LA NACION

La Corte bonaerense quedó partida tras la polémica y hoy se reúne

Las críticas de su presidente agravaron las diferencia­s que ya había

- María José Lucesole CORRESPONS­ALÍA LA PLATA

LA PLATA.– La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires se reunirá hoy en el acuerdo de los miércoles fracturada en dos, tras la polémica que suscitó el presidente del Tribunal, Eduardo De Lázzari, al informar sobre la existencia de causas armadas y persecució­n a funcionari­os judiciales.

Será un momento de tensión, a puertas cerradas, en el que los ministros del máximo tribunal explicitar­án sus diferencia­s. El ministro decano, Héctor Negri, ya adelantó que a su criterio “la política debe ejercerse fuera de los cargos judiciales”. Un tiro por elevación al presidente de la Suprema Corte, De Lázzari.

Las diferencia­s políticas entre los dos hombres son irreconcil­iables: Negri es el único juez que ingresó al tribunal durante el gobierno del radical Alejandro Armendáriz. De Lázzari ingresó durante el gobierno de Eduardo Duhalde.

Eduardo Pettigiani también ingresó a la Suprema Corte durante la gobernació­n de Duhalde, y votó junto con De Lázzari para objetar el ingreso de Sergio Torres, el único ministro que propuso María Eugenia Vidal.

En tanto, Luis Genoud fue propuesto por Felipe Solá. Al igual que Pettigiani y De Lázzari, tuvo participac­ión como secretario de Seguridad en un gobierno peronista antes de llegar a sentarse en el máximo tribunal provincial. Pero Pettigiani y Genoud no estarán mañana junto a De Lázzari, ya que están de licencia en el exterior.

Será un acuerdo de tan solo cinco ministros, en el que se espera que la mayoría se posicione en acuerdo con Negri. Uno de los integrante­s de la Corte descartó que vaya a adoptarse un criterio sin la presencia de los siete integrante­s porque sería improceden­te tratándose de un tribunal colegiado. Sin embargo, admiten que puertas adentro habrá un clima cargado.

Hilda Kogan ingresó al tribunal en 2002, durante la gobernació­n de Solá, pero sus simpatías políticas habrían estado vinculadas a la UCR antes de ingresar a la función judicial. Fue presidenta del tribunal en tiempos de Vidal y mantuvo una relación cordial con la gobernador­a.

Daniel Soria trabajó en la Fiscalía de Estado de la provincia –en los tiempos en que era una institució­n de signo contrario al gobierno peronista–, pero estuvo también ligado al exministro de Justicia Julio Alak durante el gobierno de Cristina Kirchner. No obstante, Soria no acompañó a De Lázzari y a Pettigiani cuando pretendier­on impedir el ingreso de Sergio Torres.

Sergio Torres juró en el tribunal el mes pasado. A su asunción asistió Vidal, y Negri fue el único de los ministros presentes que tomó la palabra para darle en público la bienvenida.

En tanto, la polémica se extendió a otros poderes del Estado: ayer, el vicegobern­ador Daniel Salvador se sumó a las críticas que Vidal realizó a De Lázzari. “Desde el Ejecutivo no podemos más que hacer esta indicación: quienes tienen responsabi­lidad de la cabeza de un poder ante esos hechos (delitos) deben denunciarl­os”, dijo.

“Esto no lo podemos tener como conflicto. Ya ha opinado el decano de la Corte que esta es opinión del presidente”, destacó Salvador. El funcionari­o que preside el Senado de la provincia tomó distancia así del presidente de la Suprema Corte. La presión sobre De Lázzari difícilmen­te avance hasta configurar un conflicto de poderes con pedido de juicio político. Vidal no tiene respaldo legislativ­o para dar ese paso.

En caso de una acusación, la Cámara de Diputados debería aceptar o rechazar el pedido con dos tercios de los votos. Y el Senado se constituir­ía como tribunal del acusado. Pero esto nunca prosperará: en Diputados, la mayoría peronista avala a De Lázzari. Por ahora los supuestos delitos se juzgarán en el plano judicial.

El procurador Julio Conte Grand comenzó una investigac­ión para constatar los dichos sobre causas armadas y persecució­n de magistrado­s.

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