LA NACION

La definición sobre la condena a Boudou se conocerá antes de las PASO

El exvicepres­idente fue sentenciad­o en primera instancia a más de cinco años de prisión, pero Casación debe responder sobre los planteos presentado­s tras el juicio

- Hernán Cappiello Amado Boudou

El exvicepres­idente Amado Boudou y su amigo José María Núñez Carmona cuentan las horas en la cárcel de Ezeiza a la espera del fallo que se conocerá antes de las elecciones de agosto: se trata de la sentencia que confirmará o revocará sus condenas a casi seis años de prisión por apoderarse de las acciones de la imprenta Ciccone Calcográfi­ca, que fabricaba el papel moneda.

Los jueces de la Sala IV de la Cámara de Casación Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Javier Carvajo trabajan con sus secretario­s sobre los votos que sellarán la suerte de Boudou, Núñez Carmona, Nicolás Ciccone –exdueño de la imprenta– y Rafael Resnick Brenner, exfunciona­rio de la AFIP. Todos pidieron la absolución. Están con prisión preventiva tras las condenas en su contra. Ciccone cumple arresto en su casa por su edad y por su estado de salud.

Si el tribunal de Casación confirma las condenas, el fallo quedará en condicione­s de ser ejecutado si los recursos extraordin­arios son rechazados por el tribunal, y solo les quedará el camino de un recurso de queja para llegar a la Corte. Es decir que si eso ocurre dejarán de estar en prisión preventiva y comenzarán a cumplir la pena. Los condenados ya llevan presos casi un año, que se descontará del total de la condena.

El fallo podría estar listo antes de la feria judicial de invierno, que comienza el sábado 20 de julio. Si bien los jueces aún no concluyero­n su trabajo, la resolución judicial, que será voluminosa, confirmarí­a las condenas, aunque hay debate sobre las penas. Confirmar o no una condena contra un exvicepres­idente es una decisión de alta sensibilid­ad política en tiempos de incertidum­bre preelector­al.

Amado Boudou fue sentenciad­o a cinco años y diez meses de prisión como autor de los delitos de cohecho pasivo y negociacio­nes incompatib­les con la función pública. José María Núñez Carmona, a cinco años y seis meses de prisión por los mismos delitos como partícipe. Nicolás Ciccone, a cuatro años y seis meses de cárcel por cohecho activo. Alejandro Vandenbroe­le, testaferro de Boudou y arrepentid­o en el caso, a dos años de prisión, y está en libertad, igual que Guido Forcieri, exasesor de Boudou, condenado a dos años y seis meses de prisión. Rafael Resnick Brenner, exjefe de asesores de la AFIP, fue condenado a tres años.

Los acusados apelaron sus condenas y pidieron su absolución. Los cuestionam­ientos de la sentencia son varios. Uno de ellos es la calificaci­ón, ya que los abogados de Boudou, Alejandro Rúa, y de Núñez Carmona, Matías Molinero, plantearon que tanto el delito de cohecho como el de negociacio­nes incompatib­les con la función pública requieren que el funcionari­o tenga una competenci­a específica para cometer la conducta que se le reprocha. Y dijeron que Boudou, como ministro de Economía, no controlaba la AFIP, la Casa de la Moneda ni la Secretaría de Comercio, por lo que no pudo haber cometido el delito del que se lo acusa.

Defensa

El exvicepres­idente está acusado de haber presionado para que le dieran un plan de pagos especial a Ciccone en la AFIP para levantar la quiebra y a cambio recibir el 70% de las acciones a través de testaferro­s. Para sostener estos argumentos, el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni se presentó con un escrito como amigo del tribunal, en favor de Boudou.

Otro de los cuestionam­ientos está vinculado con la congruenci­a de las condenas: los jueces del tribunal oral condenaron a una pena mayor que la que pidió el fiscal del juicio, Marcelo Colombo. Impusieron la pena que pidió la Unidad de Informació­n Financiera, que había acusado de lavado, pero no lo hicieron por ese delito. Otro planteo está vinculado a que no se produjo la prueba que reclamaron en el juicio. Boudou pidió saber cómo llegó Vandenbroe­le a convertirs­e en arrepentid­o, a partir de los contactos que mantuvo con el Ministerio de Seguridad. Esta informació­n está en parte de la causa que quedó en la instrucció­n en manos de Ariel Lijo. El tribunal le rechazó esta pretensión a Boudou. Justamente con este argumento es que Boudou le pidió a la Casación que le solicitara al juez de Dolores Alejo Ramos Padilla las constancia­s de su caso por espionaje, ante la eventualid­ad de que las supuestas presiones vinculadas con los arrepentid­os alcanzaran a Vandenbroe­le. Para apoyar este argumento, se presentó como amicus curiae el experto en derecho procesal Julio Maier.

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