el desafío de desaprender para seguir adelante
Tanto en el ámbito privado como en el público es fundamental romper modelos establecidos para dar paso a lo nuevo
Ya sea desde el sector privado o el público, se trate de empresas, organismos del tercer sector o dependencias del Gobierno. Cualquiera que sea el ámbito que se tome, la innovación significa romper y desaprender procesos establecidos para iniciar lo nuevo.
En un panel moderado por Ignacio Federico, periodista de la
nacion; Antonella Di Santo, coordinadora de Innovación en la Red de Innovación Local (RIL); Patricia Pedrini, líder de la práctica de innovación de Guitart Partners; y Felipe Miguel, jefe de Gabinete de Ministros del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, contaron qué hacen para modificar procesos.
Miguel aclaró que el Estado tiene distintas herramientas para innovar, desde la regulación hasta el desarrollo de nuevas herramientas inteligentes para los ciudadanos. Sobre el primer punto destacó que en la ciudad de Buenos Aires se modificaron seis códigos en un año, entre los que se destacan el Urbanístico y el de Edificación.
Sobre el segundo punto, Miguel aseguró que Buenos Aires “es una ciudad inteligente” y enumeró diversos proyectos que se llevaron a cabo en los últimos años, como la innovación en la historia clínica electrónica, la incorporación del sistema de videovigilancia y la app Fila Cero, que “permite hacer colas para trámites en otro lugar y una
vez que te llega el turno te avisa para que te acerques”.
“Siempre hay un camino por recorrer. Cada proyecto que se lleva adelante, cada minuto que se dedica a una propuesta, cada recurso económico que se pone, tiene que estar directamente asociado a que la gente viva mejor. Ese es el norte que se percibe con cada uno de los proyectos de innovación”, aclaró.
La Red de Innovación Local es una organización que trabaja para llevar la innovación a los municipios argentinos. “Si bien en la Argentina hay más de 2200 municipios, comparten temáticas bastante comunes. Buscamos encontrar soluciones a esas problemáticas en un proceso que en sí mismo es innovador. La innovación no está tanto en la idea, sino más bien en el proceso”, aseguró Di Santo.
En total, la organización ya trabajó con 150 localidades. La clave, en estos casos, está en buscar que “el funcionario salga del escritorio y pase a un modelo más activo con el beneficiario de la política en el centro”, dijo, y añadió: “En esto se genera iteración, porque, a medida que se va trabajando, cambian los desafíos o nos damos cuenta de que hay nuevas problemáticas”. Luego, definió: “Innovar en el sector público tiene que ver con el coraje de Nación, que los municipios no tengan miedo de animarse a cambiar y a crecer”.
Por su parte, Pedrini explicó que lo primero que se hace cuando llega un cliente que busca llevar innovación a su negocio es darle contenido. “Buscamos el ‘para qué’. Muchas veces vienen con la idea de transformación digital o también con el apuro que les traen las nuevas generaciones de millennials y centennials. Existe como una presión entre la cultura tradicional corporativa, las nuevas generaciones y las demandas del cliente”, describió, y aclaró que lo fundamental es plantear la innovación como estrategia de crecimiento.
Definido el “para qué”, el siguiente paso es “desarrollar un modelo de cocreación entre empleados, miembros del ecosistema, partners y clientes”, dijo la experta, y señaló: “Hay que crear un camino y un presupuesto para que la innovación se incorpore de manera transversal y no como proyecto aislado”, señaló.
Entre los beneficios que trae la innovación, Pedrini aclaró que, desde el negocio, si está planificado, el proceso es evidente. “La innovación se hace para solucionar problemas concretos. Esto significa que está implícito un valor agregado por el cual el cliente está dispuesto a pagar”, destacó, y concluyó que, al momento de plantear la inversión, se separa en la inversión en desarrollo” y la inversión en el go to market, punto en el que sí se relaciona el retorno del desembolso con los resultados.