LA NACION

UNA PRUEBA DIFÍCIL DE IMAGINAR Y TOLERAR

Hinchas de River y de Boca son consciente­s de que será duro el momento si toca la derrota, pero coinciden en que la vida pasa por circunstan­cias más importante­s

- TExTO Pablo Lisotto | FOTO Facundo Pechervsky

MADRID.- La postergada superfinal de la Copa Libertador­es de América entre River y Boca , extirpada de la Argentina por la Conmebol, como consecuenc­ia del ataque que sufrió el micro del plantel xeneize en su camino al Monumental el 24 de noviembre, ofrece un escenario superador. La mayoría de los habitantes de nuestro país, hinchas millonario­s y boquenses, tienen en sus manos un examen en el que hasta aquí han reprobado: aprender a perder.

Incluso, fue un tema al que Guillermo Barros Schelotto le dedicó un espacio durante su conferenci­a de prensa de ayer. “Dentro del desafío están la posibilida­des de ganar o de perder. Hay que destacar lo hecho por Boca y por River en esta Copa. Este año se dio una Libertador­es muy difícil. Desde cuartos de final en adelante casi todos habían sido campeones. Se jugó en un nivel altísimo y Boca y River lo hicieron muy bien. El domingo uno va a ganar y otro va a perder. Así es el juego.”

Consultado por la nacion, fanáticos de unos y otros imaginaron el contexto opuesto al que desean: un domingo por la noche derrotados. ¿Cómo sigue la vida de un hincha de River si es Boca el campeón de América en el Bernabéu? ¿Qué sentirá el fanático de Boca si River levanta la ansiada Libertador­es? ¿Es tan grave el día después?

Mechi tiene 36 años y es de River hasta la médula. “No sé cómo reaccionar­ía. Pero sí estoy segura de que el hincha se va a escudar en lo que pasó en las últimas dos semanas para restarle valor a la derrota. Antes, si perdía River me tenía que ir a vivir al Congo porque había gastado a todo el mundo ya que sentía que estaba ganado. Y ahora, si perdemos, va a jugar todo lo que pasó en el medio: que nos sentimos estafados, que se mezclaron todos los intereses, de las barras, políticos, dirigentes, y le vamos a restar valor a la derrota. Va a primar la bronca por todo lo que ocurrió; cómo podríamos haber ganado en mi cancha, y cómo ahora nos robaron.”

Marina es “muy bostera” desde que nació. Y resume en pocas palabras su punto de vista: “Desde que se murió mi viejo siento que nada es tan grave. Segurament­e voy a estar triste y la bronca va a durar años, pero sinceramen­te es mucho peor descender de categoría.”

Marcelo fue papá hace unos meses, a los 43. Sus prioridade­s cambiaron de forma rotunda. Anticipa que no es fanático, sino simpatizan­te. Y se engancha con la propuesta: “Mi vínculo con River es extraño. Fui más veces a la cancha con el equipo en la B que el resto de mi vida. Para aguantar, acompañar y demás. Sufrí mucho entonces porque vi sufrir a mi sobrino. Al día siguiente del descenso sabías que te ibas a comer un gaste, sabías que iba a estar el folklore por siempre. Todos los campeonato­s deseás que a Boca le vaya mal justamente por haber perdido la categoría. Como simpatizan­te y no como hincha, me imagino el escenario de derrotado y creo que sería una cagada. Pero al día siguiente me tengo que levantar, ir a laburar, seguir criando a Matías. A la vez hay un montón de condimento­s alrededor que hacen que uno quiera ser el ganador, pero está todo tan desvirtuad­o y tan vapuleado y manoseado, que considero que hasta pierde cierto valor”.

Jorge tiene 67 años. Presenció muchísimos River-Boca, entre ellos el de la triste tarde de la tragedia de la Puerta 12 en el Monumental, donde un año después celebró con la vuelta olímpica xeneize. Desde su voz experiment­ada explica: “Es posible que en caso de que pierda el equipo de uno es se sienta una gran frustració­n. Pero hay que entender que siempre está la esperanza de una revancha. La vida da oportunida­des para compensar alguna frustració­n. Boca es un sentimient­o muy grande, pero no es todo en la vida. Hay mucha pasión, pero la vida pasa por otro lado. La pérdida más importante es la de un ser humano. Es un deporte, es un partido, y solo uno va a ganar. Hoy lo veo así. ”

Martín, de 43 años se suma al juego con preocupaci­ón: “De solo pensarlo se me hace un nudo en la garganta. Sumar esto al eterno ‘riber’ me mata y me deprime, sumarlo a que Boca tenga otra copa internacio­nal y saque más ventaja me daría mucha bronca; que no hayamos podido ser locales en la vuelta como debería haber ocurrido me jode mucho. Pero la vida continúa. Será una espina, que no será excusa para dejar de alentar a los jugadores y a nuestro querido Gallardo, que ha llevado a River tan alto”.

Ahora analiza José, de 40 años: “Si Boca pierde a lo Boca, jugando bien, intentando y demás, estaré triste, con bronca, pero eso durará un par de horas. El lunes, un poquito más y saldré adelante”. Y amplía: “Porque soy súper hincha de Boca, voy a la Bombonera, lo disfruto, pero puedo desdoblar ese sentimient­o con mi vida cotidiana. Y si Boca juega mal, a cualquier cosa, sin una estructura ni una idea, ahí voy a estar muy caliente, enojado y puteando. Esa es la diferencia, creo.”

Lucas, de 43, considera: “Será muy difícil el escenario para el derrotado. Sin embargo, el fútbol posee algo casi mágico, y es que tiempo después siempre aparece la oportunida­d de redimir. Nosotros nos fuimos a la B, y de toda mi vida como hincha de River las alegrías más grandes fueron después de eso. Lo que significa que la vida del hincha necesita grandes derrotas para poder disfrutar luego los grandes triunfos. Es un juego.”

José Luis tiene 50 años. “De Boca desde la cuna”, anticipa. Y se prende al juego: “Si Boca juega bien y lo pierde creo que me daría bronca por haber estado tan cerquita de salir campeón, con lo difícil que es llegar a la final. Ojalá que les toque a ellos sentir todo eso.”

“la bronca me duraría años, pero es mucho peor descender” Marina hincha de boca “si perdemos va a jugar todo lo que pasó en el medio; que nos sentimos estafados y cómo nos robaron” Mechi hincha de RiveR

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