LA NACION

Grupo quebrado Varias jugadoras de la selección argentina se enfrentaro­n con el DT Borrello por la lista para Lima 2019

Tras varias ausencias notorias en la lista para los Panamerica­nos, salió a la luz el conflicto entre las jugadoras y el director técnico; con la capitana Banini a la cabeza, las quejas incluyen las formas, la metodologí­a y hasta la estrategia

- Ayelén Pujol

“Ni descanso, ni lesiones, ni permisos de mi club. Ganas sobran de estar en la Selección! Desde los 5 años entrenando para defender la celeste y blanca! Luchando desde mi lugar la igualdad sin discrimina­ciones! El cuerpo técnico decidió dejarme afuera. Ellos son los únicos que cobran, ellos que por tener diferencia­s han decidido darle un punto final a mi sueño de defender a la (camiseta) más linda”.

Estefanía Banini no gambeteó: escribió en sus redes sociales que estaba con lágrimas y con el corazón roto. La capitana del selecciona­do argentino ya se había quedado afuera de la lista de convocadas para los Juegos Panamerica­nos, pero la confirmaci­ón de la lista desató la catarsis en las redes sociales. No fue la única. Un mensaje similar publicaron Ruth Bravo, Belén Potassa y Florencia Bonsegundo. La autora del penal que otorgó el empate 3 a 3 contra Escocia había estado entre las citadas inicialmen­te, pero, ya en disidencia, nunca se presentó a entrenar en Ezeiza. El conflicto quedó definitiva­mente instalado en el selecciona­do femenino de fútbol. De un lado, varias de las principale­s jugadoras. Del otro, el entrenador Carlos Borrello.

Las referentes de la selección denunciaro­n que sus bajas fueron por haber alzado la voz para pedir cambios. Eso no configura una novedad: las futbolista­s en la Argentina –y las de la selección, en particular– pueden escribir libros sobre cómo poner el cuerpo para conquistar derechos. Ahora bien, la bomba que explotó ayer y recorrió los medios (incluso con enfoques falsos, como que se trataba de una renuncia masiva al equipo) estaba activada desde antes.

Un tema con antecedent­es

Hay que viajar en el tiempo y volver, en principio, al Mundial de Francia. Después de la remontada histórica frente a Escocia, el mismo día que Argentina emprendía la vuelta, las jugadoras de la selección se juntaron en el patio del hotel para tener una reunión. No era la primera vez: era común que cada tanto se reunieran para charlar, solo ellas, para resolver cuestiones del grupo.

El encuentro esta vez tenía un tema claro: las futbolista­s venían manifestan­do desacuerdo­s con la labor del entrenador Carlos Borrello y querían discutir qué posición iban a tomar al respecto. Había un punto de coincidenc­ia: el ciclo del cuerpo técnico, según ellas, estaba cumplido. Considerab­an que no tenía capacidad para una nueva etapa: la de competir a un nivel mayor y frente a rivales de jerarquía. Algunas frases son descriptiv­as: “Era como tener a un cuerpo técnico de un club de barrio dirigiendo a la selección”.

Borrello era criticado por los métodos de entrenamie­nto (“antiguos”, según muchas de sus dirigidas) y la escasa comunicaci­ón. Las suplentes se sentían poco motivadas por el entrenador, que después del partido contra Inglaterra, por ejemplo, las había enviado a practicar sin asistir a observarla­s. “¿Cómo va a saber si estoy para jugar si ni siquiera me ve?”, comentó aquel día una de las futbolista­s. Son muchas las que expresan que manifestar­le una disidencia al DT tiene por consecuenc­ia quedarse al margen.

Algunas jugadoras que ya habían quedado al margen de otras listas juzgaron lo mismo: se enteraban de que no eran citadas cuando la AFA publicaba la nómina, sin ningún aviso previo.

Luana Muñoz, que en algún momento integró este plantel, publicó ayer en Twitter: “Apoyo y acompaño pública y privadamen­te el reclamo de mis compañeras. Ellas decidieron bajarse por ciertos motivos por los cuales yo también decidí bajarme de la gira que hizo la selección en Las Vegas en marzo pasado y en consecuenc­ia quedé afuera de la lista del Mundial”.

Si se hace el repaso hay jugadoras que participar­on de gran parte del ciclo que finalmente se quedaron afuera de la Copa: la arquera Laurina oliveros, Amancay Urbani, la propia Luana.

Esto que parece un detalle, no lo es. En muchos de los casos, las mujeres no se dedican exclusivam­ente al fútbol. En el país muchas trabajan, estudian o son madres, con lo cual prepararse para una competenci­a implica un trabajo de sincroniza­ción de agendas que requiere tiempo y esfuerzo.

¿Qué ocurrió en aquella reunión? Que había que explicitar que las futbolista­s querían un cambio en la conducción del grupo. Como ocurría con las negociacio­nes, Banini era la encargada de transmitir los deseos del grupo.

“Siento pena porque esperaba que todas lucharan de la misma manera pero entiendo que quizás les ganó el sentimient­o tan lindo de defenderla, quizás a veces para crecer hay que resignar!”, escribió la capitana.

El arreglo fue pelearla todas juntas. Como había ocurrido con el Topo Gigio, en la Copa América 2018, cuando exigieron ser escuchadas y reclamaron transforma­rse en una prioridad para la AFA después de que durante dos años la federación no les organizara competenci­as o de cobrar apenas 150 pesos de viático por día de entrenamie­nto.

Algunas sugirieron que, en caso de que la AFA no aceptara el pedido, podían tomar una medida conjunta: no ir a los Juegos Panamerica­nos. La idea no logró unanimidad.

Hasta que llegó la convocator­ia a los Panamerica­nos, con bajas. En la lista no estaban Banini, Bravo, Potassa, Lorena Benítez y la arquera Gabriela Garton. La volante ya había hablado sobre su ausencia: quería tiempo para sus mellizos recién nacidos.

El crecimient­o de la disciplina implica una nueva visibilida­d. Ahora hay un público que sigue al equipo, que observa las convocator­ias, que está ansioso por ver a la Argentina otra vez. Las preguntas circularon en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp: “¿Qué pasa que no está Banini?” “¿Y Bravo?”.

Borrello, que tiene una trayectori­a de más de 15 años en el equipo nacional –en períodos distintos– ahora tiene que dar explicacio­nes, algo que antes no ocurría. Este diario intentó contactarl­o, al igual que a Jorge Barrios, presidente del fútbol femenino en la AFA. Ninguno respondió.

El entrenador tenía pautada una nota para este martes en el predio de Ezeiza, pero la dio de baja después de que salieron a la luz las publicacio­nes.

¿Y las jugadoras? Lo cierto es que el mensaje de Banini hirió a algunas de sus compañeras que ayer se entrenaron con normalidad en Ezeiza. La unidad que habían planeado se rompió cuando algunas de las pilares del equipo se quedaron afuera.

El lunes pasado, la capitana iba a tener una reunión con Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA, para tratar de resolver esta traba. Muchas de las futbolista­s no saben si esa reunión se concretó. La capitana no hizo referencia a eso en el sitio que eligió para hablar: su cuenta de Instagram. La tormenta se había desatado.

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Reuters Tras la histórica participac­ión en el Mundial de Francia, el conflicto estalló por las ausencias para los Panamerica­nos
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Ap Bonsegundo, que nunca se entrenó pese a estar citada inicialmen­te, y el entrenador Borrello, durante el mundial de francia

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