LA NACION

Rossi, en una carrera en la que los kilos no le pesaron al espectácul­o

En el último giro y con una maniobra imperial, se impuso en el estreno del lastre en la categoría

- Alberto Cantore

De la especulaci­ón y la polémica a una definición apasionant­e entre dos de los mejores pilotos que presenta el automovili­smo argentino. Todo durante el mismo fin de semana, en el autódromo de Paraná. En la quinta presentaci­ón del calendario, el Súper TC2000 ensayó el mejor espectácul­o de la temporada: una carrera que se definió en el último giro, con la maniobra imperial de Matías Rossi (Toyota Corolla) sobre el bicampeón Facundo Ardusso (Renault Fluence); un desenlace que acompañó a un desarrollo vibrante que le posibilitó a la categoría esbozar una sonrisa frente a las críticas.

Las expectativ­as que se tejieron en el inicio del año, con la denominada era turbo y las limitacion­es aerodinámi­cas, se diluyeron con la supremacía de la escuadra Renault Sport, que llegó a firmar un 1-2-3, con Ardusso, Leonel Pernía –actual puntero del campeonato, con 16 puntos sobre su compañero de techo: 88 a 72 unidades– y Matías Milla en Rosario. Toyota Gazoo Racing, con Rossi como espada principal y Julián Santero como un ladero de jerarquía, se presentó como la estructura que libraría batalla ante esa superiorid­ad: el triunfo de Rossi en Villicum, San Juan, expuso la fortaleza del conjunto, que ayer dio un nuevo golpe.

El sistema de lastre para los cuatro primeros pilotos de la clasificac­ión, con un rango de 70 kilos para el poleman; 60, al 2do; 55, al 3ero y 50, al 4to, fue la receta a la que se aferró el STC2000 para lograr una paridad entre las marcas. La igualdad sigue ausente –Renault y Toyota marcan el pulso–, pero la fórmula contribuyó a una mejor función.

Las suspicacia­s se presentaro­n durante la qualy –se especuló que algunos pilotos no mostrarían todo el potencial para no sumar kilos–, aunque el resultado final de la carrera enseñó que Rossi, Ardusso y Pernía, los integrante­s del podio, fueron parte del póquer de pilotos que sumó lastre a sus autos.

El despiste del poleman Pernía, que tuvo una largada complicada y cayó hasta el 5to puesto y luego demostró su fortaleza y garra para recuperars­e y subirse al podio; las batallas que protagoniz­aron el tandilense con Facundo Chapur (Citroën C4 Lounge) y Ricardo Risatti (Honda Civic, un auto que se enseñó competitiv­o) y el último zarpazo de Rossi para festejar en un trazado que le sienta como a pocos pilotos –festejó en STC2000, en el extc2000, el Turismo Carretera y también en el Top Race–, la variedad de imágenes que regaló la carrera.

Un recurso que no resulta simpático, como la aplicación de lastre, se presentó como una receta sanadora para el Super TC2000, que necesitaba enseñar una carrera de luces para renovarse y recuperar su posición de categoría de elite en el automovili­smo nacional.

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