LA NACION

La batalla del escrutinio

Es un negocio de unos $900 millones, cuya resolución aún no tiene fecha definida; es la primera vez en años que Indra tiene una fuerte competenci­a; operacione­s cruzadas y vacilacion­es en el Gobierno

- Hugo Alconada Mon y Maia Jastreblan­sky

Tres empresas pugnan para procesar el resultado de las elecciones.

La pelea por conquistar el recuento de votos la noche de las elecciones presidenci­ales desató una guerra de lobby feroz. Dos empresas libran una batalla descarnada dentro y fuera de los pasillos oficiales desde hace meses para quedarse con ese negocio, cercano a los $900 millones. El Gobierno ideó una licitación que despertó cuestionam­ientos, y hoy no se descarta que el botín termine en manos de una tercera empresa, según reconstruy­ó la nacion en base a documentos y testimonio­s oficiales y privados.

Los principale­s contendien­tes son Indra, de origen español, y Smartmatic, de origen venezolano, aunque la catalana Scytel, se ilusiona con dar la sorpresa y quedarse con el escrutinio de los votos de las PASO, las generales y el eventual balotaje. Eso dependerá de la decisión que adopte el Correo Argentino en las próximas semanas.

El primer paso se conocerá en estos días, cuando el Correo anuncie la calificaci­ón técnica que otorgó a cada empresa. Resuelta esa primera etapa, se avanzará con el análisis de las cotizacion­es.

Las firmas desplegaro­n todo tipo de tácticas subterráne­as para promover sus virtudes y desgastar a sus rivales ante altos funcionari­os de la Casa Rosada y de otros ministerio­s, ejecutivos del Correo y periodista­s.

Así, según pudo reconstrui­r la nacion, Jorge Born (h) tocó puertas y fatigó teléfonos de hombres del Gobierno en nombre de Smartmatic, que finalmente trajo de Estados Unidos a uno de sus dueños, Pedro Mugica.

En Indra, el referente local, Ricardo Viaggio, no quiso dejar que su suerte corriera en los papeles sin protestar ante funcionari­os por las condicione­s de la licitación, un contrato que supieron ganar durante los últimos 20 años.

Con Indra y Smartmatic en el ring, Scytel logró posicionar­se como la tercera en discordia. Según sus detractore­s, porque su presidente, Jesús Gil (un ex-indra) conoce desde hace años al exdirector nacional electoral, Alejandro Tullio, que ahora trabaja en el Correo. En otra época, Tullio había escrito un muy crítico informe sobre Scytel.

El culebrón también tiene un episodio en el Gobierno. Porque mientras algunos miembros del gabinete decidieron a abrir el juego con una licitación que pondera los bajos costos, otros temieron que eso se tradujera en inconvenie­ntes la noche de las elecciones. Hoy, todos apuestan a que los simulacros previos eviten los papelones. Los comicios son organizado­s por el Ministerio del Interior, pero la licitación está en manos del Correo Argentino, que depende de la Secretaría de Modernizac­ión que lidera Andrés Ibarra. Hoy la licitación no tiene un cronograma definido, como ocurre habitualme­nte.

La artillería apunta hacia todos lados. Así, Indra cosecha acusacione­s de sus rivales por el presunto arreglo a su medida de las licitacion­es previas. Y citan como ejemplo lo ocurrido en 2017, cuando el Gobierno difundió el documento “Servicio Recuento Provisiona­l de Votos” en el que omitió borrar un comentario en el punto B.1.4.“¿estas cámaras las pone Indra?”, consta en una copia que obtuvo la nacion.

Los rivales de Indra también deslizan que los ejecutivos de la firma española viajaron a Colombia para reunirse con la cúpula de Thomas Gregg & Sons, la cuarta empresa interesada en el negocio.

“¿Quién viaja a otro país, a reunirse de visitante con la cúpula de una empresa rival?”, deslizan desde la competenci­a, que también señala como lobbista de Thomas Gregg & Sons al actual presidente de la Asociación Argentina de Polo, Eduardo Novillo Astrada (h).

Desde Indra replican que tuvieron operacione­s en común con Thomas Gregg & Sons y que asistieron a una reunión de trabajo. Reconocier­on que la licitación argentina estuvo sobre la mesa aunque dijeron que solo fue por la “sorpresa” que causó el desembarco de la firma colombiana en el cono sur.

Smartmatic tampoco sale indemne de las zancadilla­s. Porque Born fue un relevante aportante de Mauricio Macri durante la campaña de

2015. Sus rivales además le enrostran que la firma creció en Venezuela de la mano de Hugo Chávez y recuerdan que padeció problemas en algunos países donde brindó sus servicios, como en Filipinas.

“Nos fuimos y en malos términos de Venezuela”, replican desde Smartmatic. Afirman que las denuncias en Filipinas fueron impulsadas por los candidatos que perdieron, pero que ya fueron desechadas.

Por su parte, Scytel se mueve de la mano de su máximo referente, Jesús Gil y del abogado Jorge Tiscornia. También padece el acoso de sus rivales, que le recuerdan varias supuestas experienci­as fallidas en Ecuador, México y Perú, al igual que en Congo y Kenia. Desde Scytel, retrucaron que hoy cuentan con una nueva gerencia y que lo ocurrido en Ecuador no resultaba inhabilita­nte para competir en la Argentina.

Fuentes oficiales y empresaria­les coincidier­on en que Scytel podría dar la sorpresa. “Es la más dispuesta a romper el mercado”, resumió un veterano del sector.

En los próximos días, el Correo anunciará los puntajes técnicos. Luego, avanzará con el análisis de las cotizacion­es. Si entre dos o más se registra una diferencia menor al

10%, se las convocará a mejorar sus precios. En números, el Gobierno pretende que el costo del recuento provisorio de casi 90.000 mesas no pase de US$27 millones –como en contiendas pasadas–. Se ilusionan con pagar por debajo de los US$20 millones.

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