UE-Mercosur
El acuerdo entre el Mercosur y la UE es un hecho histórico. Nos abre un mercado de 800 millones de personas, entre otros aspectos favorables. Estamos cerca de elegir a quienes conducirán los destinos de nuestro país y nos encontramos dos posturas: una que festeja y la otra alternativa que dice que “la asusta” que ese acuerdo “nos castigue más de lo que nos han castigado” y que de ganar las elecciones lo revisaría. Como sabemos, hay dos visiones de cómo solucionar los problemas del país, bien diferentes. Y quizás esté bien que así sea, que haya dos miradas diferentes. La sociedad luego elegirá a la hora de votar cuál cree que es la correcta. Lo que es lamentable y nos llevó a la decadencia de estos últimos 80 años es que nunca los partidos políticos
establecido políticas de Estado. Y esto se advierte en el reciente acuerdo UE-Mercosur, celebrado, entre otros, por Evo Morales y gran parte de los mandatarios de la región y Europa. Debería ser motivo de alegría para el país. Sin embargo, nuestra grieta hace que no lo podamos celebrar, a pesar de se venía negociando desde hacía 20 años por gobiernos anteriores de distinto signo político que también veían lo importante que era para el país el libre comercio con la UE. Pero la grieta puede más, cuando el acuerdo debería haber sido y debe ser una política de Estado. No importa quién gobierne: si es beneficioso para el país, debemos trabajar en conjunto para lograrlo. Más allá del color político de cada uno, la sociedad, y sobre todo los políticos, debe discutir ciertos temas y, una vez consensuados, ponerlos bajo una especie de protección, de custodia. Y respetarlos en el tiempo. De esta forma daremos seguridad jurídica a los inversores. Y nosotros, como país, nos pondremos los pantalones largos para conseguir la Argentina que soñamos.
Prof. Jorge Antonio Alarcón
DNI 12.661.965