“el nivel de dependencia de la argentina es extremo”
El columnista político dijo que el país pasó del “vengan a invertir” al “vengan y ayúdennos”
“El Gobierno pasó de la premisa del 2015 de ‘vengan e inviertan’ a ‘vengan y ayúdennos para que no nos caigamos’”. Con este análisis, el columnista político Claudio Jacquelin resumió la transición que vivió la Argentina respecto de su posición ante el mundo. En una conversación con Gail Scriven, prosecretaria general de Redacción de la
nacion, durante la tercera edición de La Nueva Argentina, Jacquelin analizó el contexto en el que encontró al Gobierno la organización del G-20 y analizó las relaciones bilaterales a las que hay que prestar mayor atención.
“El Gobierno llegó con la premisa de que el mundo era bueno y estable, pero la realidad le demostró que es hostil e inestable”, describió el periodista, quien agregó que otra de las premisas con las que asumió Mauricio Macri era fue que ese mundo estaba esperando que la Argentina se abriera para llegar a invertir. “El mundo se puso muy complicado y podemos ver, por ejemplo, cómo la caída del precio del petróleo sumó una turbulencia más a las muchas que ha tenido el año”, agregó.
Con respecto a la relación con Estados Unidos y, en particular, con su presidente, Donald Trump, Jacquelin destacó la importancia de que el mandatario siga siendo el garante del préstamo que el país tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Donald Trump tiene el veneno y el antídoto para la Argentina: las medidas que tomó y la guerra comercial con China tuvieron un impacto tremendo en el país, pero también fue él quien levantó la mano para que nos prestaran la plata”, describió.
Para el columnista político, la frase “pasaron cosas”, que pronunció el presidente Mauricio Macri durante una entrevista con el periodista Jorge Lanata, quedará en la historia y define 2018, año en el que el Gobierno recibió al G-20 con una economía en recesión. “Hoy, el nivel de dependencia y fragilidad de la Argentina es extremo”, aseguró Jacquelin, quien justificó su visión aclarando que fue el “prestamista de última instancia el que nos sacó del colapso”, haciendo referencia al acuerdo del Gobierno con el Fondo.
Además, aclaró que el devenir de la relación entre China y Estados Unidos “es muy importante para la Argentina en cuanto permita seguir negociando con el país asiático” . Y remarcó: “La guerra comercial la estamos pagando todos”. Con respecto a la relación con el gigante asiático, Jacquelin afirmó que se trata de un tema central para sacar a flote muchos de los programas de participación público-privada (PPP) que “hoy están caídos, prácticamente muertos”. “Probablemente con China se puedan llevar a cabo obras que hoy son impensables”, evaluó. De hecho, durante la Cumbre del G-20, la Argentina firmó unos 30 acuerdos con China, que podrían sumar hasta US$3550 millones en inversiones en energía e infraestructura.
En este sentido, insistió en la importancia que tiene el trabajo en la diplomacia presidencial y el vínculo con otros mandatarios. “Establecer vínculos de confianza es una gran solución, es el primer paso”, sostuvo, y evaluó como conveniente el hecho de que la Argentina haya sido la anfitriona de la cumbre de mandatarios.
Jacquelin también aclaró que la Argentina debe tener en la mira las conversaciones entre Alemania y Francia con respecto al acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. En este sentido, alertó que si no se concreta en el primer trimestre de 2019 “por todos los cambios que va a haber en el mundo europeo por las elecciones que se vienen hay que pensar que quedará postergado para más adelante”. Incluso, el mismo presidente francés, Emmanuel Macron, puso en duda el acuerdo durante el G-20.
También mencionó un punto que puede verse impulsado por la organización del G-20, pero también por la devaluación: el turismo. “El Gobierno le está poniendo muchas fichas al turismo como una de las actividades económicas más importantes, sobre todo ahora que somos un país más barato para el mundo, no como el que teníamos hace unos meses, cuando convenía comer en París en vez de en Palermo”, destacó.