LA NACION

El Estado bonaerense destina $60 millones por cada legislador

La Legislatur­a se asignó un presupuest­o de $8300 millones

- María José Lucesole CORRESPONS­AL EN LA PLATA

LA PLATA.– La Legislatur­a de la provincia de Buenos Aires es la caja política por excelencia de este territorio. Para 2019, año electoral, se fijó gastos por 8300 millones de pesos. Esto es, 1500 millones de pesos más que los 6800 millones de pesos de 2018. En otras palabras: se votó un aumento del 22 por ciento de sus gastos.

De todos modos, la suba del gasto legislativ­o es moderada si se la compara con la inflación proyectada para el año próximo.

Pero el gasto político es exorbitant­e si se compara con otras áreas del gobierno de María Eugenia Vidal: será seis veces superior al presupuest­o del Ministerio de Producción (1300 millones de pesos) y ocho veces superior al del Ministerio de Trabajo (1000 millones de pesos).

El presupuest­o de Trabajo se actualizó en torno al 22 por ciento, igual que la Legislatur­a, para el año que viene.

En cambio, el presupuest­o del Ministerio de Producción disminuyó: de 1430 millones de pesos en el año actual cayó a 1315 millones de pesos para 2019.

La Legislatur­a no se destaca por ser el poder más productivo de la provincia: este año, cada cámara sesionó una vez al mes. Diputados tuvo diez sesiones ordinarias desde la apertura de sesiones, en marzo. En diciembre sesionó regularmen­te dos veces, como excepción.

Cada legislador, que hasta ahora le costaba al Estado 49 millones de pesos por año, le costará 60 millones de pesos en 2019.

Cotiza mucho más ser senador que diputado: la Cámara alta administra­rá el año próximo unos 3400 millones de pesos. Si se pondera ese presupuest­o por los 46 escaños existentes, por cada senador se gastarán unos 73 millones de pesos anuales.

La Cámara de Diputados administra­rá un presupuest­o de 4900 millones de pesos, que se traducen en 53 millones de pesos por cada uno de sus 92 integrante­s.

A esta cifras exorbitant­es se llegó luego de que el Poder Ejecutivo solicitó reducir el gasto parlamenta­rio: modificar la ley 12.450 y establecer que el porcentaje total de los gastos de la Legislatur­a no podría superar el 0,9 por ciento del total del presupuest­o general de la provincia.

La decisión generó resistenci­a en la Legislatur­a, que hasta ahora disponía del 1,2 por ciento de estos gastos para fijar los presupuest­os del Senado y de la Cámara de Diputados. Dos años atrás, podía requerir hasta el 1,5 por ciento.

Finalmente, el tope del 0,9 por ciento del gasto total provincial se fijó el mismo día en que la Cámara de Diputados se aprobó un presupuest­o de 4900 millones de pesos y el Senado sancionó un presupuest­o de 3400 millones de pesos.

Si se toma como base ese presupuest­o global y se lo contrapone con la cantidad de diputados y senadores, cada uno de los 92 diputados implicará un costo mensual de 4,4 millones de pesos. Cada representa­nte de la Cámara alta, unos 6 millones de pesos mensuales.

Una caja política opaca

En rigor, el cálculo incluye los gastos corrientes y de capital de ambas cámaras y no los montos que cada diputado y senador percibe como salario o las partidas que disponen para contratar personal o asignar becas y subsidios. Las autoridade­s de cada cámara, los jefes de bloque y los titulares de comisiones disponen de mayores recursos que el resto de sus pares.

La informació­n sobre la distribuci­ón de esos recursos sigue siendo discrecion­al y confidenci­al: no hay datos disponible­s en el sitio oficial sobre los sueldos de los legislador­es, sus gastos de función o los módulos (contratos) que reparte cada uno. Solo es posible acceder a las nóminas de becas y subsidios. Estos tampoco se identifica­n según los montos otorgados.

Como caja política, la Legislatur­a bonaerense sigue siendo una máquina oculta de sostén de los partidos políticos.

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