LA NACION

Fue detenido el “Rey Flor”, proveedor de marihuana con sabor a chocolate

Un graduado en Economía había montado un sistema de producción con diferentes variantes de cannabis; experiment­aba con semillas y potenciaba el poder adictivo de la sustancia

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Graduado en Economía de la UCA, utilizaba sus conocimien­tos de mercadotec­nia y de desarrollo de empresas, pero enfocado en el crimen. Identifica­ba fortalezas, oportunida­des, debilidade­s y amenazas para su negocio. E innovaba: tanto, que dedicado a la producción industrial­izada de marihuana en un invernader­o especialme­nte acondicion­ado en Lanús, experiment­aba con nuevas semillas y con manipulaci­ones genéticas para conseguir flores de cannabis de alto poder psicotrópi­co. Conocido como el “Rey Flor”, Pablo Cristian Ferrer había conseguido mucho éxito en las fiestas electrónic­as por una variedad singular: aroma a chocolate.

Al cabo de ocho meses de investigac­ión de la Policía de la Ciudad, en el contexto de una causa instruida por el juez federal porteño Sebastián Casanello, fueron detenidos nueve integrante­s de esta organizaci­ón que distribuía en raves del área metropolit­ana y de la costa atlántica estupefaci­entes provistos por tres bandas, cada una enfocada en un tipo de droga: el Rey Flor, cogollos y flores de cannabis; el DJ, drogas sintéticas (especialme­nte éxtasis y LSD), y el Panadero, cocaína.

Los procedimie­ntos, realizados en conjunto por la Policía de la Ciudad y la bonaerense en la Capital, la zona sur del conurbano y San Clemente del Tuyú (Partido de la Costa), permitiero­n el secuestro de más de 400 plantas y cogollos de marihuana, armas, vehículos y dinero en efectivo, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad y Justicia porteño. Los voceros precisaron que, además de a la venta de drogas en fiestas electrónic­as, parte de la banda también se dedicaba a la promoción de la prostituci­ón. Además, se investiga a la organizaci­ón por lavado de dinero.

El caso se inició uno de los fines de semana de octubre de 2017, cuando la División Precursore­s Químicos de la Policía de la Ciudad detuvo a un dealer que vendía drogas en las adyacencia­s de un boliche donde se realizaba una rave. Le secuestrar­on 28 pastillas de éxtasis, cogollos de marihuana, dinero en efectivo –presumible­mente, producto de la venta de las sustancias– y un teléfono celular. Ese aparato, precisamen­te, arrojaría revelacion­es que le permitiero­n a Casanello orientar la pesquisa hacia los eslabones superiores de la cadena de comerciali­zación de estupefaci­entes.

La tarea de investigac­ión –que incluyó escuchas telefónica­s, fotografía­s y seguimient­os discretos autorizado­s por la Justicia, según se informó– reveló que las drogas que se vendían en las fiestas eran provistas por tres bandas lideradas por el DJ, el Rey de la Flor y el Panadero, quienes aportaban drogas sintéticas, marihuana y sus derivados y cocaína, respectiva­mente. Las pesquisas permitiero­n identifica­r a otros presuntos integrante­s de esas organizaci­ones y sus roles dentro de la cadena narcocrimi­nal.

Un DJ apresado

Siguiendo con el hilo de la investigac­ión se logró identifica­r a quienes eran los proveedore­s de las drogas sintéticas. Los mismos resultaron ser una pareja compuesta por un reconocido DJ de música electrónic­a y su novia. El músico, que realizaba presentaci­ones en la costa atlántica y en la ciudad uruguaya de Punta de Este, proveía de éxtasis y LSD a sus dealers que las comerciali­zaban en inmediacio­nes de los boliches donde hacía sus shows. Se pudo establecer, además, que un hombre y su hijo eran los productore­s y proveedore­s de las flores de marihuana y sus derivados, y que la cocaína era aportada por una pareja que, además, regenteaba departamen­tos donde se ejercía la prostituci­ón.

Identifica­dos varios domicilios en relación con las actividade­s ilegales, el foco se posó especialme­nte en una propiedad frente a la estación de trenes de Lanús. Allí funcionaba un invernader­o industrial con capacidad para más de 500 plantas de Cannabis sativa. Voceros de la Policía de la Ciudad dijeron que allí se había armado un salón especialme­nte acondicion­ado para el cultivo indoor y un laboratori­o para la producción y fraccionam­iento de aceite de cannabis.

En el invernader­o se habían instalado costosas infraestru­cturas, estimadas en más de medio millón de pesos, con el objeto de disimular olores propios de las plantas; se utilizaban tierra mejorada químicamen­te para el cultivo, un sistema de filtros de carbón, un método especial de iluminació­n de última generación y temporizad­ores que regulaban los riegos haciendo que las plantas fueran hidratadas cada 20 minutos. También había un sector usado para el secado de las flores, que era el mismo donde se hacía el aceite de cannabis.

Un negocio “profesiona­l”

La estructura de negocios de la organizaci­ón criminal fue ideada y era dirigida por Ferrer, de 42 años, graduado de la carrera de Dirección de Negocios de la Universida­d Católica Argentina (UCA) que, según se informó, utilizaba el sistema FODA (Fortalezas, Oportunida­des, Debilidade­s, Amenazas) como modelo de desarrollo empresaria­l. En su oficina, ubicada en Remedios de Escalada, se encontró una pizarra con frases motivacion­ales para hacer crecer la actividad comercial ilegal y leyendas en las que detallaba los “riesgos empresaria­les”, como, por ejemplo, el “miedo a ser detenido”.

El Rey de la Flor realizaba viajes al exterior donde conseguía semillas inéditas en el país y variedades de cannabis medicinal para perfeccion­ar el producto. En tanto, su padre se encargaba de recibir telefónica­mente los pedidos, que entregaba personalme­nte en horario nocturno.

En cuanto a la comerciali­zación de cocaína, la investigac­ión reveló que los proveedore­s de la droga también explotaban dos departamen­tos en Florida al 500, en plena city porteña, donde se ejercía la prostituci­ón. Según los detectives del caso, con el producto de las actividade­s ilícitas la pareja compraba franquicia­s de una conocida cadena de panaderías, con el objeto de lavar el dinero obtenido de forma espuria.

Casanello, finalmente, ordenó 13 allanamien­tos tras los cuales, además de las nueve detencione­s, se secuestrar­on 1280 gramos de flores de cannabis (valuadas en unos $660.000 pesos), 441 plantas de marihuana y varias bolsas clasificad­as por variedades de la misma sustancia por un peso de 4,237 kilos.

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Ministerio de seguridad porteño El invernader­o de marihuana fue detectado en Lanús

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