Bronca con el PAMI
Bronca. Impotencia. Indignación. Falta de respeto. Estos son los sentimientos que surgen al comenzar un trámite en la oficina del PAMI, en mi caso, en la filial 5, de Ecuador 652 en CABA. Es indignante la atención de los funcionarios hacia los afiliados. Comenzando desde el pésimo sistema implementado, por el cual hay que hacer una fila desde las 7 para que la atención al público comience a las
8 y recibir los números para ser atendidos posteriormente. Los números
se dan solamente hasta las 8.30, con lo cual muchísima gente queda sin ellos y debe volver otro día. Los números se entregan después de demostrarle al empleado de turno que se tiene la documentación necesaria. Después de un promedio de cuatro horas de espera, se llega a otra persona que atiende de igual mal modo y que le indica que falta documentación, por lo que todo ese tiempo transcurrido fue inútil, porque la primera persona que lo atendió no le indicó con corrección cuáles eran todos los requisitos necesarios. Da mucha bronca presenciar que jubilados con dificultad para desplazarse, enfermos, con discapacidad deben soportar pésimos tratos por parte de los empleados y, lo que es peor, salir de la filial sin tener su tema resuelto. Una total falta de respeto, de desconsideración, de desinterés hacia la gente que trabajó su vida entera para llegar a ser beneficiario de esta obra social que maltrata a sus afiliados y, lo que es peor, no satisface sus necesidades médicas, deteriorando su salud sin ningún tipo de consideración. A este pésimo sistema de atención se le suman las constantes asambleas que organizan los empleados, suspendiendo la atención al público que pacientemente espera desde hace muchas horas. ¿Se podrá contratar el servicio de algún ingeniero industrial que cambie el procedimiento actual? ¿Se podrá modificar el sistema para que sea más simple, amigable y ayude a todos?
Debo destacar dos excepciones: la doctora Porto y la licenciada Villanueva, quienes a pesar de todos los impedimentos propios del sistema (o no sistema) implementado ponen una voluntad sobrehumana para solucionar los temas. El personal policial también es amable y servicial.
Señores titulares del Inssjp, es inaceptable continuar con esta forma de atención. Los jubilados no se merecen esto.
Dafne Anghelidis