LA NACION

Infructuos­a exhumación en busca de Orlandi

La joven desapareci­ó en 1983 y una pista llevó a excavar en el Cementerio Teutónico

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ROMA.– Pese a la expectativ­a creada, el misterio de la joven Emanuela Orlandi, hija de un funcionari­o vaticano desapareci­da en 1983 cuando tenía 15 años, no pudo resolverse ayer en una exhumación realizada en las tumbas de dos princesas alemanas en el Cementerio Teutónico.

“No se encontraro­n restos humanos o urnas funerarias”, dijo ayer por la tarde el director interino de la oficina de prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti. Las fosas fueron halladas totalmente vacías, por lo que no se encontraro­n ni siquiera los restos de las nobles alemanas. Una de ellas era la princesa Sophie von Hohenlohe, fallecida en 1836. La otra, Carlota Federica di Mecklembur­go, muerta cuatro años después.

“La cuidadosa inspección de la tumba de la princesa Von Hohenlohe ha sacado a la luz un gran compartime­nto subterráne­o de unos 4 por 3,7 metros completame­nte vacío”, dijo Gisotti.

Posteriorm­ente tuvo lugar la apertura de la segunda tumba-sarcófago, la de la princesa Di Mecklembur­go. “En su interior no se encontraro­n restos humanos. Los familiares de las dos princesas fueron informados de los resultados de la investigac­ión”, añadió Gisotti.

Las dos princesas alemanas fueron enterradas en el cementerio situado entre la Basílica de San Pedro y el gran Palacio de las Audiencias Generales, en un lugar donde se encontraba el llamado Circo de Nerón, escenario del martirio de muchos de los primeros cristianos en los pantanos vaticanos y cuya antigüedad se remonta al año 799.

La Secretaría de Estado de la Santa Sede autorizó en abril de 2018 la apertura de la investigac­ión. En ese contexto, la familia Orlandi pidió al Vaticano que investigue una de las tumbas del Cementerio Teutónico, alrededor de la cual circulaban rumores en el Vaticano desde hace años. De hecho, la familia había recibido una carta anónima con una foto de una sepultura y una frase escrita: “Busque donde indica el ángel”.

En el Cementerio Teutónico próximo a la Plaza de San Pedro, se encuentra una estatua de un ángel que sostiene una sábana con el texto en latín Requiescat in pace (descanse en paz), mientras que en la lápida hay una inscripció­n dedicada a la princesa Sofía y al príncipe Gustavo von Hohenlohe, nombrado arzobispo en 1857 por el papa Pío IX.

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AFP Los forenses trabajan en la apertura de una de las tumbas del Cementerio Teutónico

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