Menos bebés. Desconcierta a los científicos una caída en los nacimientos en la ciudad
En cuatro años bajó 18%, según el Anuario Estadístico de la Ciudad; se cree que no se debe a una postergación de la maternidad de mujeres profesionales, sino a un mejor acceso a métodos anticonceptivos
El dato sorprende e intriga a los científicos: hace cinco años, en la ciudad nacían cinco bebés por hora. En 2017, fueron cuatro. Es decir, bajaron un 18%, según el Anuario Estadístico de la Ciudad. La merma es más pronunciada en los hospitales públicos que en clínicas, y en los barrios de clase media-baja.
“Ya el año pasado la organización Panamericana de la Salud nos instó a estudiar las causas”, dijo Javier Meritano, secretario del Comité de neonatología de la Sociedad Argentina de Pediatría. Los especialistas creen que el fenómeno no se debe a una postergación de la maternidad en profesionales, como en las sociedades europeas, sino a una mejora en el acceso a métodos anticonceptivos.
En 2017, nacieron unos 7600 bebés menos que en 2013. Mientras que en 2013 nacieron 42.638 bebés, en apenas cuatro años, el número bajó a 35.021 nacimientos.
Las comunas en las que más bajaron los nacimientos (en números absolutos) son la 7, que abarca los barrios de Flores y Parque Chacabuco, y la 8, con Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati. Les sigue la 4, con La Boca, Barracas, Nueva Pompeya y Parque Patricios.
La baja de la natalidad en esos barrios explica el 40% de la reducción de los nacimientos en la ciudad.
La comuna 8 siempre fue el sitio en donde nacían más bebés. En los últimos años, la disminución fue muy notoria: en cuatro años nacieron 1049 bebés menos. En la comuna 4, la baja fue de 793 nacimientos, y en la 7 nacieron 975 bebés menos.
En porcentajes, calculando en función de la cantidad de partos que tenía cada comuna, se suma la comuna 9, que abarca Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda, donde los nuevos nacimientos bajaron un 25,5%.
“La baja es mayor en hospitales públicos que en clínicas. Y en barrios de clase media-baja. Es un dilema que se viene planteando en las sociedades científicas, porque para explicar el fenómeno no alcanza la teoría de la postergación de la maternidad por mayor cantidad de años dedicados al estudio, como ocurre en Europa”, explica Meritano, neonatólogo de la Maternidad Sardá.
“Tenemos pendiente un estudio serio sobre el fenómeno antes de decir que la ciudad está entrando en un decrecimiento demográfico. Sí pareciera que entramos en una meseta de natalidad”, agrega Meritano
Mientras en 2013 nacían 116 bebés por día, actualmente nacen unos 95. Junto con la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (Sogiba), la SAP se dispone a encarar una investigación médica y sociológica sobre la baja en los nacimientos.
“Existen publicaciones que analizan y dan opinión sobre el fenómeno, pero no se han estudiado las causas. Creemos que tiene que ver la gran inversión del Estado en los hospitales para promover el acceso a la anticoncepción. Este número podría estar reflejando que las mujeres de clase media-baja mejoraron su acceso a los métodos. Pero todavía no podemos decir que haya menos embarazos no deseados”, apunta Meritano.
En clínicas
En Buenos Aires, dos de cada tres bebés nacen en clínicas privadas, contra uno en hospitales públicos. Mientras en 2013 nacieron 14.226 bebés en hospitales, en 2017 nacieron 11.528. Es decir que hubo una baja del 19%. En cambio, en clínicas, en 2013, nacieron 27.375 bebés y en 2017, 23.419. Es decir que bajaron 15,3%. Por eso, los especialistas apuntan que la natalidad disminuyó más en la población que no accede al sistema privado de salud.
“Nosotros registramos a todos los bebés que nacen en la ciudad, gracias a que hoy los recién nacidos se inscriben en la misma clínica u hospital. Y ese número total, que históricamente se mantiene en torno a los 70.000 nacimientos, sigue estable. Sin embargo, lo que se reduce es la cantidad de porteños, y se incrementan los nacimientos de madres que viven fuera de la ciudad”, apunta Mariano Cordeiro, director del Registro Civil porteño, que depende del Ministerio de Gobierno.
Según sus números, entre 2015
Javier Meritano Soc. ARg. de PediAtRíA “Ya el año pasado la organización Panamericana de la Salud nos instó a estudiar las causas de la baja en la natalidad en la ciudad” Eduardo Valente SogibA “Las mujeres de clase alta son las que postergan la maternidad. en los sectores vulnerables lo que cambió fue el acceso al método”
y 2017 solamente hubo dos bebés de diferencia: de 71.531 a 71.529. Y para este año se estima que el número superará el del año pasado. La diferencia es que nacieron más bebés de padres que no viven en la ciudad.
Para los especialistas, la baja en la natalidad porteña se explicaría más por el hecho de que la ciudad tiene implementado un programa eficiente de prevención de embarazos que por la postergación de la maternidad por razones laborales.
“Las campañas hechas durante los últimos años han empezado a dar sus resultados. Las mujeres de clase media y alta son las que postergan la maternidad. Eso no ocurre en las clases bajas. En cambio, el acceso a anticoncepción efectiva y de larga duración, que no depende de la paciente, como puede ser el implante que se les coloca a las adolescentes, ha dado sus frutos”, explica Eduardo Valente, presidente de la Sogiba y director de la Maternidad Sardá, que concentra un 10% de todos los partos que se producen en la ciudad.
“En todo el sistema de salud, los partos bajaron entre un 5 y un 10 por ciento”, estima el doctor Mario Sebastiani, obstetra, miembro del Comité de Bioética del Hospital Italiano. Y hace una lista de las causas: primero, una “mayor responsabilidad parental”. Segundo, un mayor acceso a la anticoncepción, y tercero, el aborto, más accesible por el protocolo que autoriza la interrupción legal del embarazo y como un tratamiento ambulatorio.
“En los últimos años, los gobiernos han hecho una gran inversión en planificación familiar. Hay más acceso a métodos de larga duración y a la anticoncepción en general y eso se traduce en menos partos. Además, cada vez es mayor el número de mujeres que deciden que no quieren tener hijos y toman medidas. Mujeres con ligadura de trompas a los 20 o 25 años dejó de ser infrecuente”, dice Sebastiani.
“La maternidad como mandato perdió fuerza. Y la no maternidad dejó de estar estigmatizada. La posición de la mujer en la sociedad hizo que cambiara la visión cándida de tener hijos y la visión de la realización personal desde la maternidad”, concluye Sebastiani.