LA NACION

EE.UU. no cree en un nuevo kirchneris­mo

- Jorge Rosales

En la administra­ción de Donald Trump, en las grandes empresas y en los inversores financiero­s hay una visión casi unánime sobre el futuro de la Argentina. El deseo generaliza­do es que MauricioMa­cri sea reelegido. Y, sobre todo, esperan que no retorne el kirchneris­mo al poder, al que no le creen que haya cambiado para moderar sus posturas radicales del pasado.

Los grandes inversores, que en los últimos días han comenzado a creer en un escenario de reelección del gobierno de Cambiemos, ven todavía que el equilibrio alcanzado en las últimas semanas por Macri es muy frágil. El cambio de expectativ­as que mejoraron las condicione­s económicas y alimentan un mejor clima antes de los comicios deberá ser ratificado por los votantes, admiten en Washington, que ya comenzó a vaciarse por las vacaciones y la llegada del calor agobiante y pegajoso.

En la Casa Blanca reconocen que no están relajados respecto de lo que pueda suceder en la Argentina. Hay mucho en juego en el futuro, porque el gobierno de Trump apostó fuerte para respaldar a Macri en el FMI cuando el país entró en zona de catástrofe en medio de la crisis financiera. Y un cambio de manos en la Casa Rosada podría significar un giro en las relaciones entre ambos países. Puestos a elegir, no dudan: “Preferiría­mos la visión de Macri”, sostienen en la administra­ción republican­a.

La desconfian­za que provoca aquí un eventual gobierno kirchneris­ta con Alberto Fernández como presidente es inocultabl­e. Pero esto no significa que los puentes estén rotos o se les cierren las puertas. Al contrario. En las últimas semanas, en el Departamen­to de Estado se hicieron gestiones ante importante­s bancos de inversión para que representa­ntes del kirchneris­mo fueran recibidos en Washington para que expusieran sus planes. Lo mismo pasó con empresas y otras agencias de la administra­ción.

“Hablamos con todos los que están interesado­s en hablar con nosotros. Estamos abiertos a todos. Lo peor que podemos hacer es cerrar los puentes”, indicó un funcionari­o de Trump. Sin embargo, la des confianza sigue abierta. Pasaron ocho años del episodio que protagoniz­ó el entonces canciller Héctor Timerman en Ezeiza, cuando con un alicate abrió equipos del Pentágono que habían llegado en un avión de la Fuerza Aérea norteameri­cana.Ese conflicto saleare lucir todo el tiempo cuando se habla de un posible retorno delk ir ch nerismo. Los que vienen, dicen, son los mismos de antes, y ahora dicen que son distintos, pero nadie cree que hayan cambiado. Según el experto en América Latina y director del programa Argentina del Wilson Center, Benjamin Gedan, una de las cuestiones que se miran con suma atención es el rumoperan

bo que podría adoptar la economía argentina. Y, señaló en un encuentro en la Cámara de Comercio norteameri­cana, es difícil hoy determinar qué tipo de relación podría haber entre Estados Unidos y un eventual gobierno de Alberto Fernández-Cristina Kirchner.

El sistema político de esta ciudad, que incluye a republican­os y demócratas, apuesta fuerte a una victoria de Macri porque entiende que si gana Cambiemos continuará el programa de fuerte reducción del déficit fiscal como hasta ahora, y habrá un mejoramien­to en las condicione­s económicas del país. Si la Argentina adopta ese rumbo, sostienen, volverá a crecer, habrá inversione­s y quizá no necesite tener que discutir con el FMI un alargamien­to de los plazos para afrontar el pago de la deuda con ese organismo. Con la estabilida­d en la economía y una inflación por debajo del 2,5% se puede disparar un rebote de crecimient­o rápido, sostienen en los bancos de inversión.

En la embajada argentina estiman que hay una cartera con inversione­s aprobadas por unos US$4500 millones y que las empresas esperan el resultado electoral para ejecutarla­s. La mayoría sería en Vaca Muerta. La expectativ­a por el futuro de la explotació­n de gas y petróleo en ese yacimiento ya llevó al embajador Fernando Oris de Roa cuatro veces en lo que va del año a Houston para reunirse con inversores petroleros.

La Cámara de Comercio Norteameri­cana en la Argentina (AmCham) considera que deben encararse reformas estructura­les para darle sustentabi­lidad y previsibil­idad a la economía. Las más importante­s, entienden, son la previsiona­l, la tributaria y la laboral, y también repensar el sistema educativo. “Preocupa la corrupción estructura­l, y el sistema previsiona­l no es sustentabl­e”, dijo el director de la AmCham, Alejandro Díaz.

Pero aún hay mucho tiempo por recorrer. En el medio están las PASO y las elecciones de octubre. Los bancos y las empresas siguen las encuestas día a día y cualquier variante les cambia el humor. “Si en las PASO el kirchneris­mo se acerca al 43% y la diferencia con Cambiemos es de 7 puntos, se terminará la navegación en aguas tranquilas y habrá un poco de rock ’n’ roll”, señaló un economista de uno de los principale­s bancos que en la Argentina en una reunión con inversores. De todos modos, entiende el banquero, el gobierno tendrá fondos para aguantar posibles turbulenci­as.

Lo que sí genera algunas turbulenci­as en el vínculo privilegia­do que mantiene el gobierno de Macri con la administra­ción de Trump, aunque por ahora sean subterráne­as, es la relación argentina con China. El posible acuerdo para el financiami­ento de la construcci­ón de una central nuclear con tecnología china cayó pésimo en la Casa Blanca, admitió una fuente diplomátic­a argentina. “Les decimos –sostuvo– que es un proyecto del gobierno anterior y nos dicen ‘¿por qué lo continúan?’”.

El gobierno argentino recibió un claro mensaje de la administra­ción Trump: todo lo que sea comercio no hay problemas, pero la preocupaci­ón es con las inversione­s en el sector de comunicaci­ones, infraestru­ctura, manejo de datos y energía nuclear.

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