La lectura en zonas vulneradas
El acceso al libro-objeto y la familiarización con la lectura (acceso simbólico) no es algo habitual para los jóvenes ni para los niños de sectores populares. La lectura, incluso si es fragmentaria, o esporádica, tiene un rol fundamental en la construcción de la subjetividad, la constitución del espíritu crítico, el desarrollo de la imaginación y la construcción de vínculos sociales.
En la organización de la sociedad civil Crisol desarrollamos actividades culturales en barrios del sur de la ciudad de Buenos Aires, cuyo objetivo es contribuir a la inclusión social y al ejercicio de los derechos de adolescentes y jóvenes a través de diferentes estímulos, entre ellos la promoción de la lectura.
Gracias a la circulación de “valijas viajeras”, los niños acceden a libros y recursos didácticos con los que no tienen familiaridad. Tornarlos objetos cotidianos los posiciona mucho mejor en su proceso
de socialización. Las valijas incluyen libros, juegos didácticos, un CD con recursos audiovisuales para acompañar y enriquecer la lectura, y un “recursero” para educadores. Estos dispositivos funcionan a nivel visual, auditivo e interactivo, diversificando las áreas de estímulo que cada destinatario necesita para responder de manera activa al contacto con la lectura.
La articulación interinstitucional entre diferentes organizaciones barriales (juegotecas, comedores comunitarios, clubes, merenderos, etcétera) permite darle sustentabilidad a los proyectos y ampliar los ámbitos de interacción de la población, ya que los referentes de las organizaciones y equipos docentes adquieren herramientas conceptuales y pedagógicas para ampliar el alcance de sus tareas.
Encontrar diferentes maneras de leer los libros, acompañar o reemplazar la lectura por el canto, el baile, las adivinanzas, la lectutores ra a múltiples voces, el uso de susurradores, lleva a los educadores a la revisión crítica de sus propias prácticas y del lugar, a veces poco significativo, otorgado al trabajo corporal y expresivo.
Los equipos técnicos conformados con profesionales de distintas disciplinas, sociólogos, antropólogos, recreadores, pedagogos, comunicólogos, ayudan a facilitar este proceso y enriquecen las perspectivas de abordaje, posibilitando la complementariedad.
La formación de promotores de lectura con una metodología pedagógica adecuada a la franja etaria, basada en técnicas lúdico expresivas (dramatizaciones, role playing, juegos), es un canal de llegada muy efectivo con los jóvenes, que suelen sentirse fuera del mundo del libro y “aburrirse” cuando el aprendizaje circula únicamente por un canal intelectual.
Una vez que los jóvenes exploran su autopercepción como lecy comienzan a disfrutar del placer de la lectura y transformar los libros en un objeto cotidiano, se encuentran en condiciones de transferir esta experiencia a otros actores de la comunidad. De esta manera se sienten reconocidos y valorados en un nuevo rol cuando recorren las instituciones y ayudan a los niños más pequeños a recorrer el mismo camino.
El estímulo a la lectura en tanto bien cultural es una estrategia privilegiada para la inclusión social, especialmente en poblaciones vulneradas porque permite reflexionar y promover la autonomía de los sujetos, estimula la imaginación y el pensamiento abstracto, generando espacios de búsqueda y de encuentro, espacios de contacto entre discursos propios y ajenos, y la posibilidad de replanteo e interpelación de ambos. Socióloga, psicóloga social. Directora ejecutiva de Crisol Proyectos Sociales