LA NACION

Vuelos en épocas de campaña. La polémica entre los gastos privados y los fondos públicos

- Maia Jastreblan­sky Iván Ruiz

Tanto para el oficialism­o como para la oposición, el proselitis­mo empezó mucho antes del comienzo oficial de la campaña electoral. Para apuntalar a sus candidatos en las elecciones provincial­es o para empezar a posicionar sus propias candidatur­as, funcionari­os y precandida­tos volaron a distintos puntos del país, viajes que se pagaron con fondos públicos y aportes partidario­s.

El Gobierno se enfrentó en los últimos días al “dilema de los Tango”. En la Casa Rosada definieron que Mauricio Macri y sus colaborado­res usarán aviones privados en la campaña, una decisión que, dicen, entra en conflicto con la seguridad presidenci­al. El problema busca darle una solución a zonas grises que mezclan actividad de gestión con actos proselitis­tas y “rosca” electoral. Por ejemplo, el 12 de junio, apenas confirmó su binomio presidenci­al, Macri subió al Tango 04 a su flamante compañero de fórmula, Miguel Pichetto, para viajar a Neuquén por el coloquio de IDEA. Volvieron en la aeronave oficial mientras decidían cómo ampliar el frente oficialist­a.

También hubo varios ministros que viajaron a las provincias con aviones oficiales para actos de gestión en destinos que palpitaban elecciones. Frigerio, ministro del Interior, viajó a cinco provincias con el Tango 10 para visitar obras y aprovechó para mostrarse con candidatos provincial­es.

Otros funcionari­os también combinaron actos de campaña con fotos proselitis­tas. La ministra Bullrich viajó a Entre Ríos y Tucumán a principios de junio con un avión de la Prefectura. En el primer destino, se mostró con Benedetti y con el excandidat­o a intendente de Concordia Roberto Niez. En Tucumán, apoyó a la candidata a gobernador­a Silvia Elías de Pérez.

Horacio Rodríguez Larreta viajó por Aerolíneas Argentinas a Córdoba y Santa Fe como parte de un programa de cooperació­n con intendente­s, pero aprovechó la agenda oficial para caminar a la par con los entonces candidatos Mario Negri y José Corral. La gobernador­a María Eugenia Vidal también viajó a Córdoba para apoyar a Negri, pero el vuelo fue financiado con fondos de Pro. “No correspond­e que la provincia financie ese viaje, ni el de la gobernador­a ni del colaborado­r que la acompañó ”, señalaron de su entorno.

Un funcionari­o cercano al Presidente señaló: “Cuando empiece la campaña oficial dejamos de usar los [aviones] Tango. Este es un problema acá y en Noruega”. Desde Pro ya apalabraro­n los servicios de la Únicos Air, una compañía de Diego Colunga, hijo de Carlos Colunga, histórico piloto de Franco Macri.

La oposición

Alberto Fernández aceleró sus viajes por la Argentina desde que fue elegido candidato a presidente en el Frente de Todos. Inició su recorrido en Santa Cruz y después fue a San Juan, Tucumán y Misiones. Todos los vuelos fueron realizados en tramos comerciale­s y se pagaron con fondos del Partido del Trabajo y la Equidad, su sello partidario, aclararon desde su entorno. La misma lógica se aplicó cuando viajó a Uruguay en Buquebus para visitar al expresiden­te José Mujica.

Cristina Kirchner multiplicó sus viajes desde que publicó su libro. Estuvo en Rosario, Santiago del Estero y Chaco, y tiene previstos más actos similares. La senadora voló por Aerolíneas Argentinas, dijeron sus colaborado­res, aunque no aclararon cómo financió esos viajes teniendo en cuenta el embargo judicial que pesa sobre su patrimonio.

Sergio Massa viajó desde principio de año. Hizo seis viajes por distintas provincias a bordo de un avión privado de la empresa Excel Servicios Aéreos, informaron desde su entorno (ver recuadro).

Se trata de la misma compañía contratada por el líder del Frente Renovador durante la campaña presidenci­al de 2015. La firma había sido del banquero Jorge Brito y luego pasó a manos de Ernesto Clarens, que dejó la sociedad el año pasado, según los registros oficiales.

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