Aerolíneas busca una tregua
conflicTo. Es un monto fijo no remunerativo de entre $5000 y $30.000 y un aumento en dos tramos: 10% a partir de enero y 4% desde marzo
Presentó una oferta a los gremios: bono para diciembre y un aumento del 14%.
Con la idea de calmar el conflicto y solucionar la discusión salarial, Aerolíneas Argentinas envió ayer una carta a los seis gremios aeronáuticos con su propuesta: la compañía ofrece pagar con los salarios de diciembre un monto fijo de entre $5000 y $30.000 por trabajador y un aumento del 14% entre enero y marzo, a pagar en dos tramos.
Por un lado, la empresa ofreció pagar en diciembre una bonificación no remunerativa de entre $5000 y $30.000, que variará según la categoría de cada empleado y el gremio al que pertenezca. Uno de los más bajos, según explicaron en Aerolíneas con un ejemplo, correspondería a los auxiliares administrativos. “Con esa suma fija se cerraría el tema de la cláusula gatillo”, dijeron fuentes de la empresa.
Por otra parte, la propuesta incluye un aumento salarial del 10% a partir de enero y otro ajuste del 4% desde marzo, que integrarían la nueva paritaria.
Para Aerolíneas, la condición indispensable es que “continúe la paz social y que no haya nuevas medidas de fuerza”, mientras que los gremios plantean la remoción de las 376 suspensiones que aplicó la empresa para avanzar en la discusión. Además, la compañía pone como condición para la negociación “la apertura de una mesa de negociación acerca de nuevas formas de organización laboral y de interpretación de las normas laborales, que permitan mejorar la competitividad y la capacitación del capital humano”, según pudo saber la nacion.
Por el lado de los gremios, Pablo Biró, secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), dijo a la nacion que aún no habían recibido la oferta, pero que “no va a haber negociación posible hasta tanto no saquen las suspensiones y devuelvan el retroactivo de septiembre”.
El viernes pasado la empresa había citado a los sindicatos para definir distintos tópicos que deben resolver –cláusula gatillo, salarios de 2019 y reformas por productividad–, pero se negó a levantar las suspensiones que había aplicado a 376 empleados tras la protesta gremial del 8 de noviembre y ofreció analizarlas “una por una”.
Esto encendió las luces de alerta por parte de los sindicatos, quienes habían comunicado: “Nos declaramos en estado de alerta y movilización, por lo que no descartamos la aplicación de medidas de fuerza”.
Ese mismo día, los cinco sindicatos aeronáuticos (APTA, APA, UPSA, UALA y APLA) realizaron un “banderazo” en el Aeroparque por el 68º aniversario de Aerolíneas Argentinas, que continuó ayer a las 19 en Ezeiza.
Los sindicatos reclaman una compensación por los efectos de la inflación sobre los salarios de septiembre. El último convenio paritario contemplaba un aumento anual del 17% con cláusula de ajuste automático si la inflación que mide el Indec superaba esa cifra.
Esa cláusula se activó a partir de mayo y regía hasta el 30 de septiembre, cuando vencía el convenio. Los gremios reclaman la compensación del 6,5% correspondiente al IPC de ese mes, mientras que la empresa dice no haberlo pagado porque al momento de abonarse los salarios aún no se conocía el indicador, y que desde entonces debe discutirse el nuevo convenio.
El mes pasado hubo dos asambleas de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (los días 2 y 16), que se prolongaron aproximadamente por tres horas. Y el jueves 8 los cinco gremios del frente aeronáutico hicieron un reclamo (bajo la forma de una asamblea, que para la empresa fue una medida de fuerza) que duró más de 10 horas y terminó con 258 vuelos cancelados, 30.000 pasajeros varados y 376 suspensiones. Luego, el 26, se realizó un paro por 24 horas y al día siguiente se hizo una asamblea de todos los gremios vinculados al transporte.
Sin embargo, la pelea más profunda tiene que ver con cambios que la empresa quiere aplicar en el convenio colectivo de trabajo. En la lista de modificaciones están la posibilidad de vender los asientos de la clase ejecutiva de los que disponen los pilotos en los vuelos (siempre que tengan otro espacio), disminuir el número de “noches de posta” en vuelos internacionales para pilotos y tripulantes de cabina, y reducir el requerimiento de personal presente al momento de la carga de combustible.