Buscan al nexo entre los vendedores de armas y los grupos narco brasileños
Los detectives van tras los pasos del hombre que habría coordinado la frustrada compra de fusiles y el traslado a la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero; polémica por la irregular situación del polvorín allanado en Córdoba
La causa sobre el contrabando de armas avanza ahora en procura de dar con el eslabón clave de la cadena de tráfico de fusiles. Los investigadores tienen detectado al nexo entre el grupo argentino y bandas de narcotraficantes que operan, principalmente, en Río de Janeiro y San Pablo. Se trata de un ciudadano brasileño que intentaba organizar el envío de los fusiles y municiones hacia la ciudad de Pedro Juan Caballero, donde el arsenal quedaría en custodia de un integrante de la red local, Eduardo Ramírez Cantero, y sería finalmente comercializado a las organizaciones criminales. Escuchas judiciales habrían registrado contactos entre el brasileño y Ricardo Guillermo Deisernia, el presunto referente del sector argentino de esa red de contrabandistas.
Deisernia fue arrestado el miércoles pasado en un chalet ubicado en la calle Pringles al 2500, en la localidad bonaerense de Martínez, donde se encontró un búnker con varias clases de fusiles automáticos. Las intervenciones judiciales habrían interceptado mensajes entre ese sospechoso, que había estado involucrado en otra causa de contrabando a los EE.UU. de piezas de armas, con personas que tenían acceso al polvorín allanado en un predio de la Fuerza Aérea, en los alrededores de la ciudad de Córdoba. Supuestamente, en esas comunicaciones se había definido el traslado de munición de 20 mm almacenada en ese lugar, como parte de una ilegal operación comercial para la venta de un cañón antiaéreo Oerlikón de 20 mm, gestión que hubiese reportado a la red una ganancia de US$1.500.000, según relataron investigadores.
La situación de ese polvorín cordobés era motivo anoche de un análisis especial por parte de las autoridades, no solo porque las 808 bombas de aviación en proceso de ensamblaje requerían una especial custodia, sino también porque uno de los detenidos como parte de la empresa que usufructuaba ese lugar estaba contratado como abogado en el Instituto Geográfico Militar. El hombre, que habría sido identificado como Diego Bollati, integraba el directorio de la empresa Talleres Armas Livianas Argentinas SA (TALA SA), una fábrica de explosivos que abastecía a la Fuerza Aérea, pero que desde 2010 había entrado en un litigio con esa institución militar, dejándose el polvorín y miles de municiones en un limbo legal.
Mientras se analizan los contactos de los 21 sospechosos detenidos –entre ellos, dos militares con rango de suboficial–, se pidió la colaboración internacional para el arresto del contacto europeo de la red de tráfico de armas. Se trata de un hombre que tenía base de operaciones en Alemania, donde conseguía principalmente cargadores para fusiles automáticos, piezas que se hacían circular por Holanda y España antes de ser enviadas como encomiendas a nuestro país. Detenidos en Miami
La investigación se inició aquí en octubre pasado, cuando funcionarios de Homeland Security –el departamento de seguridad interna de los Estados Unidos– transmitió a representantes de la Afip-aduana el pedido de vigilar una controlada entrega de piezas de armas con el fin de dar con los responsables del tráfico originado en Miami. El juez en lo penal económico Pablo Yadarola tomó a su cargo la investigación y con apoyo de la Gendarmería se dio el primer golpe con el decomiso de las primeras armas, que superaron las 2500 con los 52 allanamientos concretados esta semana en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano, Bahía Blanca, Santiago del Estero, Córdoba, Rosario y General Roca.
“La comunidad policial internacional está mandando un fuerte mensaje de que no hay lugar en el mundo en que no vayamos a combatir las actividades ilegales juntos”, expresó ayer Anthony Salisbury, agente de investigaciones de Homeland Security en Miami, donde se presentó el resultado de la operación, que fue bautizada por los norteamericanos como Patagonia Express. En esa conferencia de prensa se informaron el decomiso de 52 fusiles AR15 en los Estados Unidos y el arresto de dos sospechosos, que habrían sido identificados como John Peterson, de 60 años, y Brunella Zuppone, de 67. Se detalló que en los EE.UU., la Argentina y Brasil fueron incautadas 5482 armas desde noviembre pasado.
En el edificio Centinela, en tanto, se presentó parte del armamento incautado. Pudieron verse ametralladoras MAG, rifles de francotiradores, lanzacohetes y un mortero de 60 mm, entre otras armas de uso militar. “Estamos orgullosos de que la Argentina pueda estar trabajando para que no lleguen armas a Brasil, a Paraguay, y que no se distribuyan aquí, porque los que comercian le venden a cualquiera y no les importa que estas armas maten, no les importa que generen el daño que pueden generar”, dijo la ministra Patricia Bullrich, que estuvo acompañada por el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, y el jefe de la Gendarmería, comandante general Gerardo Otero.
Por su parte, el director general de Aduanas, Diego Dávila, comentó: “Estamos muy orgullosos del resultado de los operativos, que son producto del trabajo en conjunto entre diferentes organismos del Estado”.