Con un aumento de 2,7%, la inflación confirmó su desaceleración en junio
El alza de precios fue la menor desde diciembre pasado; acumula 22,4% en lo que va del año y 55,8% en los últimos doce meses; volvió a caer el consumo
Con un mercado cambiario en calma, la inflación confirmó en junio un proceso de desaceleración. En niveles muy elevados todavía, el avance de los precios fue de 2,7%, el más bajo desde diciembre.
El Indec informó que, de esta manera, la inflación acumuló 22,4% en lo que va de 2019, año para el que se espera un alza cercana al 40%. En doce meses, la suba fue de 55,8%. Por primera vez se registró una baja de este indicador y para julio se espera un dato aún menor.
Sin embargo, la recuperación del consumo se hace esperar en las góndolas. El mes pasado cerró con la mayor caída del año en las ventas de los productos de la canasta básica, con números especialmente negativos en rubros como lácteos, alimentos congelados y bebidas, todos con bajas de dos dígitos, según la consultora Nielsen.
Los mayores incrementos en el índice de precios al consumidor se dieron por las alzas de las tarifas de los celulares, prepagas, naftas (pese a que tuvieron una desaceleración) y cuotas de los colegios privados. Los alimentos subieron menos que el índice general de inflación.
Con un mercado cambiario en calma, una canasta de productos esenciales con precios congelados y una menor alza de la nafta por postergaciones en la suba de impuestos, la inflación reflejó una marcada desaceleración en junio, pese a mantenerse aún en niveles altos.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec tuvo un alza de 2,7% el mes pasado. Se trata del menor porcentaje del año, o sea, el más bajo desde diciembre pasado (2,6%). Con esa suba acumuló 22,4% en lo que va de 2019. La inflación de los últimos doce meses fue de 55,8%, por primera vez se desaceleró en el último semestre y mostró una baja en el mes con relación al mes pasado. Esto implicaría que mayo habría sido finalmente el pico en la suba de precios, según algunos analistas. La inflación núcleo, que no contempla precios regulados ni estacionales, fue de 2,7%, estimó el organismo.
El dato estuvo en línea con lo estimado por expertos privados. La gran mayoría ya adelantaba que se perforaría el piso del 3% este mes. Desde su pico en marzo de este año (4,7%) por la volatilidad cambiaria, la inflación comenzó un lento camino de desaceleración en abril (3,4%) y luego en mayo (3,1%). En julio, el número de inflación podría estar por debajo del 2,5%.
El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas mostró un incremento de 2,6%, levemente inferior al nivel general. La suba más significativa fue para el capítulo comunicación (+7%) por el alza de la tarifa de celulares; recreación y cultura (3,7%), salud (3,6%), por el impulso de las prepagas; y equipamiento y mantenimiento del hogar (3,4%).
También impactaron los aumentos de la nafta, que reflejaron una leve desaceleración gracias a la postergación de la actualización de los impuestos específicos del sector decretada por la Secretaría de Energía; la tercera cuota del aumento del gas (diferido para diciembre) y un ajuste autorizado sobre las cuotas de los colegios privados. El mes pasado además comenzó a regir el programa de Productos Esenciales, que congeló los precios de una canasta de más de 60 alimentos por seis meses.
La semana pasada, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, había anticipado que el Gobierno seguía previendo una desaceleración de los precios. “Esperemos que la inflación siga el camino descendente. Pensamos que en junio va a seguir bajando y en julio también”, arriesgó en conferencia. La proyección oficial para el año es de una inflación cercana a 40%, según el avance del presupuesto 2020.
Ayer, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, se sumó a ese pronóstico: “No es que vamos a ver todos los meses un índice menor al del mes anterior, pero la tendencia a la baja es clara”, dijo.
Es un número similar al que presentó anteayer en su staff report el Fondo Monetario Internacional (FMI), que revisó las cifras al alza. “Aunque sigue estando en un nivel alto, la inflación ha entrado en una trayectoria descendente que se espera que continúe en los próximos meses. La gestión prudente de la política monetaria por parte del Banco Central (BCRA) sigue siendo esencial para anclar tanto el tipo de cambio como el proceso de desinflación”, afirmó el director gerente interino del Fondo, David Lipton, sobre la suba de los precios en un comunicado difundido la semana pasada al aprobar un nuevo giro de US$5400 millones para el país.
Mejora en las expectativas
“La inflación interanual cayó 1,5 puntos respecto de la medición de mayo. De esta manera, mostró una caída por primera vez en 2019”, explicó el director del Iaraf, Nadin Argañaraz. “La tasa interanual seguirá disminuyendo en los próximos meses por dos motivos. En primer lugar, las tasas mensuales comenzarían a transitar un sendero de descenso mes a mes y, en segundo lugar, se comenzará a comparar contra las bases altas del segundo semestre de 2018”, agregó.
“El esfuerzo del BCRA para afirmar su compromiso con la baja de la inflación es enorme. Aun así, la inflación de 2019 posiblemente termine alrededor del 40%”, dijo el economista, y agregó: “La desinflación traerá una mejora en las expectativas. Cuando las personas perciben, mes a mes, que la tasa es menor, las expectativas se vuelven menos pesimistas y se reduce la frecuencia de la remarcación de precios”. Argañaraz dijo que lo más importante es que “la desinflación traerá consigo cambios positivos en los ingresos reales de las familias, lo que puede traer más actividad real y amortiguar la caída de la recaudación tributaria”. El analista pidió mantener el ordenamiento fiscal y externo.
“Se trata del registro más bajo en lo que va del año y refleja una desaceleración de dos puntos respecto del dato pico de marzo, afectado por el efecto inicial de la devaluación”, afirmó la economista de LCG Melisa Sala. “En la comparación anual, la inflación torció la trayectoria alcista. De mantenerse el escenario de estabilidad cambiaria actual, el registro de 57,4% anual de mayo podría considerarse como techo”.
“No podemos descartar nuevas tensiones en el mercado de cambios, pero en un contexto de estabilidad y con tarifas congeladas esperamos una inflación que converja a tasas de 2,5% en la segunda mitad del año. Entendemos que la inflación interanual habría tocado techo en mayo”, indicó Sala y agregó: “La recomposición de salarios en un escenario económico y político en el cual no existe demasiado espacio para seguir comprimiendo márgenes puede sumar algo de presión. Pero, en todo caso, la rigidez del programa monetario aseguraría que la oferta de crédito no convalide el aumento de la demanda”.
“El registro está en línea con lo que esperábamos”, afirmó Nicolás Crespo, economista de Elypsis. “Hubo cierto impulso por parte de un núcleo persistente; regulados mantuvo cierta participación a través del gas y las naftas, y estacionales se mostró al alza como suele ocurrir en junio. El dólar calmo juega el papel principal en la desaceleración del componente dolarizado de la núcleo”, agregó el experto. “Para julio, esperamos que el registro se ubique entre 2% y 2,5%. De ser así sería el menor desde mayo de 2018. Esperamos que se continúe desacelerando la núcleo y también los precios regulados”, completó.