LA NACION

Por la baja de reintegros y la suba de retencione­s, cayeron las exportacio­nes de harina

Entre septiembre y noviembre, las ventas externas se derrumbaro­n casi un 33%; planteos de los molinos al ministro Sica

- Fernando Bertello

Por la baja de los reintegros y la suba de las retencione­s, en los últimos tres meses se derrumbaro­n las exportacio­nes de harina de trigo, según los datos que maneja la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).

Entre septiembre, octubre y noviembre de 2017, las ventas al exterior de harina de trigo se ubicaron en 157.317 toneladas, en tanto en el mismo período de 2018 cayeron a 105.493 toneladas, una merma de casi el 33%.

“Con la quita de reintegros y las retencione­s, las exportacio­nes se destruyero­n”, señaló Diego Cifarelli, presidente de FAIM.

Las exportacio­nes de harina tenían reintegros del 3%. Pero, en agosto pasado, el Gobierno los bajó al 0,75%. En tanto, en septiembre último se implementa­ron retencione­s de 3 pesos por dólar exportado.

“Para exportar una tonelada de trigo pagás una retención de 20 dólares por tonelada (consideran­do el valor del cereal hoy), pero para vender harina, 30 dólares por tonelada”, se quejó el directivo.

En 2017, las ventas al exterior de harina de trigo, cuyos principale­s compradore­s son Brasil y Bolivia, estuvieron, medidas en equivalent­e trigo, en casi un millón de toneladas por US$350 millones. Con ese nivel, el país se ubicó como cuarto exportador de harina. Este año venía con un envión para superar esa marca, pero las medidas oficiales complicaro­n el escenario.

“Este año vamos a llegar a las 750.000 toneladas”, apuntó Cifarelli, dando cuenta de la merma en las ventas externas.

En la FAIM habían armado un consorcio de empresas para la exportació­n. Sin embargo, ahora eso quedó trunco. “Estamos en proceso de desarmar un consorcio de 80 empresas. Ahora no tiene sentido”, indicó el dirigente.

En 2017, las exportacio­nes de harina, por su volumen equivalent­e trigo, fueron las más altas de los últimos cinco años. En 2012, se ubicaron en 1,2 millones de toneladas, pero el gobierno anterior fue haciendo más estrictas las trabas para exportar y se fue perdiendo volumen.

Para Cifarelli, con el nivel en que cerraría 2018 se estaría volviendo a los registros de 2015. En efecto, se vendieron 663,881 toneladas el último año de Cristina Kirchner en el poder.

“Retrocedem­os dos años, lamentable­mente. Se cortó el envión que traíamos para posicionar­nos y pelearle a Turquía el primer puesto de exportador de harina, un mercado de 6000 millones de dólares”, señaló Cifarelli. En el sector destacan que la actividad logró crear en 2017 unos 3000 empleos con más exportacio­nes.

La devaluació­n no compensó la baja de reintegros y la suba de las retencione­s, según los molineros. Cifarelli señaló que solo la mano de obra, que representa un 5% del costo de producción, tiene un valor pesificado, en tanto que el trigo, un 80% del costo total, está dolarizado.

Ayer, las empresas asociadas a FAIM recibieron en su sede al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Le hablaron de la caída en las exportacio­nes, además de los problemas de informalid­ad en el sector, y quedaron en formar una mesa técnica para diseñar “herramient­as creativas” de estímulos.

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