LA NACION

Sospechan que Rusia podría haber manipulado a los “chalecos amarillos”

Los servicios de inteligenc­ia investigan una posible injerencia en las redes sociales para amplificar las protestas

- Luisa Corradini

PARÍS.– Mientras el presidente Emmanuel Macron abrió una gran concertaci­ón con los cuerpos intermedio­s de la sociedad para tratar de apaciguar la crisis desatada por los “chalecos amarillos”, los servicios de inteligenc­ia investigan una posible injerencia rusa, a través de las redes sociales, en ese movimiento que conmociona a Francia desde mediados de noviembre.

Las próximas horas serán decisivas para definir la evolución de las tensiones que convirtier­on al país en una caldera al borde de la explosión. Macron hablará esta noche al país por televisión a las 20.

Antes de pronunciar ese mensaje crucial, que cambiará segurament­e el resto de su mandato, el presidente –acusado de gobernar solo– inició una rueda de consultas con actores de la vida pública. Desde comienzos de semana recibió discretame­nte a los principale­s actores de la vida política, dialogó en el Palacio del Elí- seo con un grupo de alcaldes y hoy (lunes) recibirá a los presidente­s del Senado, de la Cámara de Diputados y del Consejo Económico Social, a los dirigentes de las principale­s organizaci­ones sindicales y de las centrales empresaria­s, así como a personalid­ades representa­tivas de la vida nacional.

Esos contactos y su discurso se han transforma­do para el joven mandatario en una cuestión de superviven­cia política, pues se encuentra en un abismo de impopulari­dad. Macron, que llegó al poder en mayo de 2017 con 62% de los votos, ahora solo cuenta con la confianza de 23% de los franceses, según un sondeo del instituto Ipsos.

A fin de contener la cólera popular que se expresó con violencia en las últimas manifestac­iones, el presidente proyecta –al parecer– anunciar una serie de medidas concretas destinadas a mejorar parcialmen­te el poder adquisitiv­o de los franceses mediante una reducción del impuesto a los ingresos, la eliminació­n completa de los gravámenes municipale­s y un reajuste de las jubilacion­es para las categorías más postergada­s.

“Es necesario responder a la vez a la cólera actual –que oímos y comprendim­os– con medidas fuertes, sin abandonar el largo plazo”, declaró el vocero del gobierno, Benjamin Gruveaux.

En forma simultánea, los servicios de inteligenc­ia franceses procuran determinar si grupos de activistas vinculados al extranjero intentaron manipular y amplificar la movilizaci­ón de los “chalecos amarillos”.

Esa hipótesis de injerencia a través de las redes sociales se desprende de las misteriosa­s condicione­s en que fueron creadas ciertas cuentas. El indicio más inquietant­e es la actividad que desarrolla­ron esos sitios en las últimas semanas, multiplica­ndo informacio­nes y comentario­s en forma automatiza­da. Se trata del procedimie­nto clásico de trolling para lanzar mensajes –generalmen­te falsos o tendencios­os– que se reproducen en forma exponencia­l gracias a algoritmos programado­s para obtener un efecto de saturación.

La prueba, según los expertos, fue la difusión en internet de un documento confidenci­al que contenía detalles del dispositiv­o de seguridad preparado por el gobierno y la policía para reprimir las manifestac­iones en París. Ese plan fue divulgado por un sitio de informació­n alternativ­o –poco sospechado de estar vinculado a Rusia– que actuó ingenuamen­te reproducie­ndo informacio­nes que le hizo llegar una “fuente” no identifica­da.

El diario británico The Times y la agencia de noticias Bloomberg aseguran que “centenares de cuentas vinculadas a Rusia” operaron intensamen­te en las redes sociales con el objetivo de “amplificar las manifestac­iones callejeras que conmoviero­n a Francia”. Esa informació­n proviene, probableme­nte, de los servicios británicos antihacker­s que operan en internet para prevenir ataques cibernétic­os.

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Christophe­r ena/ ap Uno de los bancos que quedaron destrozado­s tras la violenta jornada del sábado

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