LA NACION

Fuerte baja del maíz en Chicago por un dato sobre la siembra en EE.UU.

El precio del cereal cayó un 4,5% después de que el USDA estimó el área cubierta en 37,11 millones de hectáreas, apenas 440.000 hectáreas abajo de su previsión de marzo

- Dante Rofi

Desconcier­to fue lo que sintieron los operadores del mercado de granos ayer cuando el Departamen­to de Agricultur­a de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estimó la siembra de maíz estadounid­ense

2019/2020 en 37,11 millones de hectáreas, apenas 440.000 hectáreas abajo de los 37,55 millones previstos el 29 de marzo, cuando las lluvias que restringie­ron las tareas de campo durante mayo y en buena parte de junio ni siquiera figuraban en los pronóstico­s.

El dato dado por el organismo en su informe sobre áreas sembradas en los Estados Unidos resultó tan sorpresivo para el mercado que no solo superó el promedio de las estimacion­es privadas, de 35,07 millones de hectáreas, sino que quedó fuera del rango de las diversas proyeccion­es, que fue de 33,18 a 36,34 millones de hectáreas.

Como era lógico, la incertidum­bre generada por la cifra dada por el USDA tiñó de rojo las pizarras de la Bolsa de Chicago, donde el valor del maíz terminó la rueda con bajas del 4,5%. En detalle, las posiciones julio y septiembre del cereal perdieron US$7,78 y 8,26, mientras que sus ajustes resultaron de 165,44 y de

167,22 dólares por tonelada. En función del dato oficial, la actual siembra de maíz es un 2,9% mayor a la del ciclo 2018/2019, cuando se cubrieron 36,07 millones de hectáreas. “Comparado con el año pasado, las hectáreas plantadas aumentaron o se mantuviero­n en

40 de los 48 estados relevados”, dijo el USDA.

En el escueto texto que acompañó las cifras, el organismo estimó que la superficie de maíz que llegará a la cosecha será de 33,80 millones de hectáreas. Ese dato también superó los 33,35 millones proyectado­s en el informe mensual que el USDA publicó el 11 del actual, donde, además, redujo su cálculo sobre el rinde promedio nacional de 110,47 a 104,19 quintales por hectárea.

Ya con el impacto de la noticia sobre los precios, desde el USDA se aclaró que los técnicos del organismo volverán a relevar las cifras sobre 14 estados y que los ajustes podrían ser publicados en agosto (como se amplía por separado). En opinión de los operadores, la aclaración, que resultó una excusa del organismo frente al descrédito generaliza­do, quizá se podría haber evitado si, dadas las demoras en los trabajos de siembras de maíz y de soja, “se optaba por atrasar la publicació­n del reporte de áreas sembradas dos semanas”.

La sorpresa también comprendió al mercado de soja, pero como en ese caso el impacto fue alcista, los ecos resonaron más bajos. En efecto, el USDA estimó la superficie sembrada con la oleaginosa en 32,37 millones de hectáreas, por debajo de los 34,14 millones previstos por los operadores (el rango fue de 32,78 a

35,01 millones de hectáreas) y de los

34,24 millones proyectado­s por el organismo en marzo. El nuevo dato oficial implica una caída de área con soja del 10,3% frente a los 36,10 millones del ciclo anterior. “Esta representa la superficie cultivada con soja más baja en los Estados Unidos desde 2013. En comparació­n con el año pasado, la superficie cultivada disminuyó en 29 de los estados relevados”, dijo el USDA.

Tras estos datos, la soja reflejó subas superiores a los 7 dólares por tonelada en la Bolsa de Chicago, que, con el correr de los negocios –y tras las aclaracion­es del USDA–, se fueron moderando. Al cierre de la rueda, las posiciones julio y agosto sumaron US$4,41 y 3,95, en tanto que sus ajustes fueron de 330,60 y de 332,35 dólares por tonelada.

Cabe destacar que en el mercado se asignaba el mayor impacto de las adversas condicione­s climáticas que enmarcaron las siembras de granos gruesos al maíz, por su acotada ventana de siembra respecto de la soja.

El convidado de piedra ayer resultó el trigo. El USDA estimó el área sembrada con todas las variedades en 18,45 millones de hectáreas, cerca del promedio previsto por el mercado, en 18,48 millones, y de los 18,52 millones proyectado­s por el organismo en marzo. Sin embargo, por la caída del maíz, con el que comparte el mercado forrajero, los precios del trigo cerraron con fuertes bajas. La posición julio en Chicago y en Kansas perdió US$7,16 y 6,06, tras cerrar con un ajuste de 194,01 y de 165,90 dólares por tonelada, respectiva­mente.

En la plaza local el mayor impacto de las noticias externas lo padeció el maíz. “Tras el informe no quedó nadie ofertando precios por grano disponible”, contó a la nacion una fuente del mercado local. Añadió que las pocas propuestas escuchadas oscilaron entre 6400 y 6500 pesos, abajo de los $6700 de anteayer y lejos de los 7300 vigentes el viernes anterior. La soja se mantuvo estable en $9500 por tonelada, mientras que el trigo disponible osciló de 200 a 215 dólares.

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