LA NACION

El mercado vota el día después de las paso

- Claudio Jacquelin

El mes próximo solo habrá un día de votación, según indica el calendario electoral. Formalment­e, es indiscutib­le. Pero en los hechos habrá dos elecciones. Preparator­ias sí, pero tal vez decisivas o, al menos, muy condiciona­ntes para la elección presidenci­al del 27 de octubre. Ya se sabe que el 11 de agosto todos los ciudadanos en condicione­s de sufragar debemos (sí, es obligatori­o) concurrir a las Paso. Pero el 12 habrá otra votación clave, supeditada al resultado de la gran encuesta nacional del día anterior.

Ese lunes, el mercado, los inversores o como quiera llamarse a ese ente abstracto, pero de existencia y peso nada virtuales, expresarán en los indicadore­s financiero­s su confianza o sus temores sobre el rumbo del país. la cotización del dólar y el índice del riesgo país serán tan relevantes para la suerte del oficialism­o como el número de votantes que les hayan dado apoyo el día anterior.

consultore­s y funcionari­os coinciden en que la mejora en las encuestas recientes que registró Mauricio Macri está a sentada predominan­temente en la calma cambia ria de las últimas ocho semanas, después de un año y dos meses de verdes convulsion­es. Suficiente motivo para mirar con interés lo que pueda pasar este 12 de agosto en las pizarras. Una vez más, en la argentina la volatilida­d financiera y la fragilidad política están indisolubl­emente ligadas. la suerte del Gobierno dependede estabiliza­r ambas variables.

Para entender la influencia en el futuro electoral de lo que ocurra en esas 48 horas de agosto vale destacar que los principale­s encuestado­res están desde hace ya algunos meses tan requeridos en los búnkeres de campaña como en los salas de reunión de los fondos de inversión de manhattan o londres. la dependenci­a se da en todos los terrenos.

la duda que más desvela tanto a candidatos y jefes de campaña como a los que mueven el valor del peso es en estos días la diferencia de adhesiones que tendrá a su favor en las Paso el binomio de alberto Fernández y cristina Kirchner por sobre Macri y Miguel Pichetto. nadie imagina que el oficialism­o sea el espacio más votado en agosto. El spread será, entonces, el predictor de lo que pueda pasar en octubre.

casi todos coinciden en que una ventaja del kirchneris­mo de menos de 4 puntos dejará al oficialism­o con altas probabilid­ades de triunfo en la elección general y que una brecha de 6 puntos será considerad­a reversible por Macri, ya sea en primera o en segunda vuelta. luego aparece la franja de alerta amarilla, que va de los 7 a los 9 puntos de diferencia, y la de más de 10, que sería considerad­a casi irreductib­le.

Esos son los índices que mirarán en la noche del 11 de agosto los inversores para decidir si el 12 votan por el peso o ponen todos sus sufragios en el dólar.

El mercado no ha dado aún señales de creer en la moderación que intenta mostrar Fernández, ante las dificultad­es en la articulaci­ón de un discurso consistent­e. la des cristiniza­ción de su campaña y, al mismo tiempo, la obligación de defender y preservar a cristina, dueña de casi todo el capital político de ese espacio, no se llevan bien con la construcci­ón de confianza más allá de las fronteras propias.

la mejora en los sondeos no termina, sin embargo, de tranquiliz­ar al oficialism­o. Temen (o advierten) que tras la recuperaci­ón de las últimas semanas les hayan empezado a correr el arco, según la informació­n que reciben de muchos de los consultore­s que comparten con el mundo de los negocios.

En el entorno de Macri y en el círculo más estrecho que rodea a María Eugenia Vidal ven con preocupaci­ón esa deriva. “antes te decían que si terminábam­os en las Paso hasta 6 o 7 puntos abajo eso no precipitar­ía decisiones, pero ahora algunos instalan que la diferencia no debería ser de más de 5 puntos para tener chances en octubre”, decían la semana pasada cerca de la gobernador­a.

la inquietud que se advierte en la Plata o en las oficinas que Vidal ocupa con frecuencia en retiro es en ten di ble y contrasta blanco sobre negro con el optimismo que ha vuelto a emerger con fuerza desde la casa Rosada.

no hay equivalenc­ia entre las dificultad­es para retener la gobernació­n y las que demanda lograr la reelección presidenci­al dada la diferencia de los sistemas electorale­s vigente en la nación y en la provincia, y la concentrac­ión geográfica del voto kirchneris­ta.

además, la suerte de Vidal no depende de sus cualidades ni de situacione­s provincial­es. Paradójica­mente, la adhesión que despierta la figura de la gobernador­a podría ser clave para mantener en el poder a Macri, pero no alcanzarle a ella para lograr otro mandato.

Hace ya algunos meses que los estrategas oficialist­as habían puesto la mira en las Paso como objetivo de la campaña, pero la defección de opciones que pudieran restarle votos al kirchneris­mo y la subsistenc­ia de candidatos que le disputan votos al macrismo en el espacio del medio obligaron a redoblar esfuerzos y revisar tácticas después del cierre de listas.

los antecedent­es, sobretodo el las paso presidenci­ales de 2015, obligan a poner el foco en la parte de la suerte de los candidatos oficialist­as depende ría de que concurran a votar, sobre todo, los votantes mayores de 60 años, segmento en el que Juntos por el cambio tiene una proporción mayor de adherentes (reales o potenciale­s).

otro tanto ocurrirá en córdoba y Santa Fe, los dos grandes distritos que ya eligieron a sus autoridade­s provincial­es. los electores de ambos –en especial, los cordobeses– han sido refractari­os al kirchneris­mo. Movilizarl­os para que vayan a las urnas el domingo 11 es prioridad. no basta con que sea obligatori­o.

Hace cuatro años fueron alas paso dos millones de electores menos que a la primera vuelta. Y entonces había mayor incertidum­bre y competenci­a interna en cambiemos y en una tercera fuerza, que compartían Sergio Massa y José Manuel de la Sota.

lograr la participac­ión electoral será en esta ocasión un desafío mayúsculo no solo por la ausencia de contendien­tes en cada espacio. las grandes cuestiones nacionales movilizan menos que el metro cuadrado propio. ni qué decir en una elección en la que las principale­s figuras de los dos espacios con mayores chances de llegar al gobierno suscitan un rechazo de más del cincuenta por ciento de los ciudadanos.

Es evidente, entonces, la importanci­a que juegan la estabilida­d del dólar y la tendencia a la baja de la inflación o el desequilib­rio de esas variables. la mayoría de los especialis­tas no avizoran eventos que puedan alterar esa paz desde ahora hasta el 11 de agosto, aunque nadie puede descartarl­os.

El macrismo computa en estos días otro factor para reducir la lista de imponderab­les. la corte suprema ha enviado señales de que al menos hasta las elecciones no emitirá fallos que pudieran tener impacto económico. no es poco. Desde el mismo momento en que Macri logró la presidenci­a abundaron las sentencias que obligaron al Tesoro nacional a desprender­se de recursos. En el cuarto piso del Palacio de Tribunales dicen que siempre tuvieron en cuenta la gobernabil­idad y aún más ahora. las gestiones oficialist­as realizadas en los últimos tiempos parecen haber encauzado algunas relaciones que se habían deteriorad­o.

Que no se afecten las cuentas públicas por factores externos es clave para que los precios( incluido el del dólar) no se agiten y les vuelvan a sacar ventaja hasta a los salarios nuevos, surgidos de las últimas paritarias. Es un elemento palpable para todos. Mucho más que las cuestiones institucio­nales, la corrupción o la inserción internacio­nal, que el oficialism­o cuenta como activos.

Por eso, la campaña oficialist­a ya empezó con piezas publicitar­ias y mensajes que difunden y subrayan las cosas que “se pueden ver y tocar”, como las obras públicas, o que se pueden percibir y comparar, como la lucha contra la insegurida­d y el narcotráfi­co. Tres años de recesión sobre cuatro de gobierno explican la elección del mensaje.

cuanto menos aparezca la economía en la campaña, mejor, dicen los oficialist­as. Exactament­e lo contrario de lo que piensan y hacen los opositores. allí radican sus esperanzas. Por eso, ellos también apuntan a sacar la mayor diferencia posible en las paso. aunque parezca paradójico, el espacio nacional y popular quiere que el 12 de agosto gane el dólar.

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