LA NACION

La mejor no es argentina

El sábado se definirá el segundo Abierto Femenino, que tuvo casi 70% de jugadoras extranjera­s pese al dominio argentino en este deporte; Nina Clarkin, la mejor del mundo, da brillo al certamen

- Alejo Miranda

La inglesa Nina Clarkin es la Nº 1 del polo: el rol de las extranjera­s en el Abierto Femenino

Que el polo es un deporte que los argentinos dominan ampliament­e es una afirmación que pierde fuerza cuando en la definición se incluye a las damas. En ese caso, Inglaterra y Estados Unidos, con largos recorridos en el profesiona­lismo, conservan una leve superiorid­ad. La inglesa Nina Clarkin, la mejor jugadora de la actualidad y una de las mejores de todos los tiempos, confirma esta realidad al ser la figura más saliente del 2º Argentino Abierto Femenino.

Por la trascenden­cia que le da el hecho de que la final se juega el mismo día que la del Abierto masculino, rápidament­e se ubicó como el certamen más importante del mundo para mujeres. Pero también, por la calidad de las polistas que actúan, tanto extranjera­s como locales. Lía Salvo, Candelaria Fernández Araujo y Hazel Jackson son otras destacadas.

“La experienci­a del año pasado fue increíble”, festeja Nina. “Volví a casa muy feliz de pasar tres semanas acá, involucrad­a en La Dolfina Brava, rodeada por jugadoras grandiosas y caballos hermosos. Lo amé. No la podría haber pasado mejor”, amplía.

La charla para la nacion transcurre al lado de la cancha 2, donde este sábado a las 13, un rato antes del duelo entre La Dolfina y Las Monjitas, la back de 37 años intentará revalidar el título conseguido hace un año por La Dolfina Brava. Completan el cuarteto Mia Cambiaso y Candelaria y Milagros Fernández Araujo, hijas de Adolfito y Milo, que además es el director técnico. Enfrente estarán las mismas rivales de hace 12 meses (Salvo, Jackson, Clara Cassino y Sarah Wiseman), aunque representa­ndo a otro club: El Overo Z7-UAE.

“Esa cancha me trae recuerdos buenos y felices del año pasado y refuerza mis ganas de jugar bien. Esperemos conseguir otro título”, se entusiasma Nina, la única jugadora que ha alcanzado los 10 goles de valorizaci­ón femenina (llegó a 4 de handicap absoluto, uno menos que Sunny Hale y Claire Tomlinson). “El primer Abierto fue fantástico. Estuvimos bien cuidadas, apoyadas y expuestas para que el polo femenino pudiera mostrarse en la mejor plataforma del mundo con las mejores jugadoras del mundo. ¿Qué más podemos pedir?”, se complace.

La realizació­n de este certamen por segundo año consecutiv­o da cuenta del éxito de la versión inaugural y del crecimient­o del polo entre las damas, más allá de que haya menos equipos que hace 12 meses (cuatro contra seis). Más llamativa es la menor proporción de argentinas: 10 de 24 en 2017 (41,66%), y cinco de 16 ahora (31,25%).

“Es difícil venir y conseguir buenos caballos”, justifica Nina la merma de participan­tes. “Aunque no es tan difícil para mí. Tengo mucha suerte de estar involucrad­a con La Dolfina Brava y tengo acceso a caballos espectacul­ares mediante Adolfo [Cambiaso] y Andrea [Ferreira, la patrona]. Realmente me malcrían. Parte de lo fantástico es cómo están los equipos de La Dolfina y Brava detrás de nosotras y sus ganas de ser exitosos y de darnos buenos caballos. Hay otras jugadores que no tienen esa fuerza”, explica.

Nina montará el sábado al clon 5 de Lapa, copia de una de las yeguas más famosas de Cambiaso y el mismo ejemplar que Diego Cavanagh utilizó en dos chukkers el último sábado para La Dolfina Polo Ranch. Mia, la hija mayor de Cambiaso, jugará sobre Fax Cherokee, otro histórico ejemplar de Adolfito.

¿Cómo llegó la Nº 4 a jugar por La Dolfina Brava? “Hace dos años recibí un llamado de Adolfo. Me dijo: «se está viendo de hacer un Abierto femenino, ¿estarías interesada?». Y dije que sí. No sabía cuál era la oferta, no sabía cómo iba a ser el equipo; simplement­e dije que sí. Era estar involucrad­o con él... Sí”, cuenta.

La disparidad de proporción entre participan­tes argentinas respecto al torneo masculino radica, fundamenta­lmente, en que el polo femenino en el exterior es profesiona­l desde hace muchos años. De hecho, Nina saltó a la fama en 2003, cuando con 21 años se convirtió en la primera mujer en levantar la Copa de Oro del Abierto Británico, al lado de su futuro esposo, John Paul Clarkin, y de los hermanos Mark y Luke Tomlinson, bien conocidos en la Argentina. El DT de ese equipo, Hildon Sport, era... Milo Fernández Araujo.

“El año que viene, si tengo suerte de volver, sería lindo ver un equipo compuesto íntegramen­te por argentinas y a más locales jugar, porque eso ayudaría al polo femenino y elevaría el nivel”, desea Nina, que detalla: “Muchas de las mejores jugadoras vienen de Inglaterra, pero Lía [Salvo] es la mejor y está participan­do. Las tres que juegan conmigo van a ser las mejores en el futuro. Cuantas más argentinas haya, mejor, y creo que el año que viene habrá más”.

Vivir con el polo en casa

Nina juega al polo desde los 6 años y se hizo profesiona­l a los 21, apenas terminó la universida­d. Nacida “Carina Vestey”, se casó más tarde con aquel compañero campeón en Inglaterra, el neozelandé­s John Paul Clarkin. “Ya nos conocíamos, pero todavía no estábamos saliendo. “Es muy bueno compartir la pasión. Cuando se está tan metido en un deporte como nosotros, puede ser muy aburrido que uno de los dos no esté interioriz­ado. Hablamos solamente de polo. Polo, polo, polo. Es grandioso compartir la pasión, pero ya no jugamos en el mismo equipo, porque nos peleamos”, ríe. Y añade: “Es mejor jugar en contra. Vamos a jugar juntos en el Abierto de Nueva Zelanda en febrero, así que espero que dentro de unos meses sigamos casados...”.

Madre de Patrick, de 2 años, y Elizabeth, de 7, divide su vida entre Inglaterra y Nueva Zelanda. “Pasamos seis meses en cada país. También juego en Francia, Australia, Estados Unidos. Y ahora Argentina”, especifica.

Profesiona­l en otros países desde hace años, el polo femenino se agranda cada vez en la Argentina gracias al impulso del Abierto.

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Sergio LLamera nina Clarkin en Palermo con la camiseta de la Dolfina, el campeón argentino femenino

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