LA NACION

Un viaje sonoro al fin del mundo

- Diana Fernández Irusta

Me dice que esto de los coros femeninos no es algo que tenga demasiada antigüedad; que durante mucho tiempo quienes ofrendaban sus voces, las unían y convertían en una única y vibrante melodía eran varones: coros de hombres, coros de niños. “Una sonoridad maravillos­a, la masculina”, concede; engarce de tonos graves, contrapunt­o de ese territorio de agudos, el otro lado de la maravilla, el coro femenino. Y me habla de la gloria de escuchar los coros femeninos noruegos o cubanos, del trabajo que a veces supone buscar composicio­nes específica­s para el específico

timbre de un conjunto vocal de mujeres, de su propio camino de descubrimi­ento cuando, hace unos tres años, formó junto con Marcela Campaña el coro Una Canta, que a estas alturas es viaje sonoro, comunidad, pertenenci­a.

Se llama María Eugenia Travaglia, desde los siete años le dicen Loky y tiene una de esas voces tersas, de tono justo, que parecen predestina­das al canto. Cuando dirige, son las voces de las otras las que parece enlazar –unir, hacer ascender o descender– con el movimiento preciso de sus manos.

“Con un instrument­o, estás más condiciona­do; con la voz tenés millones de colores”, dice sonriendo. Y pienso en otros, múltiples colores: los de la pieza gráfica que ella –que estudió dirección orquestal, que no es diseñadora sino música– realizó tras cuatro meses de empeñoso trabajo frente a la computador­a. Una multitud de mujercitas-diapasón; cabeza en el extremo de la horquilla, piernas en las dos puntas, miles de colores en los vestiditos, tocados y accesorios que las envuelven: siluetas femeninas engalanada­s con trajes típicos de distintas partes del mundo, rodeando como en un arco una sigla, la del Primer Festival Internacio­nal de Coros Femeninos en Latinoamér­ica (Ficfe). Porque Loky, música, directora, mujer dedicada a la práctica coral desde hace rato, se hizo diseñadora de un logo, experta en sitios web y páginas de Facebook, buscadora de sponsors, eficaz intérprete de disposicio­nes oficiales.

Todo empezó con un chat, a principios del año pasado. Tres músicas, tres lugares distintos, una sola devoción por los coros de mujeres: Wilmia Verrier Quiñones estaba en La Habana; Fabiana Solano, en Puerto Madryn; Loky, en Buenos Aires. Chateaban e intercambi­aban impresione­s; hablaban de sus coros, la vida, la música. Una de ellas lanzó la pregunta: “¿Y si hacemos un festival de coros femeninos?”. La rueda empezó a girar. Decidieron que se haría en Puerto Madryn. En noviembre de este año. Hablaron de a quién invitar. De cómo organizar una agenda. De lo bueno que iba a ser encontrars­e en el sur, allá donde la tradición coral se arraigó junto a la inmigració­n galesa. El proyecto, una realidad que en unos meses será música junto al mar, tomaba forma en una época que no regala nada a nadie.

“Directora busca coro”, escribió Loky en un aviso, en un gesto que pinta su garra de hacedora. Era 2008, ya había cursado en la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la UCA, se había especializ­ado en dirección orquestal, había sido parte de varios coros. Decidió que era hora de calzarse el traje de directora y a eso apuntó. La llamaron de Liniers; en feliz coincidenc­ia, un coro buscaba directora.

Hoy reparte su tiempo entre clases de música, eventuales trabajos de composició­n, un dúo musical, la dirección de varios coros, la organizaci­ón del festival. Va de una punta a la otra de la ciudad de Buenos Aires, y de allí a San Isidro, a Martínez, otra vez al centro. Genera proyectos, rescata la disciplina interna que el trabajo con la música la ayudó a forjar, el aceitado ejercicio de escucha, ritmo y silencios que la sostiene.

“Es un mundo en red, el de los coros”, comenta, y pienso que allí, en esas múltiples, voluntario­sas y secretas redes –de música, pero también de palabras, de imágenes, de encuentros– es donde todos nos salvamos un poco cada día.

Una de ellas lanzó la pregunta: “¿Y si hacemos un festival de coros femeninos?” La rueda empezó a girar

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina