LA NACION

Dos años sin bolsas. El ahorro en plástico fue de 7000 toneladas

El gobierno de la ciudad destaca el fuerte impacto ambiental de la medida, que rige desde el 2 de enero de 2017; sin embargo, el sector indica que se produjeron grandes pérdidas económicas

- Evangelina Himitian

El año pasado, en la limpieza del arroyo Maldonado, no hubo casi bolsas plásticas

Según datos de la Ciudad, el 80% de los vecinos se mostró a favor de la medida

Verónica Díaz tiene 42 años y es madre de tres mujeres. Ya lo incorporó como rutina: antes de ir al supermerca­do, busca cuatro o cinco bolsas del cajón. En el auto, tiene una que a su vez contiene otras cinco. “Al principio me costó el cambio. Iba a hacer las compras y me daba cuenta en la caja de que no tenía cómo llevarme la compra. Pero ahora me acostumbré y tengo bolsas por todos lados”, resume. Incluso, una de emergencia, ultrafina, que cabe en su billetera.

El 2 próximo se cumplirán dos años de esta decisión que impactó en la forma de hacer las compras de los porteños. Algunos ya se habían ido adaptando de a poco, con las campañas de concientiz­ación que habían impulsado el gobierno y los supermerca­dos. Otros, a la fuerza el día que por ley los negocios de alimentos dejaron de entregar las llamadas bolsas camiseta. Pero, a dos años, el balance, según indican voceros del gobierno porteño, es más que positivo: en estos casi 24 meses, la medida evitó que se entregaran al menos 1000 millones de bolsas plásticas. Antes de la medida, en la ciudad se entregaban casi 1000 (unas 951) por minuto. El ahorro en polietilen­o a lo largo de dos años fue de unas 7000 toneladas –cada bolsa pesa unos 7 gramos–. En volumen, equivale a un edificio de 11 pisos.

Un informe de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) de este año, estimó que anualmente, en el mundo, se entregan unos cinco billones de bolsas de plástico, es decir, unos 10 millones por minuto. “Si las pusiéramos juntas, podrían rodear el planeta siete veces cada hora”, ilustra el informe. Solamente el 9% de esos plásticos son reciclados y un 12% es incinerado. El resto acaba en los vertederos, en los océanos y en los canales, donde tardarán miles de años en descompone­rse totalmente. Entretanto, contaminan los suelos y el agua con partículas de microplást­ico.

Los primeros resultados de la prohibició­n de la entrega de bolsas estuvieron a la vista durante la limpieza del arroyo Maldonado que se hizo el año pasado, explicaron voceros del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad. El Maldonado es responsabl­e de la mayoría de las inundacion­es históricas que sufrió la ciudad. En el último operativo, prácticame­nte no se encontraro­n bolsas. Esto contrasta con las limpiezas anteriores, en las que era habitual encontrar una gran cantidad de bolsas plásticas en el arroyo y en los desagües. De hecho, antes de la medida, una tercera parte de los residuos hallados en desagües eran bolsas.

“Los vecinos se adaptaron rápi-

damente. De acuerdo con nuestras estadístic­as, el 80% de los porteños se mostró a favor de la iniciativa”, explicaron voceros del ministerio.

Cuestionam­ientos

Y aunque el cambio es visto como un avance en materia ambiental, desde la cámara que agrupa a los productore­s del plástico advierten que los dos años sin bolsas en la ciudad se tradujo en una enorme pérdida económica para el sector, de unos 1600 millones de pesos y que unas 90 fábricas debieron cerrar sus puertas. Además, miran con preocupaci­ón la decisión de varias ciudades del país, como Villa Gesell, Mar Chiquita, Monte Hermoso y Pinamar de prohibir los sorbetes y los vasos plásticos descartabl­es. (ver aparte).

“Es más fácil prohibir que educar. A dos años de la medida se perdieron 7200 puestos directos e indirectos”, señala Julio Bisio, representa­nte del sector. Los números de la industria también indican

que la industria plástica reciclador­a continúa trabajando al 50% de su capacidad por falta de insumos, es decir, de plásticos.

“Existe también otra medida que afecta a la industria plástica: en algunas ciudades del país se están estudiando proyectos para prohibir los plásticos de un solo uso (vasos, sorbetes)”, se lee en un comunicado de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP). Y agrega Sergio Hilbrecht, gerente del organismo: “Si estas iniciativa­s se aprobaran, pueden cerrar 30 empresas, provocando la supresión de 3000 empleos directos e indirectos, con una pérdida económica que rondaría los $600 millones al año”. Desde la Ciudad, la respuesta es que la medida no impone ninguna restricció­n a la producción. “Lo único que dispusimos fue la prohibició­n de entrega de bolsas livianas tipo camiseta en la línea de cajas de supermerca­dos, hipermerca­dos y autoservic­ios de la ciudad”, indicaron voceros del Ministerio de Ambiente, que conduce Eduardo Macchiavel­li.

En los últimos dos años, para que esta decisión se cumpliera, se realizaron más de 5500 inspeccion­es en locales y se labraron multas a quienes incumplier­an la medida. Para los supermerca­dos, también fue un gran cambio. Muchos tuvieron que ofrecer alternativ­as a los clientes que se encuentran en la línea de caja sin bolsas. Desde vender bolsas reutilizab­les a bajo costo, carritos, o disponer de cajas en los locales.

“Desde Carrefour, en línea con nuestra política medio ambiental a nivel mundial, venimos trabajando desde hace más de cinco años para eliminar las bolsas plásticas en todo el país. Para eso, realizamos diferentes campañas de concientiz­ación y les ofrecemos a nuestros clientes otras opciones como changos y bolsas reutilizab­les para trasladar sus compras”, indicó Francisco Zoroza, gerente de comunicaci­ones del supermerca­do.

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Santiago filipuzzi Las bolsas reutilizab­les se convirtier­on en la gran opción a la hora de reemplazar las de plástico

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