Trump se defiende por sus tuits y dice que no tiene “ni un hueso racista”
Había exhortado a cuatro legisladoras demócratas, tres de ellas nacidas en EE.UU., a “regresar” a sus países de origen
WASHINGTON.– Jaqueado por las críticas desde todos los frentes, incluso de su propio partido, el presidente norteamericano, Donald Trump, volvió a negar ayer que sus violentos comentarios contra cuatro congresistas demócratas pertenecientes a minorías fueran racistas.
Luego de haberles aconsejado el fin de semana a estas congresistas que “regresen” a sus países de origen, el presidente intensificó sus ataques anteayer, y ayer negó que sus comentarios fueran racistas.
“Estos tuits no eran racistas. No tengo ni un hueso racista en mi cuerpo”, dijo Trump en Twitter.
Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, tenían previsto ayer someter a votación una moción para condenar las declaraciones del presidente. Mientras, el liderazgo republicano se mantenía en silencio.
En sus tuits, Trump atacó a Alexandria Ocasio-Cortez (representante de Nueva York, de origen puertorriqueño), Ilhan Omar (de Minnesota, estadounidense nacida en Somalia), Ayanna Pressley (una legisladora negra que representa a Massachusetts) y Rashida Tlaib (de Michigan, de ascendencia palestina).
Estas cuatro legisladoras, que llegaron a la Cámara a principios de 2019, son apodadas el Escuadrón por algunos medios y se destacan por su intensa actividad en las redes sociales y por posiciones de izquierda.
Trump se aferró a su estrategia de alimentar la controversia que él mismo lanzó y en la mañana de ayer reiteró su mensaje a las congresistas: “Si no están felices aquí, pueden irse”, les dijo.
En carrera para un segundo período en las elecciones de 2020, Trump parece más decidido que nunca a avivar las llamas de la tensión racial para reforzar su base electoral, mayoritariamente blanca, pero también para sembrar divisiones entre sus opositores políticos.
En la tarde, Trump tenía previsto recibir en la Casa Blanca a líderes republicanos del Congreso, en una cita en la que buscaba tener al menos un apoyo tácito de su parte.
Pero los ataques contra las representantes también generaron críticas en su propio campo.
La senadora Susan Collins, republicana de Maine, rompió el silencio inicial de sus copartidarios y llamó al presidente a retirar el tuit: “Fue totalmente fuera de lugar”.
El senador negro republicano Tim Scott también criticó al presidente por usar “ataques personales inaceptables y lenguaje ofensivo racialmente”.
Mitt Romney, senador y excandidato presidencial del partido de Trump, calificó las declaraciones como “destructivas y degradantes”.
Pero, por el momento, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, no se había pronunciado.
El domingo, en un tuit, el jefe de la Casa Blanca había llamado a las legisladoras demócratas a regresar a esos “países totalmente infestados por el crimen del que provienen”. Aunque tres de ellas nacieron en Estados Unidos.
Preguntado anteayer si le preocupaba que muchas personas consideraran racistas sus comentarios, Trump respondió: “No me preocupa porque mucha gente está de acuerdo conmigo”.
Anteayer, Pressley llamó a los estadounidenses a “no morder el anzuelo” ante los ataques, que según dijo apuntan a desviar la atención de los verdaderos problemas del país.
En una rueda de prensa, las cuatro congresistas destacaron que el debate político debe centrarse en temas como la cobertura de salud o la inmigración, particularmente en el sensible tema de los solicitantes de asilo en la frontera con México.
“Mentes y líderes débiles discuten sobre lealtad a nuestro país para evitar preguntas y debates sobre sus políticas”, dijo Ocasio-Cortez.