Lorrie Moore, la narradora de las adolescentes de los suburbios y los seres amargos
La escritora de culto llegará en septiembre para el Filba, pero su obra es admirada hace mucho por los lectores argentinos
“Escribir siempre es un desafío. Y más a medida que uno envejece”, declaró Lorrie Moore (Glens Falls, 1957) en una entrevista. Dicha por una escritora que se define a sí misma como lenta, esa afirmación no se puede entender de manera ingenua. En cuanto a publicaciones, Moore, en efecto, no es prolífica. a los 62 años, ha dado a conocer tres novelas y una nouvelle; cuatro libros de cuentos (todas obras maestras del género), un libro para chicos y una colección de reseñas de libros, series e imágenes publicadas en The New York Review of Books. Este mes, el sello Eterna Cadencia reeditó la segunda novela de la autora, ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?, de 1994, con traducción de inés Garland. Esa historia, donde se revive una amistad estrecha entre dos adolescentes norteamericanas en la década de 1970, se había conocido ya en los primeros años 2000 con el título de Hospital de ranas .
Moore fue noticia en el país semanas atrás cuando la Fundación Filba anunció que sería una de las invitadas (si no “la” invitada extranjera) de la próxima edición del festival literario internacional, que se realizará entre el 25 y el 29 de septiembre. “En Filba siempre tratamos de tener a esos autores que combinan excelente calidad literaria con buena llegada al público –señala Gabriela adamo, directora de la Fundación Filba–. Son, obviamente, las figuritas más difíciles”. La autora estadounidense, que publicó en 1985 su primer libro, el volumen de cuentos Autoayuda, reconoció en entrevistas su admiración por la obra de escritores argentinos como Manuel Puig, Julio Cortázar y Luisa Valenzuela. Esta será su primera visita a Buenos aires.
Para adamo, Moore es uno de los casos ejemplares de escritores que combinan contenido estético y llegada a los lectores. “Sus cuentos y novelas nos gustan mucho y su perfil se adapta 100% al tipo de autores que suelen conformar nuestros programas: buenos, profundos, comprometidos con la escritura. Su obra es muy accesible y es de esas que van develando capas de profundidad y sutileza a medida que se la lee. ”
La opinión de adamo es compartida por críticos, escritores e infinidad de lectores. Las voces narrativas de Moore, frágiles y humorísticas, ácidas y sensibles, eufóricas y conscientes del horror que orilla el contexto, cautivaron al público argentino, que la conoció muy pronto en traducciones locales.
“a finales de los años noventa, cuando trabajaba como editor de ficción internacional en Emecé, creé la colección Narradores actuales con el objetivo de incorporar literatura de calidad a un catálogo dominado por los best sellers al estilo de Sidney Sheldon –recuerda Eduardo Hojman, escritor y editor argentino residente en Barcelona–. La línea se inició con Martin amis y publicó a Colm Tóibín, Saul Bellow y Siri Hustvedt. También a Lorrie Moore, que me habían recomendado Rodrigo Fresán y Juan Forn, y de la que solo existía en castellano la novela Anagramas”. Moore había publicado esa novela en 1986. Tras una puja bastante reñida con otros editores, Hojman obtuvo los derechos de Birds of America, libro de cuentos de 1998, el más reciente en ese momento. Birds of America fue publicado en la argentina como Es más de lo que puedo decir de cierta gente, título de uno de los cuentos.
Juan Forn, editor y narrador, relata su acercamiento a la obra de la estadounidense. “Descubrí a Lorrie Moore a fines de los años 80. Me fascinaron en partes iguales su habilidad verbal y su visión irónica de la realidad, en una época un poco pavota de mi vida, debo confesar, en que la ironía y la rapidez verbal me parecían valores supremos. Volví a admirarla pero por otros motivos cuando publicó en 1998 Birds of America: había otra profundidad en su prosa, una comprensión nueva y admirable sobre la condición humana. Sigo creyendo que es su mejor libro y la sigo admirando por él”.
Como se dijo antes, la escritora inés Garland fue la nueva traductora de ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?. “Desde la primera página supe que los rasgos de su escritura que más había disfrutado al leerla serían la dificultad más grande a la hora de traducirla –admite–. Moore escribe con varias capas de significados, hace bromas lingüísticas, incluye letras de canciones, óperas, películas y eslóganes publicitarios, curiosidades biológicas, datos eclécticos que asocia con maestría. En esta novela, teje un sinfín de referencias a la cultura norteamericana de los años 60 y 70”. Un rasgo de la literatura de Moore es la inusitada intensidad de los personajes adolescentes que sobrellevan sus vidas en suburbios o ciudades pequeñas de Estados Unidos.
También la vejez suele ser objeto de atención (una atención cómica y apiadada) de sus narradores, como pasa en Gracias por la compañía, su último libro de cuentos hasta hoy. Entre una etapa y otra, el resto de sus criaturas conoce de primera mano la decepción, la amargura, el escepticismo y otras variantes que conlleva el paso a la edad adulta.
¿Cómo traducir juegos de palabras del inglés con el francés, bromas, letras de canciones que para cualquiera que haya escuchado la música de esos años se leen casi cantando? ¿Cómo traducir una prosa ágil, profunda, entretenida, con asociaciones geniales, ironías de múltiples sentidos? “Los diálogos, que tanto admiro, tienen que transmitir el calor original, la familiaridad”, acota Garland, que espera encontrarse con Moore en Buenos aires. “Tuve la visita de una voz ajena que fue huésped en la casa de nuestra lengua. Espero haber sido una buena anfitriona”. Es el mismo deseo compartido por los lectores de Moore desde el anuncio de su arribo, en la primavera austral, a la undécima edición del Filba internacional.