LA NACION

Narcos. Procesione­s y ambulancia­s, todo sirve para transporta­r drogas

En la frontera con Paraguay, los traficante­s cambian sus métodos

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Los métodos para traficar marihuana tomaron formas más ingeniosas y sofisticad­as en la región de Corrientes fronteriza con Paraguay, una zona bajo la lupa de la Justicia y de las fuerzas federales desde 2016. Desde entonces, se empezó a desmantela­r una red de complicida­des que incluía a funcionari­os políticos, miembros de todas las fuerzas de seguridad y hasta un juez federal de esa provincia y sus dos secretario­s. En Itatí, un grupo de gendarmes del Escuadrón 48 descubrió el plan que tenía una banda narco de la zona, que pretendía sacar del pueblo 800 kilos de marihuana disimulado­s en medio de la multitudin­aria procesión religiosa de San Luis del Palmar.

Los controles de las fuerzas de seguridad estaban abocados a custodiar a los más de 20.000 fieles que marchaban desde distintos pueblos y parajes en sus caballos y carruajes. Durante un rastrillaj­e por la zona, los efectivos de Gendarmerí­a encontraro­n la droga escondida en un monte, cerca de la ruta 12, donde ayer arribaron los fieles, que desde hace 119 años repiten ese ritual religioso. En tanto, en la ciudad de Corrientes, los gendarmes secuestrar­on una ambulancia con 376 kilos de marihuana en la que viajaban un médico, un enfermero y un falso paciente.

Fuentes de la investigac­ión señalaron que este tipo de maniobra, en la que usaban a pacientes falsos como coartada, fue realizada varias veces por esa organizaci­ón criminal descubiert­a en la capital correntina. Apenas se topaban con un control de la Gendarmerí­a o policial en ese límite entre Corrientes y Chaco que representa el Puente General Belgrano, el conductor de la ambulancia se apoyaba en una supuesta urgencia médica para evitar cualquier inspección. Mientras en la ciudad de Corrientes una banda –supuestame­nte comandada por un médico que tenía una firma de servicios privados de salud y transporte sanitario– apelaba a ese truco de la ambulancia, en la siempre conflictiv­a zona de Itatí otro grupo narco intentó esconder el movimiento de la droga como parte de la masiva peregrinac­ión prevista para esta semana.

Esa zona del litoral está en el blanco de la Justicia y de las fuerzas de seguridad desde que se empezó a investigar a las organizaci­ones narco y la red de complicida­d que funcionaba desde hace más de una década en esa región, considerad­a la puerta de entrada de la marihuana que se cultiva en Paraguay, el primer productor de cannabis de Sudamérica.

En la llamada causa Sapukay hay 28 personas procesadas, entre ellas el exintenden­te de Itatí Roger Natividad Terán, el exvice Fabián Aquino, y una cadena de contactos que alcanza a gendarmes, policías federales, como el comisario de Itatí Diego Alvarenga, el prefecto Julio Saucedo y el gendarme Gabriel Alcaráz, y el subcomisar­io de la Policía Federal Rubén Ferreyra junto con el sargento Carlos López.

El exjuez federal Carlos Soto Dávila, quien está bajo arresto domiciliar­io, y sus dos secretario­s Pablo Molina y Federico Abreu, fueron procesados el 21 de diciembre pasado por supuesto cobro de sobornos de los narcos de Itatí, liderados por Federico Marín, detenido el 12 de octubre pasado, tras permanecer prófugo más de 18 meses.

Este engranaje que movía los cargamento­s de marihuana producida en Paraguay hacia Corrientes y después a siete provincias del interior parece seguir funcionand­o, a pesar del refuerzo de los controles en la frontera fluvial del Paraná que separa a los dos países.

Ante los patrullaje­s más estrictos en esa región, los narcos pensaban camuflarse entre los rezos de los fieles para poder movilizar el cargamento desde Itatí.

A los narcos de ese pueblo correntino que tiene 9000 habitantes no les interesaba la liturgia religiosa, que está muy incorporad­a en la historia de esa región, sino aprovechar la multitud que llegaría a Itatí este fin de semana y de esa manera tener un canal liberado para sacar de Itatí el cargamento de 800 kilos de marihuana. Por eso, ocultaron las bolsas con cannabis que había sido cruzado por el río Paraná, provenient­e de Paraguay, el principal productor de marihuana de Sudamérica, en un monte cercano a la ruta 12. “Generalmen­te lo que hacen es ocultar el cargamento en el monte. Allí acopian la droga para después sacarla de distintas formas”, sostuvo el fiscal Flavio Ferrini. Los efectivos que detectaron el cargamento debieron esperar si alguien pasaba a buscarlo. Pero los Biguá, una especie de vigías que trabajaban para las bandas, alertaron a los narcos, que dieron por perdida la carga. Y la abandonaro­n.

Fuentes de la investigac­ión señalaron a la nacion que la idea era aprovechar que los puestos de la policía y de la Gendarmerí­a estaban enfocados en controlar la seguridad de los peregrinos que a caballo y en carruajes llegaron a Itatí durante las últimas horas desde distintos puntos de las provincias del noreste.

La maniobra apuntaba a que esos bultos de marihuana fueran retirados del monte y salieran en medio de la procesión rumbo a las ciudades del centro del país, donde se vende ese estupefaci­ente. Los efectivos del Escuadrón 48 de Gendarmerí­a descubrier­on el cargamento dividido en

24 bolsas ocultas en un pozo entre los árboles.

Unas horas después del secuestro del cargamento en Itatí ocurrió otro hallazgo llamativo en Corrientes, donde la Gendarmerí­a encontró

376 kilos de marihuana ocultos en el techo de una ambulancia que pretendía cruzar el puente que une esa provincia con Chaco.

En el interior de la ambulancia iban cinco personas, entre ellos una mujer que se presentaba como paciente de una urgencia, un chofer y una supuesta enfermera y un médico. En el techo iban camuflados 369 paquetes de marihuana, ocultos en el interior de la ambulancia que tenía el logo de la empresa Servimed. Fuentes de la investigac­ión señalaron que esta metodologí­a de tráfico en estas ambulancia­s es realizada desde hace tiempo. Cuando los gendarmes pretendían detener para un control a la ambulancia, un médico exhibía certificad­os adulterado­s que señalaban que el paciente debía realizarse en Resistenci­a estudios coronarios de urgencia. Así conseguían eludir los controles.

El 2 de mayo de 2018 ocurrió un hecho parecido en Formosa. En un control de rutina, efectivos de Gendarmerí­a descubrier­on 84 kilos de marihuana en el interior de una ambulancia del gobierno formoseño, que trasladaba a una niña para ser operada en el Hospital Garrahan de Buenos Aires.

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Gendarmerí­a nacional La ambulancia con el cargamento de droga fue intercepta­da en el Puente General Belgrano

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