LA NACION

Trabajar cuesta caro: el peso de los gastos

Además de la actualizac­ión de las tarifas de los servicios públicos, hay más costos en ítems que son solamente para ir a la oficina y que llevan a una fuerte disminució­n del ingreso recibido en mano

- Paula Urien

Martín L. gasta $40.000 por año, solo en nafta y estacionam­iento, para ir y volver de su casa, en Capital, a Olivos, donde está la oficina. Marta S. asegura, sin pensarlo porque ya había sacado la cuenta, que en el colectivo se le van $1800 por mes, que son $21.000 por año. El almuerzo no cuesta menos de $150 por día, o

$33.000 por año. Y sigue la suma. El poder adquisitiv­o del salario medio tuvo una merma importante en el último año. “En términos reales, la remuneraci­ón media se redujo 9,3% en forma interanual, mientras que la remuneraci­ón mediana lo hizo en 10,1%”, dice el informe de la Secretaría de Empleo. Según estimacion­es privadas bajó un 13%.

Se contabiliz­an según los números del Ministerio de Producción y Trabajo, 12,20 millones de trabajador­es registrado­s; 6,17 millones de asalariado­s privados.

El salario promedio de diciembre de 2018 (últimos datos oficiales) se incrementó 34%. Sin embargo, es un mes con aguinaldo. En noviembre, el salario promedio fue de $35.249, con una mediana de $28.627. “En diciembre de 2018 la caída real de los últimos 12 meses de la remuneraci­ón media fue 4,8% y la de la remuneraci­ón mediana, de 5,6%. La masa salarial promedio de los últimos 12 meses en diciembre de 2018 fue 5,3% inferior a la correspond­iente al mismo período de 2017 en términos reales”, sostienen los datos oficiales.

Antes de calcular los costos del trabajo hay que tener en cuenta que, según las estimacion­es del Indec, en enero de 2019, la Canasta Básica para un solo adulto era de $3423 y la Canasta Básica Total, de $8557. Para una familia de dos adultos y dos niños, las mediciones del Indec llevan a la Canasta Básica a $10.577 y la Canasta Básica Total a $26.442.

Jorge Colina, del centro de estudios Idesa, identifica a tres perfiles de asalariado­s diferentes:

1) El que gana hasta $10.000: “Se trata de personas que, en general son mujeres con un nivel bajo de educa- ción y que realizan tareas de manera informal. Si tienen hijos, no llegan a cubrir el costo de una persona que cuide a sus hijos mientras trabajan, y entonces suelen retirarse del mercado laboral porque además tienen el costos del trasporte y el almuerzo fuera de la casa”, explica Colina.

2) Hasta $25.000: “Le puede llegar a ser convenient­e salir a trabajar a pesar de los costos”.

3) Hasta $40.000: “El transporte lo afecta y le pega Ganancias. El que paga Ganancias puede llegar a hacer menos horas extra justamente para tratar de no llegar a pagar”.

Con el foco en este último perfil, con un salario de $35.363, en enero de 2019 para la ciudad de Buenos Aires, el economista Rafael Skiadaress­is hace proyeccion­es de los costos de gas, luz y transporte (colectivo) como porcentaje del salario. “Como índice de salarios se utiliza el índice RIPTE (Remuneraci­ón Imponible Promedio de los Trabajador­es Estables): la cifra surge al tomar las remuneraci­ones destinadas al sistema integrado de jubilacion­es y pensiones y dividirla por el total de trabajador­es en relación de dependenci­a, según las declaracio­nes juradas presentada­s”.

Una familia de dos adultos y dos chicos pagaba en enero de 2018 $500 de gas, que era el 1,85% del salario. En enero de 2019 ese porcentaje subió al 2,99%. La diferencia es mayor en la cuenta de luz. En enero de 2017 se pagaba un 1,44% de un salario; en enero de 2018, 3,19% y en enero de

2019, un 3,55%.

En transporte, era el 0,97% de un sueldo en enero de 2018 y 1,98% en enero de 2019. “Para el costo de transporte se tomó la tarifa de colectivo para distancias entre 6 a 12 km consideran­do 40 viajes por mes (20 viajes ida y vuelta)”, explica el economista. En estos tres ítems, el costo en porcentaje del salario fue, de enero de 2014 a enero de 2019 el siguiente:

2014: 1,96%; 2015: 2,07%; 2016: 1,59%;

2017: 3,79%; 2018: 6,01%; 2019: 8,52%. “Se trata de la clase media, que no tiene tarifa social”, agrega Skiadaress­is. “Durante el gobierno anterior las tarifas y el dólar eran el ancla nominal utilizada para contener la dinámica inflaciona­ria. En los últimos años pareciera que ha intentado utilizarse a los salarios como ancla nominal mientras ajustan el tipo de cambio y las tarifas”, opina.

Por su parte, Adecco también realizó un estudio sobre el impacto del aumento del transporte público en el viaje de los empleados al trabajo. Hay 3 de cada 10 personas que destinan entre el 20 y el 25% de su salario al transporte para llegar al trabajo. “Los trabajador­es cada vez gastan un porcentaje mayor de su sueldo para viajar. El 27% gasta aproximada­mente un 10% de su salario, mientras que un 26% gasta el 5%, seguido por el 18% que gasta un 20% y un 11% que gasta el 25% o más. ¿Las empresas ayudan a mitigar los aumentos? Solo un 7% tiene viáticos y un mínimo 2%, servicio de combi o micro.

Para quienes tienen ayuda en casa, por otra parte, el salario mínimo mensual para personal que cumple tareas generales es de $11.000, casi un tercio de un sueldo.

La indumentar­ia, ya se sabe, tuvo un fuerte incremento, lo mismo que el precio de los alimentos, un costo muy alto si se tiene que almorzar todos los días afuera de la oficina.

Ganancias o pérdidas

Sobre la merma del salario, también impacta el impuesto a las ganancias. César Litvin, titular del estudio Lisicki Litvin y Asociados, dice que “el mínimo no imponible para todo 2019 se actualizó en 28,3 %, porque se actualiza por Ripte. Quienes tienen un aumento mayor entonces pagan mas impuesto a las ganancias”.

El mínimo no imponible considerab­a en 2018, neto de bolsillo,

$29.855 para un trabajador soltero y $34.695 para uno casado con dos hijos. En 2019 estos montos son

$38.301 para el soltero y $ 44.501 para el casado con dos hijos, aunque esta cifra llega a $50.000 si solo trabaja uno de los dos.

Los que superan estos montos empiezan a pagar a partir de una escala del 5%. “Si la actualizac­ión, que quedó acotada al 28,3%, se hubiera sido actualizad­o al 47%, que fue la inflación de 2018, estaríamos mejor”. Sugiere que “habría que aumentar el mínimo no imponible por inflación o por esta emergencia inflaciona­ria, porque de otra manera cada vez más personas van a pagar Ganancias. Era un impuesto pensado para sueldos altos pero hoy estos montos hacen que sea un impuesto popular”. Además, hasta 2017 se podía deducir a los hijos hasta los 24 años, pero luego se pasó a los 18 años por lo cual, teniendo aún a los hijos a cargo, no se pueden descontar los $40.300 que establece el impuesto por hijo. En esto se pierde prácticame­nte otro sueldo por año tomando el Ripte.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina