LA NACION

La “mafia” de Rosario baleó dos edificios de la Justicia

Vinculan los ataques con el crimen de un prestamist­a

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Con una diferencia de diez minutos, dos nuevos ataques a balazos alcanzaron al edificio del Tribunal Provincial de Rosario y al Centro de Justicia Penal (CJP), que fue blanco de un atentado por segunda vez en pocos meses. La principal hipótesis es que detrás está la mano de Los Monos. El líder de esta banda, Ariel “Guille” Cantero, fue condenado el jueves a 15 años de prisión por producción y comerciali­zación de estupefaci­entes, condena que se suma a los 21 años y seis meses que había recibido el 9 de abril pasado por asociación ilícita y un homicidio.

El Ministerio de Seguridad de Santa Fe sospecha que estos dos atentados, que suman a otros cinco contra edificios judiciales este año, no tiene relación con las condenas por narcotráfi­co sino con el cierre de un boliche bailable de la zona sur de la ciudad que era una de las nuevas fuentes de financiami­ento de la banda.

Club Fire, de Oroño al 4700, fue clausurado anteanoche. Según fuentes judiciales, es manejado por miembros de Los Monos; varias escuchas telefónica­s ponen este negocio como uno de los sitios a los que acudían jóvenes que perpetraro­n los 16 ataques anteriores contra propiedade­s de jueces e investigad­ores judiciales, en una serie de intimidaci­ones que comenzó el 29 de mayo último.

Según advirtiero­n a la nacion fuentes de Seguridad de Santa Fe, con los boliches Los Monos recaudan unos dos millones de pesos mensuales. Se sospecha que detrás de los ataques contra los edificios judiciales estén involucrad­as, como ideólogas, las mujeres de la banda que a pesar de haber sido condenadas por la Justicia federal permanecen con detención domiciliar­ia, como Vanesa Barrios, pareja de Guille; Jessica Lloan, esposa de Jorge Chamorro, y Celestina Contreras, la madre de Cantero. Las dos primeras fueron condenadas a 12 años de prisión y la mamá de Guille, a 10 años.

El primero de los ataques de ayer se produjo en el edificio de Balcarce y Montevideo, donde funciona el tribunal por el cual cada día transitan más de 8000 personas. Poco después de las 2.30 los balazos impactaron en dos lugares: en la puerta giratoria que está ubicada en el ingreso de la calle Balcarce, los peritos contaron cuatro impactos; en otra entrada fueron cinco tiros.

En la vereda del edificio la policía encontró un cartel de cartón con la leyenda: “Con la mafia no se jode. Atte, Esteban Alvarado”, un exconvicto que ahora está prófugo por el reciente asesinato de un prestamist­a junto a cuyo cadáver apareció un cartel idéntico.

Diez minutos después, los tiros resonaron en el edificio nuevo del CJP. Cinco tiros destrozaro­n los vidrios del frente, en el sector que ocupa el Ministerio Público de la Defensa.

Se cree que en ambos episodios actuaron tiradores montados en una moto. Se analizaron las cámaras de seguridad, pero no se pudo identifica­r a los atacantes.

Jorge Perlo, secretario general del sindicato de empleados judiciales, admitió la preocupaci­ón de los trabajador­es tras los dos ataques. El gremialist­a puso en tela de juicio las condicione­s de seguridad del CJP. “El edificio es todo vidriado y las balas lo perforan fácilmente”, dijo Perlo, en diálogo con Radio 2.

Seguidilla intimidato­ria

El primer ataque contra una sede judicial de este año fue, justamente, contra el CJP. El 3 de agosto, hombres en moto balearon el edificio y, minutos después, atacaron una propiedad vinculada a la jueza Marisol Usandizaga, del tribunal que juzgó a Los Monos. En la vereda de esa propiedad ubicada en Libertad al 300 la policía encontró un cartel de cartón que llevaba escrito con birome: “Con la mafia no se jode”. Fue la primera vez que apareció esta advertenci­a a modo de leyenda.

Once días después fue baleada la sede de la Fiscalía de Rosario, en Montevideo al 1900, a una cuadra de los Tribunales atravesado­s ayer por las balas de la mafia local.

Siempre se sospechó que detrás de los ataques estaban Los Monos. En las pesquisas de los fiscales se cristalizó la sospecha de que los atentados fueron planeados por personas ligadas a la banda. Desde agosto fueron detenidas 13 personas, pero aún ninguna fue acusada en una audiencia imputativa.

Lo que causó sorpresa ahora es que, esta vez, junto a la leyenda “con la mafia no se jode” apareció un nombre: Esteban Alvarado. La Justicia interpreta que el mensaje podría estar vinculado con otro hecho que tuvo serias implicanci­as las últimas dos semanas. Para entender esta trama intrincada hay que remontarse al 13 de octubre, cuando el cadáver del prestamist­a Lucio Maldonado apareció con tres disparos, uno de ellos en la nuca, en un descampado cerca de la Circunvala­ción, a pocos metros de la autopista Buenos Aires-Rosario.

Entre las ropas del cadáver había un cartón con el inquietant­e texto. Tras revisar varios puntos de la pesquisa, los detectives judiciales atribuyero­n la autoría intelectua­l del crimen a Alvarado, una especie de “fantasma” que reapareció en los últimos meses y que está siempre cercano al crimen organizado y al narcotráfi­co local. Fuentes judiciales señalaron que el hallazgo del mensaje en la puerta de los Tribunales podría estar ligado a esta trama. “Fue una especie de devolución de favores”, interpreta­ron.

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Fotos de marCelo manera Los proyectile­s destrozaro­n la entrada del nuevo Centro de Justicia Penal
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Dos tiros atravesaro­n la puerta giratoria de la histórica sede de Tribunales

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