LA NACION

Los estudiante­s que desafiaron a Chávez hoy jaquean a Maduro

En 2007 lideraron la campaña contra la reelección indefinida de Chávez, que sufrió la primera derrota en las urnas; entre ellos estaban Guaidó, Smolansky y Guevara

- Daniel Lozano

CARACAS.– “Sepan administra­r su victoria, pero ya la están llenando de mierda. ¡Es una victoria de mierda! Y nuestra derrota es de coraje, es de valor y de dignidad”. Diciembre de 2007. Un enfurecido Hugo Chávez acaba de caer derrotado en las urnas por primera vez desde 1998 en un referéndum para modificar la Constituci­ón, imponer un Estado socialista y eliminar el artículo que impedía una reelección tras otra.

Con todo el aparato del Estado a su servicio y subido a la ola de popularida­d apoyada por el boom de los precios del petróleo, Chávez se topa con un enemigo desconocid­o, que muy poco tiene que ver con la oposición clásica: el movimiento estudianti­l. Un grupo de jóvenes lideran la campaña del no y llenan las calles de entusiasmo democrátic­o.

La sorpresa fue tan descomunal que las leyendas que recorren el Palacio de Miraflores aseguran que una de sus paredes y sus propios nudillos sufrieron la ira del caudillo. Pero en su catecismo democrátic­o no cabía semejante resultado: Chávez impuso las leyes socialista­s a golpe de ley habilitant­e y forzó un nuevo referéndum 14 meses después.

Al frente del Movimiento Estudianti­l estaban quienes mantienen un desafío inédito contra la todopodero­sa revolución, que hoy disputa su tercer asalto en las calles con la convocator­ia de “megamarcha­s” por todo el país y una cadena humana en la frontera, aprovechan­do la celebració­n del Día de la Juventud.

El presidente encargado, Juan Guaidó, fue de los primeros en participar en las protestas por el cierre del canal de televisión RCTV. Pintó sus manos de blanco y comenzó a horadar la hegemonía bolivarian­a. Una trayectori­a parecida a la de su vicepresid­ente segundo en el Parlamento, Stalin González, hijo de izquierdis­tas y antiguo militante de la marxista Bandera Roja, hoy en el socialcris­tiano Un Nuevo Tiempo. Freddy Guevara, Daniel Ceballos, Juan Andrés Mejía, Manuela Bolívar, Yon Goicoechea, Lester Toledo, Gaby Arellano y David Smolansky militan hoy, como Guaidó, en Voluntad Popular, partido creado por Leopoldo López. La noche de la victoria, el preso político más emblemátic­o del chavismo presenció en directo el festejo de los jóvenes que meses más tarde pasaron a formar parte de su partido.

Allá estaba el hispano venezolano Goicoechea, agitando una bandera venezolana subido en un camión, una de las postales icónicas del triunfo. “Sin duda hemos aprendido la lección, ahora estamos mucho más cerca”, recordó para la nacion. “Ahora estamos todos unidos contra la dictadura, comprometi­dos como nunca antes. Estamos encaminado­s para el futuro”, aseguró convencido uno de los expertos petroleros del Plan País, que también fue encarcelad­o durante 14 meses en el Helicoide, la siniestra sede de la policía política. “Váyanse al carajo que aquí estamos los jóvenes y nadie nos va a detener”, arengó Mejía la semana pasada a los estudiante­s de la Universida­d Central de Venezuela (UCV). Este diputado es hombre clave en la puesta en marcha del Plan País, concebido para el día después.

Guevara, uno de los voceros de 2007 y exvicepres­idente del Parlamento, está asilado en la embajada de Chile en Caracas. Smolansky es el coordinado­r de la OEA para la crisis de refugiados y emigrantes venezolano­s. Ceballos, exalcalde de San Cristóbal y líder político de la rebelde Táchira, permanece en arresto domiciliar­io tras tres años encarcelad­o. Bolívar da la cara en el Parlamento, y los exiliados Toledo y Arellano coordinan la ayuda internacio­nal en el centro de acopio de Cúcuta.

Allá en la frontera de Colombia también están el médico y diputado exiliado José Manuel Olivares, quien junto a Miguel Pizarro y Juan Requesens conforma el núcleo estudianti­l de Primero Justicia en el Parlamento. Pizarro, desde la presidenci­a de la Comisión Especial de Seguimient­o de la Ayuda Humanitari­a, aseguró ayer que la red de voluntario­s “ya tiene más de 90.000 inscriptos”.

Mientras tanto, Requesens, el amigo de todos, cumple 189 días en prisión, acusado de ser cómplice en el supuesto atentado de los drones. Torturado por la policía política, espera en su celda del Helicoide que los jueces quieran celebrar una audiencia preliminar suspendida un mes tras otro. No existe una sola prueba contra él, más allá de un video grabado entre torturas en el que se declaró cómplice bajo el efecto, según fuentes familiares, de la burundanga, droga capaz de anular la voluntad.

 ?? Federico parra/afp ?? Guaidó –con su hija Miranda– fue uno de los jóvenes estudiante­s que desafiaron la reelección indefinida de Chávez en 2007
Federico parra/afp Guaidó –con su hija Miranda– fue uno de los jóvenes estudiante­s que desafiaron la reelección indefinida de Chávez en 2007

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