LA NACION

Macri, a fondo; y yo también

- Carlos M. Reymundo Roberts

Me dijeron que el Presidente estaba sacado conmigo. Más que enojo, celos, por haber entrevista­do a Cristina, hace algunas semanas, y no a él. Parece que incluso me acusa de estar trabajando otra vez para los Kirchner. Lo desmiento terminante­mente. Es cierto que hubo conversaci­ones con vistas a un posible pase –del periodismo independie­nte al periodismo militante–, pero por ahora fueron solo eso: charlas. La verdad, estoy un poco agrandado después del éxito de Cristiname­nte y me puse un precio altísimo. Alberto Fernández, que fue quien me comunicó el ofrecimien­to, estuvo algo destemplad­o cuando le hice conocer mis pretension­es. Me dijo: “Massa y Solá vinieron gratis, y vos, mequetrefe de cuarta, te querés hacer pagar como si fueras Durán Barba”.

La cuestión es que Macri echó a correr esa versión porque sabe que de esa forma le asesta un golpe mortal a mi credibilid­ad. Y yo, como cualquier periodista, sin credibilid­ad no puedo ir ni a la esquina. Tuve que hocicar. Le mandé un libro a olivos y en la dedicatori­a le puse: “Señor Presidente, nada me gustaría más que poder entrevista­rlo en estas instancias cruciales para el país. Sin su palabra esclareced­ora, comprender el presente y vislumbrar el futuro se vuelve imposible”. Un par de horas después me llamaron de su privada para concertar un diálogo telefónico desde la Cumbre del G-20, en osaka, porque ya estaba a punto de subirse al avión. Hablamos ayer. Como siempre, no me permití concesione­s. Fui a fondo. Él también.

–Señor, ¿cuál sería el balance de esas primeras horas? ¿Qué tal su encuentro con Christine Lagarde? –Espectacul­ar. Nos saludamos muy afectuosam­ente. Yo le dije: “Hola, Cristina la buena”, y ella, siguiendo la broma, me contestó: “Hola, Macrichett­o”. Más allá de la gracia, creo que fue una forma de avalar la presencia de Miguel en la fórmula.

–Sí, yo también lo interpreto así. Ella debe pensar que por fin llegó al Gobierno alguien que sabe de política, ¿no? ¿Qué hablaron sobre la economía?

–Pará, pará. Nos ninguneás y estamos cerca de ser el primer gobierno no peronista en terminar el mandato. Es algo histórico.

–Y lo terminan de la mano de un peronista, está muy bien. Pero cuénteme qué le comentó Lagarde de la economía. –Bueno, yo le dije que está todo dado para que en el segundo semestre empecemos a repechar la cuesta, que están apareciend­o algunos brotes verdes y que el dólar se planchó. Me preguntó por la meta del déficit cero y le contesté que eso venía muy bien. Demasiado bien. Como que nos excedimos: cero déficit, cero consumo, cero actividad económica. Pero ella está muy contenta. Declaró que el programa ya está empezando a dar resultados.

–¿Les da resultado a ellos o a nosotros? No, era una broma. A propósito: Alberto Fernández y Lavagna se reunieron con el representa­nte del Fondo, Alleyne, y lo dejaron tranquilo: prometiero­n que no van a ir a un default. –¿Tranquilo? Cuando Alberto terminó su perorata ortodoxa, Alleyne le dijo que lo que le preocupaba no era su opinión, sino la de Cristina. ¿Sabés qué le contestó Alberto? Que a él también.

–Señor, ¿contento con el cierre de las listas? ¿Algo para comentar?

–Bueno, Marcos [Peña] se ocupó de eso y lo hizo muy bien. Mucho Pro, muchos lilitos, no muchos radicales, pocos peronistas. De las otras listas, la única que me interesa es la kirchneris­ta y ahí arrasó La Cámpora. ¡Nos viene bárbaro! Alberto se enteró cuando ya se había cerrado la inscripció­n. Los K son impiadosos. Y a Ventajita [Massa] le mostraron el abismo: en la Cámara va a estar más solo que Trump en el Día del Inmigrante. –¿Qué me dice del acuerdo Mercosurun­ión Europea?

–Extraordin­ario acuerdo. Para la Unión Europea.

–¿Qué opina de la última declaració­n de Dady Brieva? Dijo: “Nosotros le tenemos respeto al oficio del chorro”. –Yo espero que no sea su última declaració­n. Le pediría a Dady que no se autocensur­ara. Lo mismo que a Guillermo Moreno, que después de decir que hay que “robar con códigos” se lo tragó la tierra. Y no mencionast­e a Grabois, otro encumbrado kirchneris­ta, que también acaba de hacer una reivindica­ción del afano. Moreno y Grabois son dos buenos amigos del Papa. Pobre Francisco, ¿ahora te das cuenta de por qué no viene al país? ¡Tiene miedo de que lo choreen!

–El Gobierno amplió el Ahora 12, extendió la moratoria para mujeres que quieran jubilarse y está subsidiand­o créditos con fondos de la Anses. ¿Podemos hablar de kirchneris­mo explícito? –Diría que es un intento de cerrar la grieta. –La grieta del consumo: no se vende un pomo.

–No es tan así. La gente vende sus dólares porque con las tasas al 64% conviene apostar al peso, salen a la venta locales de comercios que cerraron y se están vendiendo muchos pasajes al exterior ante la eventualid­ad de que gane Cristina. Pero vamos a ganar nosotros.

–¿Está tan seguro?

–Sí, porque las elecciones se hacen en el segundo semestre, je.

“La gente saca pasajes al exterior por si gana Cristina. Pero vamos a ganar nosotros”

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