritariamente ajenas al ámbito futbolístico. Marcelo Muñoz Wright hmarcelomw@hotmail.com
Mal menor
Con el mayor de los respetos discrepo de la carta de la lectora Laura Smith Estrada sobre la desilusión de la presunta mayoría de los votantes de Cambiemos, de la que me excluiría, por sus magros logros y grandes desaciertos. La coalición de gobierno ha enfrentado una mayoría opositora en ambas cámaras, que la obligó a hacer concesiones para poder aprobar muchos proyectos con enmiendas. Dice la lectora que ha cedido a presiones de lo que llama “grupos violentos”, cuyos intentos desestabilizadores ellos mismos reconocieron sin escrúpulos. No abrir la economía al mundo se contradice con lo expresado en el G-20 por los gobernantes de los países desarrollados. El texto de la carta me recuerda al ciego que se quejaba ante Dios : “Nada hay peor que la ceguera”, decía. En tanto una voz desde el cielo le contestaba: “Perder la visión de la realidad”. Carlos Augusto Bottino carlosbottino@fibertel.com.ar