BOCA SIGUE CONFUNDIDO Y DEMORA LOS CAMBIOS
El presidente Angelici se reunirá con Barros Schelotto para delinear una elegante desvinculación, entre mil rumores; el sucesor del DT y las posibles ventas de Magallán, Pavón y Barrios, ejes de una agenda agitada
Madrid. Copa Libertadores. Finalísima. Superclásico. river. Y una derrota que quedará en la historia. Boca recién ensaya los primeros pasos para recuperarse del derrumbe vivió el domingo pasado. Pero duda, tiembla. Debe asumir decisiones deportivas, económicas y hasta políticas. El objetivo es el mismo de siempre: capturar el trofeo que se le escapó en el Bernabéu en tiempo suplementario. No sabe cómo, pero su obsesión para 2019 es volver a ser campeón de América.
Los hechos: el contrato de Guillermo y Gustavo Barros Schelotto finalizó luego del partido en Madrid. El presidente Daniel Angelici se cansó de repetir que cuando terminara la Libertadores se juntaría con el cuerpo técnico para evaluar el ciclo. El equipo xeneize se quedó si nafta en la carrera que más les importaba a sus hinchas. Y el que llegó primero a la meta fue river. El rival y la manera en que se perdió formarán parte de esa reunión entre los entrenadores y sus jefes.
Las señales hablan de fin de ciclo y se intuye una salida elegante: por lo que significa el Mellizo como referente de Boca, ídolo en su etapa de jugador. Pero, además, por su cercanía con el presidente Mauricio Macri. Un portazo con reproches cruzados no le haría bien ni a Boca ni a los propios protagonistas. De todas maneras, los mensajes son ambiguos y proliferan los rumores que hablan de una hipotética oferta para renovar el convenio por un año más. Ningún dirigente de Boca lo confirmó.
Más allá del inquilino del banco de suplentes, los apellidos que Boca mandará a la cancha en 2019 también serán otros. Es difícil que el club pueda negarle otra vez una transferencia a Lisandro Magallán, por quien Ajax (Holanda) volvió a ofertar 9 millones de euros. Algo parecido ocurre con Cristian Pavón, la figurita codiciada por media Europa hace seis meses. Pese a perder valor en el Mundial, el exjugador de Talleres de Córdoba mantiene un gran cartel y es uno de los vendibles. Algo parecido ocurre con Wilmar Barrios, el mediocampista defensivo al que –razonan en la Bombonera– volverán a tentar con euros y dólares.
El primer vocero de la reconstrucción debería haber sido el propio Angelici. Estaba previsto que diera una conferencia de prensa y que anunciara, entre otras cosas, cómo se desarrollarían los festejos por el Día del Hincha, celebrado ayer. Pero no. A último momento, el empresario del juego optó por el silencio. En los días posteriores a la derrota en Madrid, las redes sociales estallaron con el hashtag #AndateAngelici, un eslógan que ya había aparecido el sábado 24 de noviembre, cuando el máximo dirigente xeneize firmó el “pacto de caballeros” con river y la Conmebol para postergar la final de la Libertadores en el Monumental. Cuando el acta se viralizó, los simpatizantes y socios lo criticaron fuertemente por haber firmado que la agresión al micro había sido producto de “una piedra”, y “fuera del anillo de seguridad”.
Ayer, Boca tuvo otro ida y vuelta. Había anunciado en todos sus perfiles oficiales que tanto socios plenos como adherentes, e incluso hinchas comunes, podrían asistir a los festejos por el Día del Hincha en la mismísima Bombonera. Eso sí: debían retirar con antelación su entrada. Pero hubo un problema: la Policía de la Ciudad ahora depende de Diego Santilli. Y Santilli no es Martín Ocampo, el renunciado ministro de Justicia y Seguridad porteño, amigo del propio Angelici. Conclusión: bastó que no se pusieran de acuerdo en algunos requisitos del operativo policial para que el festejo en el coliseo xeneize se suspendiera. La Bombonera quedó cerrada. Y, también, se sepultó cualquier intento de cabildo abierto contra la administración Angelici en el club. Con los jugadores y el entrenador al margen de la crítica, los cánticos hubieran sido contra el máximo responsable de gestionar la crisis de los últimos días: agresión en el Monumental, reclamos ante la Conmebol y el Tribunal de Arbitraje Deportivo, y la decisión de jugar el encuentro decisivo en Madrid.
Así, y luego de la comunicación oficial de la inhabilitación de la Bombonera, los hinchas se concentraron en el Obelisco, epicentro habitual de los festejos de Boca, tanto a nivel internacional como local. No era lo que estaba previsto, pero varios hinchas pudieron, al menos, sacar a relucir su identidad azul y oro. Aunque tampoco faltaron algunos disturbios, especialmente en los alrededores del estadio.
Ya es tiempo de que los dirigentes hablen. Pero, sobre todo, las decisiones no se pueden demorar más. La primera determinación de peso tiene un doble apellido con peso específico en el mundo Boca: Barros Schelotto.