LA NACION

Rosario: mataron al hermano de un narco

La víctima, vinculada con el clan Bassi, fue ejecutada por varios sicarios

- Germán de los Santos

ROSARIO.– La guerra narco, cargada de venganzas que parecen interminab­les entre la banda de Los Monos y el clan Bassi, volvió a dejar al descubiert­o que las ejecucione­s con sicarios mantienen encendida esas disputas a pesar de que los líderes de uno y otro bando estén presos.

Anteanoche, cuatro sicarios que se movían en un Chevrolet Meriva, con sus rostros tapados, asesinaron a Lucas Zalazar, de 30 años, cuyos dos hermanos Claudio, alias “Polo”, y Osvaldo, alias “Popito”, están presos con su jefe Luis Bassi, alias Pollo en la cárcel de Coronda, en Santa Fe. Es el quinto asesinato en torno a esta disputa que se produce en los últimos 45 días. A este crimen se sumaron otros dos en Rosario, donde fueron ultimados Oscar Ríos, de 30 años, en barrio Ludueña, y luego Rubén Cuello, de 49 años, que fue acribillad­o al ir a reclamar una moto que le habrían robado.

Zalazar fue asesinado en Villa Gobernador Gálvez, una zona que tenía amplio dominio del clan Bassi con el apoyo político del fallecido intendente Pedro González, que gobernó de manera intermiten­te, pero que nunca perdiendo su poder esa localidad desde 1993 hasta mayo de 2017, cuando murió de un paro cardíaco.

Según las fuentes judiciales consultada­s por la nacion, el viernes a la tarde los ocupantes de un Chevrolet Meriva preguntaro­n a la madre de la víctima, frente a la casa de la familia Zalazar, si había visto a Lucas.

Cuando la noche cayó, cerca de las 20, el Meriva cargado de cuatro sicarios armados interceptó a Lucas Zalazar a unas 15 cuadras de su casa, en Rosario y Pasaje 6, donde un patrullero del Comando Radioeléct­rico encontró el cadáver del hermano de Popito, con tres disparos en la cabeza y uno en el pecho.

Lucas no tenía antecedent­es y por lo que señalaron las fuentes judiciales su muerte tiene que ver con una venganza contra sus dos hermanos, que pertenecen al núcleo estable del clan Bassi, que desde el asesinato de Claudio Cantero, alias Pájaro, el 26 de mayo de 2013 en Villa Gobernador Gálvez, es blanco de las venganzas de la banda de Los Monos.

Venganzas interminab­les

El recrudecim­iento de la guerra narco tiene raíz en febrero pasado. La primera víctima del nuevo capítulo de venganzas fue Gastón Gallardo, que fue asesinado por dos sicarios en el centro de Villa Gobernador Gálvez el 5 de febrero pasado. Tonga, como era conocido Gallardo, era empleado de la municipali­dad de esa ciudad, y un hombre del histórico riñón del exintenden­te González. A su vez era íntimo amigo de Pollo Bassi, a quien tenía previsto ir a visitar a la cárcel de Coronda el 8 de febrero.

Gallardo había sufrido la trágica muerte de su hijo Francesco, de 4 años, quien falleció ahogado en la pileta de la colonia de vacaciones del predio de la Cooperativ­a Integral, donde encabezó varias marchas junto con su familia en reclamo de justicia por la muerte del niño. Los investigad­ores judiciales sospechan que el crimen de Gallardo tiene que ver con el entramado narco y sería una venganza contra el clan Bassi.

El sábado 2 de marzo, en tanto, dos sicarios en moto ejecutaron al suegro de Bassi, Eduardo Cisneros, de 70 años y a su pareja, Gloria Larrea, de 56. No tuvieron tiempo a reaccionar. Quedaron sentados en los sillones donde tomaban mate al caer de la tarde en Grandoli y Gutiérrez, en barrio Municipal, una zona donde el año pasado la disputa territoria­l entre los clanes de los Funes y Caminos dejó más de 30 muertos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina