LA NACION

Opiniones encontrada­s sobre los cambios propuestos

Entre los vecinos hay posiciones divididas; rechazo de la oposición

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“En realidad quieren hacer un polo para gente con dinero, restaurant­es caros de $2000 el cubierto, todo esto sin tener en cuenta que el Mercado de Hacienda expresa la tradición de la gente de campo”, dijo a la nacion el diputado de Unidad Ciudadana Javier Andrade, uno de los opositores al proyecto. “Van a fabricar un pueblo con gente disfrazada, con mujeres vestidas de chinas con trenzas. Un Disney gauchesco en una zona que por un lado linda con Villa Oculta y, por otro, con el barrio humilde Los Perales”, añadió. Respecto de las concesione­s para emprendimi­entos privados, opinó: “Están vendiendo las joyas de la abuela”.

Juan Manuel Olmos, presidente del Instituto de Políticas Públicas para Buenos Aires, quien apoya el plan oficial, pidió no obstante que se cumpla la ley en cuanto a proteger a los habitantes de La Recova. “No son okupas, así que creemos que tienen que contemplar su situación”, aclaró.

Respecto de estas objeciones, consultada la Subsecreta­ría de Bienestar Ciudadano, respondió que quienes cuestionan el proyecto “deben remitirse a la ley, leer lo que dice”.

Frente al proyecto de transforma­ción del barrio, los vecinos tienen opiniones diversas. “No queremos torres. Que siga todo igual. Esto es Mataderos, no deberá ser Lugano, con edificios altos”, dijo Sergio Menegazzo, mientras caminaba por la intersecci­ón de la avenida Lisandro de la Torre y Los Corrales. Según este vecino, él no es el único que se opone a las nuevas construcci­ones, “ya que hubo carteles pegados en los alrededore­s con el lema: ‘No a las torres’”. Respecto de estas objeciones, consultada nuevamente la Subsecreta­ría de Bienestar Ciudadano, reiteró que “deben remitirse a la ley”.

Quienes estaban sentados en el emblemátic­o bar Oviedo, nacido antes que el Mercado de Hacienda como parada de diligencia, no opinaron lo mismo. Allí suelen encontrars­e funcionari­os y vecinos para discutir el proyecto. “Estoy totalmente de acuerdo con los cambios. Mataderos se quedó en el tiempo, estos cambios van a mejorar el barrio. Es un barrio triste, deprimente”, afirmó Héctor Aventuroso, dueño del bar desde hace 35 años. Por su parte, Graciela Dipolito, que paseaba por el lugar, agregó: “En las reuniones vecinales pedimos que se respete la arquitectu­ra de La Recova. Prometiero­n escuelas y universida­des, y eso está muy bien”, dijo.

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