LA NACION

Cristina Kirchner, citada por tercera vez a indagatori­a en la causa de los cuadernos

El juez Bonadio también llamó a partir del 20 de este mes a los exfunciona­rios De Vido, José López y Baratta; deberán comparecer, además, unos 100 empresario­s

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Nuevo giro en la causa de los cuadernos de las coimas: en la medida más importante en lo que va del año, el juez Claudio Bonadio citó ayer a indagatori­a a la senadora Cristina Kirchner como parte de una serie de declaracio­nes que comenzarán el 20 de este mes. Será la tercera declaració­n de la expresiden­ta en la causa en la que está acusada de asociación ilícita para recaudar coimas de empresas contratist­as del Estado.

El llamado a indagatori­a también incluye al exministro de Planificac­ión Federal Julio De Vido y a los exfunciona­rios José López y Roberto Baratta, cuyo chofer, Oscar Centeno, registró en cuadernos los itinerario­s realizados durante varios años para recolectar pagos ilegales.

El caso fue revelado por este diario a mediados del año pasado y detonó una investigac­ión que llega hasta la expresiden­ta.

El juez Bonadio también convocó a declaració­n indagatori­a a un centenar de empresario­s investigad­os por haber participad­o en esas maniobras de sobrepreci­os y coimas. En el listado figuran, entre otros, el extitular de la Cámara Argentina de la Construcci­ón Carlos Wagner, Juan Chediack y Ángelo Calcaterra.

Cristina Kirchner volverá a declarar como acusada por los cuadernos de las coimas. El juez Claudio Bonadio dispuso que la expresiden­ta, funcionari­os kirchneris­tas como Julio De Vido, y un centenar de empresario­s vinculados a la obra pública vuelvan a declarar como acusados en el expediente, según informaron fuentes judiciales.

La decisión de Bonadio está fundada en una lista aportada por Ernesto Clarens, el hombre detrás de las finanzas de los Kirchner, que entregó esos datos cuando se presentó como arrepentid­o. Clarens había apuntado a un grupo de empresario­s como quienes pagaban habitualme­nte sobornos para quedarse con contratos de obras públicas que administra­ba el Ministerio de Planificac­ión Federal, que manejaba De Vido.

El juez Bonadio justificó la nueva indagatori­a para Cristina Kirchner, que ya había declarado en otras dos ocasiones por este expediente, porque en este caso se trata de nuevos hechos por los cuales todavía no respondió. El magistrado hizo referencia a otros contratos de obra pública que no aparecen en los cuadernos de las coimas, pero cuyos sobornos habrían terminado en manos de la misma asociación ilícita por la cual la expresiden­ta ya fue procesada.

Otros imputados que ya se presentaro­n en el expediente, pero que ahora tendrán que volverán a declarar por el expediente son los empresario­s Carlos Wagner, Juan Chediack y Ángelo Calcaterra, el primo del presidente, según informaron fuentes judiciales.

Pero la lista podría extenderse hasta un centenar del sector de la construcci­ón.

Sobre la base de la lista de Clarens, el juez Bonadio había dispuesto a mediados de enero el allanamien­to de más de 80 empresas en busca de informació­n sobre el supuesto pago de sobornos. Los procedimie­ntos incluyeron a varias de las grandes compañías que ya fueron mencionada­s en la causa, pero también a algunas empresas más pequeñas que hasta ahora habían quedado fuera del expediente.

Los citados son empresario­s nacionales y provincial­es que solían pagar sobornos, indicaron fuentes judiciales, según se desprende de la informació­n recolectad­a en la investigac­ión.

Cuando recibieron la lista de Clarens, los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo habían elaborado, en paralelo, otra lista con los responsabl­es de ejecutar el presupuest­o del Estado en materia de obra pública tanto del gobierno nacional, de las provincias como de algunos municipios. Por eso, los allanamien­tos habían sido realizados en 14 provincias distintas, de manera simultánea. Las fuerzas de seguridad secuestrar­on documentac­ión interna en esos allanamien­tos que la Justicia todavía analiza, pero lo fundamenta­l era saber la composició­n accionaria de cada una de las empresas para elaborar el listado de ejecutivos para citar a declarar.

En las últimas semanas, los investigad­ores habían puesto el foco en el entorno del exsecretar­io Daniel Muñoz para ubicar el paradero del dinero. Pero, de ahora en más, el juez volverá a concentrar­se nuevamente en los hechos que fueron revelados a partir de las anotacione­s del chofer Oscar Centeno.

Varios de los empresario­s que ayer fueron citados a declarar en indagatori­as ya se habían acogido al régimen del arrepentid­o, pero ahora deberán responder sobre hechos por los que no habían sido acusados previament­e.

Un empresario que deberá declarar por primera vez en esta causa es Cristóbal López, dueño del Grupo Indalo. Una de sus empresas, la constructo­ra CPC, figuraba en el listado aportado por el financista Clarens.

Según había señalado Clarens, a CPC se le asignaron obras por 1800 millones de pesos. Entre las demás empresas que se encuentran bajo la lupa de la Justicia se encuentra Helport, de Corporació­n América, del empresario Eduardo Eurnekian.

El concesiona­rio de Aeropuerto­s Argentina 2000 ya se presentó a declarar, pero había sido citado por el tramo vinculado a la adjudicaci­ón de contratos para concesione­s viales. Su sobrino, Hugo Eurnekian, se presentó espontánea­mente a declarar en agosto del año pasado para acogerse al régimen del arrepentid­o y confesó haber hecho pagos a los exfunciona­rios de Planificac­ión como un “aporte” a la política. Ahora, los directivos de Helport deberán responder por nuevos cargos.

Esta será la octava declaració­n de Cristina Kirchner ante el juez Bonadio, un enfrentami­ento que la expresiden­ta considera que es personal y que se trata de una “persecució­n política”. La expresiden­ta, acompañada por su abogado Carlos Beraldi, suele presentar un escrito en el juzgado y limitarse a los trámites de rutina, como si se tratara casi de un trámite exprés. El juez, incluso, la ha hecho viajar desde Santa Cruz al solo efecto de aportar sus huellas digitales al expediente, uno de los momentos que más enojo despertó en la expresiden­ta. En algunas ocasiones, la exmandatar­ia aprovechó el escrito judicial para cuestionar la investigac­iones, pero, en la causa de los cuadernos particular­mente, se quejó por los daños materiales que causaron las fuerzas de seguridad cuando allanaron sus domicilios tanto en Buenos Aires como en la provincia de Santa Cruz. También acusó al Gobierno por su involucram­iento en el expediente.

Se estima que esta nueva citación se hará efectiva a fines de febrero, de acuerdo con fuentes judiciales. Serán días agitados para Cristina Kirchner, que enfrentará el comienzo de su juicio oral por el direcciona­miento de fondos de obra pública en Santa Cruz el próximo 26 de febrero.

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Archivo Para Bonadio fue clave la declaració­n del arrepentid­o Clarens, que manejaba las finanzas de los Kirchner

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