Con murales gigantescos y coloridos, revitalizan el puerto arenero
La zona estaba abandonada desde hace décadas; los reconocidos artistas Bernardo Ezcurra y Alfredo Segatori pintaron coloridas figuras de animales en los silos; habrá veredas y senderos
El puerto arenero de Buenos Aires, junto a la Dársena F, empezó a perder su aspecto lúgubre y a llenarse de color a partir de la realización de gigantescos murales que le dan vida a la zona, olvidada durante décadas.
Las obras pertenecen a los artistas Bernardo Ezcurra y Alfredo Segatori; con una temática federalista, muestran los colores de las regiones, y la flora y fauna de la Argen- tina. Hay enormes reproducciones de horneros, águilas, yaguaretés, llamas y otros animales.
“Había una intención de conquistar el lugar, que estaba monocromo, castigado, abandonado. Se quería dar un golpe y la pintura fue la herramienta elegida. Creo que se cumplió el objetivo, de algo neutro se pasó a una caja radiante de luz y color. Es un primer paso”, afirma Ezcurra, que además de artista es arquitecto y ya dejó su huella en el viaducto de la calle Iberá, en el barrio de Núñez.
El mural de Ezcurra es mezcla de una representación figurativa con otra abstracta. Está el puerto con su maquinaria más la fauna y la flora argentinas, con algunas especies en riesgo de extinción, como un llamado de atención.
Por ahora, las obras están casi escondidas, porque la Dársena F no es un lugar por el que transite mucha gente, salvo los estudiantes que se toman los colectivos 33 y 45 para ir a Ciudad Universitaria.
Las construcciones existentes
son silos que están operativos. La mitad de la arena utilizada para construir en la Capital entra en buques por este puerto y luego es transportada a los silos mediante conductos subterráneos. El proyecto es sumar veredas, sendas peatonales y semáforos, para que las familias se acerquen y recuperar el río para los vecinos. Los camiones que hoy pasan a toda velocidad por la avenida Rafael Obligado desaparecerán cuando el año que viene se culmine la obra del Paseo del Bajo.
Además de los murales, los cambios incluyen unos cubos de colores que se colocaron en la escollera. “Es un lugar divino, imperdible, sería genial recuperar esto. Sin duda, el paisaje urbano es maravilloso. La infraestructura de arranque es increíble: las cajas de hormigón, las grúas abandonadas, la central eléctrica Puerto Nuevo... No se puede creer”, señala Ezcurra, que trabajó dos meses junto a su equipo para terminar el mural, al que define como “poderoso”.
Por su estilo, los murales de Ezcurra solo pueden apreciarse si se miran con detenimiento. En cambio, los realizados por Segatori son netamente figurativos, con animales de gran escala.
“El trabajo está en proceso, todavía. El 21 de diciembre se termina la primera parte y hacemos la inauguración. Va a haber una figura humana en el mural de las llamas. En marzo vamos a continuar con algo más abstracto, con personajes portuarios en los silos”, afirma Segatori, un prestigioso muralista que tiene otras obras en barrios como Palermo, La Boca, Villa Soldati y Coghlan.
Para poder pintar los murales, las paredes se trabajaron, se blanquearon y, sobre ese base, trabajaron los artistas. Las tareas fueron financiadas por los dueños de los silos, dentro de una política de inversión que les exige el gobierno de la ciudad.
En el entorno del puerto arenero avanzan también megaobras de infraestructura: el Paseo del Bajo, la construcción del nuevo puerto, la urbanización de la villa 31-31 bis y el relleno de la Dársena F para mejorar su operatividad.
Esta última va a tener un ingreso por el Paseo del Bajo. “Queremos vincularlo con el parque lineal que se va a hacer donde hoy está la Illia y con la Costanera Norte, donde va a estar el Distrito Joven, que tendrá parques junto al río, con un borde costero”, detalla Ramiro López Saubidet, gerente coordinador de la Administración General de Puertos y encargado del proyecto.
Saubidet confirma que la idea es que las areneras sigan funcionando, ya que tienen un aporte fundamental para la construcción de las obras de la Capital. “Lo que queremos es traer el río al entorno sin dejar de lado la operación portuaria, algo que se hace en el mundo”, señala el funcionario y destaca que hasta hace dos años, “la infraestructura del puerto era la misma que había en 1920, ideada por Luis Huergo”.