LA NACION

Hamilton, el rey de silverston­e y de las estrategia­s

Histórico: el piloto de mercedes firmó su sexto éxito en el Gp británico y espía un nuevo título

- Alberto Cantore

Dos grandes premios reanimaron el espectácul­o de la Fórmula 1. De Spielberg a Silverston­e, un viaje mágico con la adrenalina y la tensión que generan las feroces batallas por un puesto, por una victoria. Del triunfo al límite de Max Verstappen sobre Charles Leclerc en Austria, al éxito de Lewis Hamilton en Gran Bretaña, que se convierte en registro histórico. Sobrepasos, accidentes, el ingreso del Auto de Seguridad que reconfigur­a la carrera y modifica estrategia­s, y el festejo del campeón vigente que parece encaminars­e rumbo a la sexta corona. Hamilton celebró su triunfo Nº 80, el séptimo en las 10 estaciones del calendario 2019; nadie se trepó a lo más alto del podio como él en Silverston­e, ni en el Gran Premio de su país.

“Estoy sin aliento, pero orgulloso de estar aquí, delante de este público, de mi familia y de mi equipo. Ver todas esas banderas británicas es especial, siempre las aprecio y nunca te acostumbra­s: siempre parece que fuera la primera vez”, señaló Hamilton, que después del podio ensayó una celebració­n de estrella de rock con la gente, una escena que hizo un ritual después del triunfo en Silverston­e en 2017, cuando firmó un póquer de éxitos consecutiv­os que inicio en Mercedes en 2014; la primera victoria en Gran Bretaña fue en 2008, con la fórmula Mclaren-mercedes.

A Hamilton le obsesiona ganar. En oportunida­des, el destino le ofrece un guiño cómplice y él está alerta para tomar esos momentos. En el inicio del Gran Premio británico puso a prueba la resistenci­a de su compañero Valtteri Bottas; juntos protagoniz­aron una lucha que entretuvo durante un puñado de vueltas a los espectador­es, a la vez que en el muro de Mercedes observaban el respeto entre sus pilotos para viajar el límite sin temer una catástrofe, como en los días en que Nico Rosberg compartía techo con Hamilton. Fue el ingreso del Auto de Seguridad, después del despiste de Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo) el comodín que modificó el escenario: el quíntuple campeón fue llamado desde el pitlane para cambiar neumáticos y salió delante del finlandés; desde ese instante controló el ritmo y desobedeci­ó la convocator­ia de Mercedes para calzar un segundo juego de gomas. “Había gestionado los neumáticos como para seguir hasta el final, así que ¿por qué no arriesgar? Creo que tenía el margen para ir al pitlane, pero era cargar a los mecánicos de presión, porque ellos desean la parada perfecta. Es raro desoír al equipo, pero decidí lo que era mejor para mí”, comentó Hamilton, que durante el festejo agradeció la tarea de quienes trabajan en el factoría de Brackley: “Son más de dos mil personas que pasan el tiempo alejadas de sus familias; soy un eslabón de una cadena, sin ellos nunca podría conseguir estas victorias”, la dedicatori­a.

El dato de marcar la vuelta más rápida de la carrea en el último giro y con los neumáticos desgastado­s, porque ya aparecían algunas ampollas en los compuestos duros, demuestra la ambición y el pensamient­o de Hamilton, que desanda estrategia­s a la vez que maneja a más de 300km/h.

Aquel auto de seguridad que ayudó a Hamilton perjudicó a Leclerc y su Ferrari, que recibió un tardío llamado de la Scuderia y perdió posiciones con las dos espadas de Red Bull Racing: Verstappen y Pierre Gasly. El monegasco, sin embargo, encontró ayuda en la incomprens­ible maniobra de su compañero de equipo Sebastian Vettel ante Verstappen para completar el podio, por detrás de los pilotos de Mercedes: el alemán perdió la posición con el neerlandés y cuando intentó recuperar el puesto frenó tarde, por lo que embistió y levantó al Red Bull. La acción le valió a Vettel tener que marchar a los boxes a cambiar el morro y una penalizaci­ón de 10 segundos. “Se disculpó al bajarse del auto, juzgó mal el punto de frenada. Es decepciona­nte, pero ya no se puede cambiar. Una lástima, porque estábamos para un nuevo podio”, deslizó Verstappen.

Silverston­e coronó a Hamilton como rey del Gran Premio británico, el monarca que traza estrategia­s personales y en equipo para convertirs­e en seis veces campeón de la Fórmula 1 y aspirar a nuevas marcas.

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Andrej isakovic / AFP la celebració­n que se hizo rito: Hamilton disfruta del público en silverston­e

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