el periodismo, entre el “Watergate argentino” y el “petardismo lamentable”
El escritor y columnista de la nacion analizó el presente y el futuro de la profesión, marcada por aciertos –como los cuadernos de la corrupción–, pero también por errores
Del “Watergate argentino”, al “petardismo lamentable en un momento delicado”. Ese es el balance que el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz hizo respecto del periodismo argentino en 2018. En diálogo con Pablo Sirvén, secretario de Redacción de la nacion, reflexionó sobre el rol del “cuarto poder” en la Argentina, sus pecados y aciertos.
“El periodismo profesional produjo una de las mayores investigaciones, quizás el Watergate argentino, como es el tema de los cuadernos de la corrupción, que hizo un equipo de
la nacion. El escándalo de los Panama Papers lo llevó a cabo Hugo Alconada Mon, periodista del diario. Pero se vio también lo contrario, un petardismo lamentable en un momento delicado, durante los cinco meses que tuvimos de corrida cambiaria”, diagnosticó, y remató: “Este será recordado como el año en el que casi volamos en pedazos en la Argentina”.
Ante el planteo de Sirvén sobre si hay “dos periodismos, uno que blinda (como se dice desde la izquierda y el kirchnerismo) y otro alarmista”, Fernández Díaz aclaró que “no hay un blindaje al Gobierno, pero sí pecados”. Analizó: “Cuando entré al periodismo, ninguno pensaba en tener dinero ni hacerse rico o famoso, era parte de la bohemia y de lo que significaba ser escritor. En los 90 esto cambió y hoy tenemos un sistema periodístico muy poderoso y muy pendiente del dinero y de la fama”.
Durante su participación en la tercera edición de La Nueva Argentina, Fernández Díaz también reflexionó sobre el trabajo del periodismo político. “Hay periodistas políticos en la Argentina trabajando en cables y en radios que no están solventadas”, comentó, y explicó que el mantenimiento de este sistema durante el kirchnerismo “era muy fácil para los que no eran enemigos, iban y cobraban”. Y denunció: “Algunos de los que fueron críticos del kirchnerismo se presentaron ante el gobierno de Cambiemos a exigir una suerte de indemnización por lo que ellos habían hecho. No se la dieron y eso creó un resentimiento en algunos”.
Por otro lado, se refirió a cuestiones que “tienen que ver con la superficialidad absoluta”. El escritor dijo que el periodismo político es un mundo que está sobredimensionado en la Argentina. “La idea de que el periodismo reporta y piensa en el puro presente es una gran deficiencia del periodismo moderno”, evaluó, y continuó: “La historia política argentina explica muy bien qué pasó en estos años, qué sucede y qué puede suceder en el futuro”. También consideró que profetizar “ha sido un buen negocio durante muchos años”, algo que no solo correspondió a los periodistas, sino también a politólogos y economistas.
Por otro lado, Fernández Díaz sostuvo que la Argentina no se entiende al analizar las últimas declaraciones de un político, sino que es importante comprender la cuestión histórica. “Desde 1810, se discuten dos proyectos en el país. Así como se habla de ‘las dos Españas’, se puede hablar de ‘las dos Argentinas’: una que cree que hay que vivir con lo nuestro y que tiene una mirada conspirativa sobre el mundo, y otra más cosmopolita, que cree más en las instituciones”, dijo, y explicó que el desafío de los periodistas es levantarse contra esos supuestos que hicieron un enorme daño.
“¿Por qué no se aggiorna el peronismo?”, preguntó Sirvén. Fernández Díaz explicó que se trata de un discurso construido hace 50 años para Perón desde “el setentismo” y que luego penetró en el radicalismo. “Es la idea de que la izquierda es populista, la idea paranoica de que el FMI siempre es una herramienta de dominación”, describió, y aclaró que este discurso se transforma en un “problema grave” cuando se institucionaliza. “Nos falta una discusión plena, una batalla cultural contra ese modo de pensar, que, si realmente hubiera tenido una buena performance, no estaríamos discutiendo. Este es el núcleo del asunto”, explicó.
Con respecto al planteo actual sobre la falta de alternativas al peronismo, consideró que también puede convertirse en otra cosa. “Aspiramos a la construcción de un nuevo bipartidismo, con un partido moderno cosmopolita, una coalición, Cambiemos o algo mejor que Cambiemos”, contó, y reflexionó sobre la importancia de generar un centro nacional que sea institucionalista y que pueda alcanzar acuerdos como los de la Moncloa.
En cuanto a la gestión del gobierno de Macri, dijo que hubo “amateurismo político”. Y analizó: “Hubo pensamiento mágico de ‘esto lo resolvemos así nomás’... y no se resuelve así. No tiene mayoría en el Congreso, tiene sindicatos en contra y tiene lumpenizada la calle con barrabravas”.
También explicó que hay intelectuales en el mundo que están observando a la Argentina del pospopulismo. “¿Cómo se sale del populismo sin muertos o incendios? ¿Cómo se sale cuando el neopopulismo permanece en sus lugares económicos y sociales? ¿Cómo llevar a cabo una política con esas fuerzas, sacándole a la sociedad las cosas que no podían ser sustentables y sobrevivir al intento?”, cuestionó.
“Siempre le queda al no peronismo pagar la fiesta”, continuó, y agregó: “Es la fiesta de cinco años en la que un hada madrina estuvo regalando cosas que no eran sostenibles en el tiempo y, por otro lado, un ogro durante tres años sacándole cosas a la gente”, dijo, y cerró: “Esto es lo que se va a jugar en 2019”.