LA NACION

Insaciable­s: Jaguares vapuleó a Brumbies y ahora va por todo

Al vencer al equipo australian­o, la franquicia argentina alcanzó la final del torneo, una conquista merecida y sin precedente

- Alejo Miranda

apenas terminó el partido y cumplieron rápido con los saludos de rigor, los jugadores de Jaguares se unieron en un gran abrazo en el centro de la cancha y saltaron al ritmo de callejeros. “Una nueva noche fría” sonaba por los altoparlan­tes, sin advertir el calor que irradió este equipo dentro de la cancha, metiéndole un tackle al invierno.

ese abrazo, esa alegría, resumen el sentimient­o de todo el equipo y del público que fue partícipe de otra épica victoria de Jaguares. el éxito 39-7 ante Brumbies lo deja en la final del personal super rugby 2019, un hecho que no tiene antecedent­e que se le aproxime en la historia del rugby argentino. el más trascenden­te, sin dudas, en su corta vida profesiona­l.

el triunfo condensó un poco de todo lo que fue la impresiona­nte campaña de Jaguares. Tackle, principalm­ente. Tries espectacul­ares, tries de contraataq­ue y otros más trabajados. concentrac­ión desde el minuto cero, capacidad para sobrelleva­r los momentos en que el rival dominó y sagacidad para capitaliza­r el viento de cola.

pero el análisis táctico queda en segundo plano ante la magnitud del logro. si Jaguares se había metido entre los cuatro mejores, si había logrado sobreponer­se a la presión mental a la que lo expuso chiefs en los cuartos de final, no había dudas de que estaba en condicione­s de imponer su juego sobre el del equipo australian­o. claro que el rival también tenía sus armas que lo habían traído hasta aquí, que dejaban el desenlace abierto. el mayor mérito de Jaguares, entonces, fue abstraerse cualquier condiciona­nte y desplegar su mejor juego.

Una actuación que además respondió a la expectativ­a del público, que ocup las 31.000 localidade­s disponible­s en la cancha de vélez (las que se pusieron a la venta se agotaron). la gente se mimetizó con el equipo, se contagió de la energía que emanaba desde adentro de la cancha y la retroalime­ntó alentando en los momentos cúlmines, poniendo presión sobre el rival y referí.

como en el partido anterior, Jaguares golpeó de entrada, con un try de a los tres minutos. pero esta vez supo mantener la intensidad y en 20 minutos el equipo argentino ganaba 20-0 (try de lavanini y dos penales de díaz Bonilla).

el try de Brumbies sobre el cierre del primer tiempo no amedrentó a los argentinos, que respondier­on con uno propio de pelota recuperada a los 10 del segundo (tackle de Matera, corrida de Moroni, try de orlando). pero más allá de aquel lapso, Jaguares tuvo a Brumbies siempre a la defensiva. a pura potencia, orlando (el Man of the Match) clavó la estocada final, y eso que todavía quedaba un cuarto de partido por jugarse. en el último minuto, Boffelli completó la faena.

los méritos que adquirió Jaguares esta temporada fueron largamente expuestos en estas páginas, pero vale la pena resumirlos ya que es lo que los trajo hasta aquí. en lo relativo al juego, Jaguares se asentó en su defensa, tanto para resguardar­se cuando las cosas no salen como para ahogar al rival y convertir al tackle en un arma ofensiva. Y con el correr de los partidos adquirió una gran capacidad para pescar pelotas en el ruck. en ataque, el equipo mantuvo la estructura que adquirió con ledesma el año pasado pero le sumó una multiplici­dad de variantes que lo hicieron impredecib­le. el line-out defensivo, ya una fortaleza el año pasado, directamen­te se convirtió en una pesadilla para los rivales. ayer robaron cuatro. Más destacable es la fortaleza mental que adquirió el equipo, reflejado en la capacidad de sobrelleva­r momentos adversos y capitaliza­r los favorables, y también para cerrar partidos ajustados.

además, Quesada parece haber encontrado la fórmula para rotar jugadores sin resignar competitiv­idad, algo que fue la gran marca de la temporada y le permite llegar con aire al partido decisivo, clave también en un año mundialist­a.

la otra semifinal, que se jugaba en esta madrugada, no solo determinab­a el rival de Jaguares en la final del próximo sábado sino también la sede. si ganaba crusaders, el bicampeón vigente, líder de la temporada regular y amplio favorito, el equipo de Gonzalo Quesada partirá mañana a la noche rumbo a christchur­ch, nueva Zelanda. en cambio, si daba el batacazo Hurricanes, al que Jaguares ya venció esta temporada en Wellington, serán ellos quienes deban armar las valijas y la argentina tendrá el enorme honor de ser anfitriona de la gran final.

Juéguese donde se jugare, Jaguares irá por todo. “la ilusión que me condena”, cantó pier en la despedida. el hambre de este equipo no se sacia con un subcampeon­ato.

Gonzalo Quesada llegó cerca del mediodía a Vélez, varias horas antes de que Jaguares jugara con Brumbies. Detallista y obsesivo, no sorprendió a sus íntimos que no dejara librado nada al azar antes de uno de los partidos más importante­s de su carrera como entrenador. Una trayectori­a que se inició en Francia y lo llevó a hacerse cargo este año de la franquicia argentina en el Súper Rugby, pero que empezó a forjarse mucho antes de su retiro como jugador. Vivió solo el 39-7 sobre Brumbies, en un final de sonrisa y brazos agitados, pero ni siquiera en ese momento abandonó su habitual perfil bajo.

Unas de las primeras figuras que le mostraron la docencia en el rugby fue su padre, Josué, “Bebe”. Exjugador de Hindú, fue entrenador de la primera entre 1981 y 1984, cuando Gonzalo jugaba en las categorías infantiles. El chico nunca perdió esa discreción y ya desde entonces lideraba con su juego y la seguridad que transmitía, en gran medida por su pie derecho. Fanático de Independie­nte, se destacaba también en el fútbol, hasta que terminó decantándo­se por el rugby gracias al club de Don Torcuato.

Otro personaje clave en su carrera fue Pierre Berbizier, gloria del selecciona­do francés, que convenció a Quesada de que jugara en Narbonne, el primero de los cinco clubes de Francia que integró el apertura.

Como si estuviera armando un currículum perfecto, Quesada fue fue dando pasos cortos y sólidos en su formación como entrenador. Tras su retiro, en 2008, Marc Lievremont lo convocó para el staff de Les Bleus. Se conocían del cuarto de final que los enfrentó en el Mundial Gales 1999, en que el 10 se consagrarí­a como máximo goleador, con 102 puntos. En los primeros meses de lo que terminaría siendo una estadía de cuatro años el argentino se encargó de los pateadores y del juego con el pie, nada que llamara la atención. Quesada ya se había ganado un nombre tras casi una década en Francia.

Pasado ese primer período, Lievremont le pidió que participar­a junto a Émile Ntamack en los entrenamie­ntos de los tres cuartos y de ataque en general. Fue tal la incidencia de Quesada que durante el Mundial Nueva Zelanda 2011, cuando el director técnico francés se enfrentó con sus jugadores, Quesada terminó mediando. Ya con Francia como subcampeón mundial, la federación de rugby invirtió en el argentino: le financió un máster de dos años, orientado en la biomecánic­a y la psicología del deporte, en la Universida­d de Clermont-ferrand.

A todo ese bagaje que acumuló durante cuatro años lo aplicó después en su etapa más exitosa como preparador, cuando se hizo cargo de dos clubes parisinos. Tras una etapa de dos años en Racing 92 recaló en Stade Français. Allí ganó el Top 14 en la temporada 2014/2015 y la Challenge Cup en la 2016/2017, mérito que lo erigió en el primer entrenador argentino en ganar título en el extranjero.

Tras un breve paso porbiarrit­z llegó el llamado de Jaguares. Con una final mundial como asistente y una europea y otra francesa como entrenador principal, sería inexacto ubicar al partido de ayer como el más significat­ivo de su trayectori­a. Tan exitoso fue su paso por el rugby francés que Racing lo tentó dos veces para que tomara el cargo a partir de agosto. Si bien las ofertas eran ampliament­e superiores a la argentina en lo económico, el exback de Hindú las rechazó.

Aunque empezó en febrero la temporada, su trabajo en la Unión Argentina de Rugby comenzó antes. En agosto de 2018 Quesada colaboró en la formación del plan de juego de los Pumas y acompañó a Mario Ledesma en el Rugby Championsh­ip y en la ventana de noviembre.

Su equipo de trabajo en Jaguares es chico, pero fue selecciona­do a medida. El rosarino Andrés Bordoy, a quien conoció durante su etapa en Pau, llegó para hacerse cargo de los forwards y del scrum. En tanto, su hermano de la vida, Juan de la Cruz Fernández Miranda, se ocupó de los tres cuartos. Durante este año Jaguares mejoró en solidez mental, algo que se vio sobre todo en los cierres de partidos. Partidos que antes se escapaban hoy son ganados, como sucedió frente a Chiefs.

Llama la atención que como local observa los partidos solo. Él lo explicó: sucede que Bordoy y Fernández Miranda están en el campo de juego mientras que el primer palco asignado a él y a Ramiro Peman, el analista de video, estaba en un lateral. Entonces, para ver mejor Quesada consiguió uno en el centro. Perdió la repetición instantáne­a, pero ganó en visión. Y desde ahí se comunica con sus asistentes vía inalámbric­a.

Bajo su mando, Jaguares encontró variantes en ataque y logró construir su juego a partir de la defensa. Prueba de ello fue el primer try de ayer de Matías Orlando, que se inició con un tackle de Pablo Matera en el medio de la cancha que hizo perder la pelota a un rival. En el debe queda todavía el scrum, rubro en el que, si bien levantó en la segunda parte de la temporada, su equipo tiene el peor porcentaje de obtención del torneo (86). Lo contrario sucede con el confiable line-out (91%, tercero en la estadístic­a general), mediante el cual Jaguares lanzó el juego. Ayer le robó cuatro lanzamient­os a Brumbies.

Con el Mundial de Japón como prioridad, el entrenador de Jaguares relegó la chance de encontrar un conjunto titular de memoria al variar el equipo y dosificar los minutos de sus jugadores. Fue una decisión arriesgada que no resintió el juego y, al cabo, le sirvió para encontrar variantes. Jaguares llega a la final con un 72% de efectivida­d (13 triunfos y 5 caídas) y la oportunida­d de seguir haciendo historia. Más allá del resultado, el camino trazado por Quesada ya está claro.

 ?? Rodrigo néspolo ?? Ortega Desio, De la Fuente, Orlando y Díaz Bonilla, el festejo más grande
Rodrigo néspolo Ortega Desio, De la Fuente, Orlando y Díaz Bonilla, el festejo más grande
 ?? Rodrigo Néspolo ?? Quesada dirige a un equipo que juega cada vez mejor y llega tan lejos como nunca
Rodrigo Néspolo Quesada dirige a un equipo que juega cada vez mejor y llega tan lejos como nunca

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