Aumenta la incertidumbre en el mercado sobre la deuda argentina
Analistas explican qué sugiere la U invertida en la curva de rendimientos
La curva formada por el rendimiento de la deuda argentina comenzó a tomar en las últimas ruedas una forma de U invertida (ver infografía) que habla por sí sola: devela que el mercado evalúa que la próxima administración (que arrancará cuando el financiamiento provisto por el FMI comience a agotarse) algo deberá hacer con ella.
Solo de ese modo puede entenderse la brecha que se abrió entre los bonos a vencer hasta fin de 2019, cuyo pago se juzga “blindado”, y aquellos que caducan hasta 10 años después, los que parecen ser evaluados por los inversores incluso como más riesgosos que otros a madurar de 20 años en adelante.
El dato es seguido con atención y cada vez con mayor inquietud por los analistas que observan cómo se abrió en las últimas semanas una oleada de liquidación de los bonos locales, que hace epicentro en la deuda de mediano plazo.
La sensación es que los grandes fondos de inversión, ante la creciente aversión global al riesgo, decidieron en especial reducir su exposición final del año en deuda local. “Eso explicaría por qué en las últimas ruedas se mantienen a la baja y están operando de forma independiente a lo que sucede con otros emergentes”, dice Nicolás Rivas, analista financiero del Estudio Kotsias.
“El mercado está dando esa valoración. Toda la deuda de 2020 en adelante opera con la misma paridad y eso muestra que la incertidumbre se centra en el recambio presidencial y sus posibles implicancias”, observa Marcos Wentzel, de Puente.
“Lo que pasa es que los fondos emergentes están sobrecomprados en deuda argentina: tienen más papeles de los que quisieran tener después de haber sufrido muchos rescates durante el año. Y buscan llegar al segundo semestre del año que viene con la mínima posición a menos que algo en medio los anime a algo más”, sostiene Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IEB).
“Lentamente a partir de abril, el mercado se revirtió y terminó volviendo a precios que podríamos llamar ‘cristinistas’ o de posible reestructuración. Al recelo aportó las dudas que sembró la crisis sobre la viabilidad y la capacidad de pago, pero –sobre todo– la incertidumbre electoral”, sostiene Alejandro Henke, de Proficio Investment.
“La situación es tal que incluso hay bonos como el Discount ley Argentina que rinde 13,10%, la misma tasa que cuando el país, por imposiciones del juez Griesa en medio del conflicto con los holdouts, no podía cursar los pagos a los tenedores extranjeros”, indicó Rivas.
El dibujo en U invertida en parte fue fomentado por el acuerdo con el FMI, que concentró la asistencia para asegurar que la administración Macri concluya el mandato. Los desembolsos de ese organismo cubren 54% de las necesidades financieras del Gobierno en 2019 (y reducen al 60% la obligación de refinanciar deuda interna como LETE), pero solo 15% de las previstas para 2020, lo que obligaría a volver al mercado.
“El dibujo se forma porque mientras en el tramo corto está la protección del FMI, lo que deja títulos rindiendo al 3 o 3,5%, pero para lo que sigue se empieza a creer en un escenario tipo Ucrania: una reestructuración ordenada que afectaría más a los bonos del tramo medio que los del largo”, explica Norberto Sosa.
El fenómeno se agudizó porque la desconfianza externa (reflejada en el riesgo país de 757 puntos) “empezó a contagiar a algunos locales que desarman posiciones por miedo a la posibilidad de una reestructuración de deuda cuando no estén más los dólares del FMI”, explica Rivas.