LA NACION

Trigo. Radiografí­a sobre cómo corrió su propia frontera

Sin trabas, en tres campañas creció 48% versus los siete ciclos anteriores; hubo zonas donde aumentó mucho más

- Fernando Bertello

Regreso con gloria. Luego de haber caído a niveles mínimos en el gobierno anterior, como con la siembra más baja registrada en más de 100 años en los ciclos agrícolas 2009/2010 y 2012/2013 (con 3,3 millones de hectáreas), el área con trigo creció un 48% al compararse su promedio de las últimas tres campañas (2016-17/2019) contra el promedio de las siete anteriores (2009-10/2016).

El dato se desprende a partir de informació­n de la Secretaría de Gobierno de Agroindust­ria de la Nación, que conduce Luis Miguel Etcheveher­e.

En el gobierno anterior, las trabas para exportar el cereal, con los Registros de operacione­s de Exportació­n (ROE) y el mecanismo de cuotificac­ión de las ventas externas, determinar­on que la superficie del cereal acotara su mayor presencia a las regiones trigueras típicas del sudeste y el sudoeste bonaerense.

Tras la asunción del Gobierno de Mauricio Macri, se quitaron los permisos para exportar y también se removió el sistema de cuotas. También se bajaron a 0% las retencione­s al cultivo que estaban en el

23% (el año pasado el actual gobierno reimplantó los derechos de exportació­n con el esquema de $4 por dólar exportado).

Sin el freno de mano puesto, la superficie con el cereal despegó. De 4.174.561 hectáreas del promedio 2009-10/2016 el área pasó a

6.193.023 hectáreas, un incremento del 48 por ciento.

Pero el auge no quedó ahí. Hubo regiones donde la superficie se duplicó y hasta se triplicó marcando un retorno del cultivo a zonas donde había sido relegado por las trabas del gobierno anterior que más que el trigo incentivab­a a la soja, cultivo que, más allá de las retencione­s, nunca tuvo trabas para exportar.

Para el Gobierno actual, el trigo volvió a ser federal, y lo refleja la expansión en diversos puntos de la Argentina.

San Luis fue la provincia que más creció, en términos porcentual­es, en hectáreas implantada­s, con un

255%. Pasó de sembrar 6729 hectáreas promedio entre 2009/102015/16 a 23.913 hectáreas entre

2016/17 y 2018/19. Córdoba aumentó un 102%, de

670.544 hectáreas a 1.355.738; Santiago del Estero un 97%; de 201.061 a

396.897 hectáreas; Santa Fe un 81%, de 559.083 a 1.011.453 hectáreas, y La Pampa un 73%, de 199.867 a

346.753 hectáreas.

“Una vez que al trigo le sacamos las trabas, aumentó la producción -con tres cosechas récord-, se expandió el área sembrada y el cultivo volvió a provincias que habían recortado drásticame­nte su siembra por falta de competitiv­idad y de reglas claras”, dijo Etcheveher­e sobre la expansión.

“Que el trigo vuelva a ser federal trae enormes ventajas a las economías de las provincias, porque representa actividad durante el invierno, inversione­s, demanda de insumos, de servicios, de labores. En definitiva, movimiento económico en las diferentes localidade­s”, agregó el funcionari­o.

En la provincia de Buenos Aires, la principal en materia de trigo, el área subió un 18% en el período 2017-2019 versus 2010/2016 (de

1.903.424 a 2.237.543 hectáreas), según el relevamien­to realizado en la cartera nacional de Agroindust­ria.

No lo hizo más porque en las regiones típicas del sur provincial el cereal se mantuvo relativame­nte estable, más allá de las variacione­s en algunos ciclos agrícolas. No obstante, dentro de la provincia hay ciertas regiones donde el cereal literalmen­te explotó en superficie implantada.

“En el norte bonaerense, Pergamino, Rojas, Salto y Arrecifes, creció 159,8% en promedio”, destacan en Agroindust­ria. Esto demuestra cómo el cereal inclusive se expandió con fuerza en el norte bonaerense.

Con el trigo no solo hay más desarrollo económico (para los productore­s es una caja importante a fin de año, con la cosecha en noviembred­iciembre), sino que se mejora la sustentabi­lidad de la agricultur­a en general.

En la campaña 16/17 la suma de gramíneas (explicado en un 40% por el trigo, al margen del maíz y la cebada) volvió a superar la superficie con soja, algo que no se daba desde la campaña agrícola

2002/03.

Más allá de la quita de las trabas al cereal, el Gobierno ha tomado otras medidas con impacto en toda la cadena. “Hay medidas que están siendo de impacto en toda la actividad agrícola. Por ejemplo, el Sistema de Informació­n Simplifica­do Agrícola (SISA) que ha reducido las presentaci­ones y simplifica­do los trámites. Hemos avanzado con la industria molinera en la formalizac­ión de la cadena, lo que ya está a la vista en la registraci­ón de producción de harinas (al respecto, tras la instalació­n de cajas negras en los molinos, en mayo la molienda de trigo fue la más alta en 10 años). Además, el sistema STOP ha reducido drásticame­nte la espera en puertos, lo que impacta en la calidad de vida de los camioneros y en la eficiencia de la logística”, dijo Guillermo Bernaudo, secretario de Agricultur­a, Ganadería y Pesca.

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Shuttersto­ck Volvió a zonas donde había sido relegado

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