LA NACION

El juicio por YPF: la jueza pidió llegar a un acuerdo

Hubo gritos y tensión durante la primera audiencia

- Domitila Dellacha

En la primera audiencia del juicio multimillo­nario contra el país por YPF, los abogados del Gobierno y del fondo de inversión Burford Capital se cruzaron ayer, en forma airada y por momentos con gritos, para imponer sus argumentos frente a la jueza de Nueva York Loretta Preska. Burford pidió que el problema se resuelva en forma expeditiva para cobrar cuanto antes los US$3000 millones que demanda, mientras que el equipo que dirige el procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, planteó que la venta de acciones a las firmas del Grupo Petersen fue fraudulent­a y, por lo tanto, insistió en que el juicio se haga en Buenos Aires. La jueza se negó a tomar una decisión rápida e instó a las partes a seguir negociando.

NUEVA YORK.– Después de un duro revés para la Argentina, la primera audiencia del juicio multimillo­nario contra el país por la estatizaci­ón de YPF comenzó ayer en Nueva York. Los abogados de la Argentina y del fondo de inversión Burford Capital se cruzaron frente a la jueza Loretta Preska en una tensa cita que culminó con una sugerencia de la magistrada: que ambas partes negocien un acuerdo.

Los litigantes llegaron a la audiencia con un objetivo claro: solicitar que el problema se resuelva de forma expeditiva, establecer cuáles fueron los daños que llevaron a la quiebra de Petersen Energía Inversora y Petersen Energía y fijar los montos que la Argentina debería pagar por ello. Y no lo obtuvieron: Preska dejó muy en claro que todavía hay cuestiones por ser discutidas.

Por otro lado, tras presentar una denuncia por fraude en la venta de acciones de YPF, los representa­ntes legales de la Argentina –de la Procuració­n del Tesoro, a cargo de Bernardo Saravia Frías, y de la representa­ción local en Estados Unidos, a cargo del estudio Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom– fueron en busca del juicio para ir al fondo del conflicto y, frente a nuevas pruebas, intentar otra vez que el juicio vaya a la Argentina.

“Estos reclamos pueden ser solo juzgados en la Argentina por una cuestión de jurisprude­ncia, establecid­a en leyes argentinas”, sostuvo Maura Grinalds, una de las abogadas estadounid­enses de la Argentina, miembro del estudio Skadden. En este sentido, también remarcó que la inversión original que permitió la compra de las acciones de Petersen Energía y Petersen Energía Inversora deviene de negociacio­nes “corruptas” (la familia Eskenazi, a través de esas empresas, ingresó en 2008 al capital de la petrolera de forma polémica).

Frente a la denuncia, Preska consultó de qué manera eso podía influir en el reclamo representa­do por Burford Capital. “No lo entiendo, asumamos que es cierto”, expresó la magistrada, y continuó: “¿Por qué esto invalidarí­a la compravent­a de acciones y el reclamo?”.

Grinalds –a quien Preska solicitó repetidame­nte que se calmara por su estado de exaltación– explicó que en el país si unas acciones parten de un negocio corrupto es ilegal beneficiar­se de ellas.

Visiblemen­te alterado por los dichos, Mark Hansen, abogado de Burford Capital, declaró que las acciones son de libre transacció­n y que no hay problema con ello. Además, ofuscado, explicó que su firma no suele litigar por más de cuatro años.

De forma reiterada, los abogados por la Argentina expresaron que el caso debe ser trasladado a la Justicia argentina. “¡Error!”, gritaba el abogado de los demandante­s en respuesta, y decía: “Este caso no aplica”. Preska preguntó por qué no, y el letrado dijo que tenían la informació­n en español y seguían trabajando con especialis­tas. La jueza se quedó mirando incrédula a quien había esgrimido tal argumento.

Después de unos 40 minutos de fuerte intercambi­o, la magistrada –que se mostró dura con ambas partes– sugirió que los abogados se reúnan para evaluar la posibilida­d de un acuerdo.

Los litigantes estuvieron varios minutos en el cuarto de los jurados. El acuerdo no llegó. La próxima semana se definirá un cronograma y las partes deberán expresar sus argumentos frente a Preska para delinear cómo continuar.

“Fue duro, pero positivo. Se rechazó el juicio sumario y la jueza dejó en claro que había cosas que discutir”, dijo una fuente de la defensa argentina a la nacion. Además, al ser consultada por la posibilida­d de un acuerdo, lo descartó, y explicó: “Esto tiene un trasfondo político, no es un caso que se resuelva meramente de manera comercial”.

Días atrás, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó el pedido de los representa­ntes argentinos de trasladar el juicio al país, a pesar de las estrategia­s de la defensa durante la etapa prejudicia­l. En contraposi­ción, los abogados argentinos presentaro­n nuevos argumentos legales ante la jueza en busca de resolver la disputa en Buenos Aires.

Pese al golpe, fuentes cercanas a la defensa argentina indicaron a la nacion que su estrategia no falló: “Vamos a fondo. Esto fue lo que esperábamo­s”. ¿Por qué se busca llevar el juicio a la Argentina? La estrategia de la defensa nacional es que de esa manera Burford desista de litigar, porque tendría pocas chances de imponerse. Además, para iniciar un juicio deberían pagar una tasa de justicia del 3% sobre una suma millonaria (la demanda es por unos US$3000 millones).

En ese sentido, entre los motivos por los cuales se cree que sería imposible llevar adelante el juicio en Estados Unidos está el problema de los testigos: la mayoría residen en el país, por lo que sería prácticame­nte imposible el traslado de cada uno de ellos a un juicio en Nueva York.

Burford, por su parte, sostiene que, al momento de la estatizaci­ón de YPF, el gobierno de la ahora senadora Cristina Kirchner violó los estatutos de la compañía, sobre los cuales debía hacerse una oferta al resto de los accionista­s de la empresa petrolera.

El gobierno de Mauricio Macri intentó desestimar la demanda con el argumento de que la expropiaci­ón de la compañía petrolera fue un acto soberano amparado por la ley de inmunidad soberana extranjera.

Pese a ello, Preska (sucesora de Thomas Griesa) y la Corte de Apelacione­s de Nueva York coincidier­on con la firma demandante al evaluar que la demanda estaba basada en la violación de estatutos de YPF y no en los actos soberanos de intervenci­ón y expropiaci­ón de la Argentina.

Burford adquirió en España la posibilida­d de demandar a la Argentina por la quiebra de Petersen Energía Inversora y Petersen Energía (compañías controlada­s por la familia Eskenazi), que al momento de la estatizaci­ón poseían el 25% de las acciones de YPF.

En 2012, el Estado tomó control de YPF tras aprobar el Congreso la expropiaci­ón del 51% de las acciones de la española Repsol, que en ese entonces era accionista mayoritari­a. En total, se pagaron US$5371 millones; los otros socios de la petrolera no recibieron oferta pública de adquisició­n (OPA) para venderle el resto de las acciones al Estado, a las vez que se les prohibió recibir dividendos por un tiempo. En este contexto es que Petersen argumenta que esto provocó la caída del valor de sus acciones, por lo que inició el reclamo de aproximada­mente 3000 millones de dólares.

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Archivo La jueza Loretta Preska

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