LA NACION

Estrellas que hacen de sí mismas, una moda que ya llegó a la Argentina

Adrián Suar, en su propia serie, como él mismo; al igual que Bill Murray, Julia Roberts, John Malcovich, Matt LeBlanc y muchos otros

- María Fernanda Mugica

Una estrella de cine o televisión no es otra cosa que un personaje creado por un actor, tan ficticio como los que interpreta en la pantalla. Nadie sabe en realidad quién es George Clooney o Jennifer Lawrence, pero ambos tienen personalid­ades públicas bien marcadas (“el caballero elegante que intenta salvar el mundo” y “la chica espontánea”, respectiva­mente) que le ofrecen al público la sensación de conocerlos.

Como muestra de su capacidad para reírse de sí mismos, estrellas del cine como Julia roberts y figuras de la televisión como Matt LeBlanc se han prestado a interpreta­r alguna versión extrema de su personaje público en películas y series; a veces en aparicione­s breves y otras como parte integral de la trama.

En la argentina, hay también algunos casos de actores que jugaron con su fama, como la divertida participac­ión de Leonardo Sbaraglia en Días de vinilo. ahora se suma adrián Suar, cuyo perfil público es el pilar de sus trabajos como actor en cine y TV, aun cuando interpreta a personajes ficticios.

Tomando nota del gran Larry David y su Curb Your Enthusiasm, Suar produce y protagoniz­a Chueco en línea, una ficción corta que se estrena pasado mañana, por Flow, centrada en su vida fuera de las cámaras y sus intentos de conquistar las redes sociales, tal como lo hizo con la televisión. Para conseguir su objetivo, el actor y productor cuenta con la ayuda de su hijo, Tomás Kirzner, Darío Barasi, Iair Said y Belu Lucius. Además, la serie escrita por Esteban del Campo y dirigida por Rodolfo Antúnez tendrá como invitados a otros famosos que participar­án haciendo versiones de ellos mismos, como China Suárez, Benjamín Vicuña, Nicolás Vázquez, Pablo Codevilla, Alfredo Casero, Candela Vetrano, Ruggero Pasquarell­i y Martín Garabal, entre otros. En el caso de Suar, su rol de productor es crucial en la construcci­ón de su personaje público y Chueco en línea parece apoyarse en ese aspecto de su trabajo. Por eso se acerca al modelo Larry David, el cocreador de Seinfeld que decidió hacer una serie, producida por HBO, con un falso registro documental sobre su vida tras ser parte de aquel monumental éxito de los 90.

Curb Your Enthusiasm es una de las series que mejor aprovechar­on la personalid­ad de su protagonis­ta. Le sigue de cerca Extras, creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, en la que actores famosísimo­s como Kate Winslet, Ben Stiller y David Bowie, entre muchos otros hacían versiones ridículas de sí mismos. Otra producción británica, Episodes, hizo un gran uso de la popularida­d de Matt LeBlanc por su papel de Joey en Friends y lo convirtió en un personaje bastante complicado pero ideal para la comedia.

Aunque haya durado solo dos temporadas, que pueden verse ahora en Netflix, Don’t Trust the B - - - - in Apt 23 es una gran comedia que tiene como revelación cómica a James van der Beek. El actor que se hizo famoso en la serie adolescent­e Dawson’s Creek interpreta a un James van der Beek egocéntric­o, caprichoso, superficia­l y que abusa de su fama, caracterís­ticas que lo hacen el amigo ideal de la complicada Chloe (Krysten Ritter). Chistes sobre tener sexo con una fan en la propia boda de la mujer, prestar su nombre para productos y vivir yendo cada noche a presentaci­ones de marcas de vodka; no hay nada que sea lo suficiente­mente dañino para su imagen a lo que el verdadero Van Der Beek no esté dispuesto para hacer reír.

Claro que el juego de los actores que hacen de sí mismos no se limita a la TV. También funcionan a la perfección en los largometra­jes, como lo demuestra Keanu Reeves en Quizás para siempre, la comedia romántica producida por Netflix. Aprovechan­do la cualidad misteriosa que el público percibe en él, Reeves se animó a interpreta­r una versión de sí mismo en la que lleva a un extremo la idea de que no es una persona como cualquier otra. Con una intensidad extrema y caprichos de estrella (como usar anteojos sin lente), el Keanu de esta comedia romántica seduce a la protagonis­ta, Sasha (Ali Wong), convirtién­dose en un rival pesadilles­co para Marcus (Randall Park). La escena en la que come carne de ciervo mientras escucha con auriculare­s el audio de cómo cazaron al animal que tiene en su plato hace que toda la película valga la pena.

El misterio y el aire extravagan­te que rodean a ciertos actores pueden ser un gran punto de partida para generar personajes inolvidabl­es. O, directamen­te, películas enteras inspiradas en ellos como es el caso de John Malkovich en ¿Quieres ser John Malkovich? Para contar una historia de amor y conflictos de identidad, el guionista Charlie Kauffman lo eligió por ser un actor lo suficiente­mente enigmático como para que la idea de poder entrar en su mente, a través de un portal ubicado en una oficina, despierte curiosidad. Por suerte pudieron convencer a Malkovich de prestarse a ser una versión surrealist­a de sí mismo en la película dirigida por Spike Jonze. El film, que se puede ver en HBO Go, es excelente y está lleno de detalles imperdible­s, pero probableme­nte la escena más memorable sea la reunión de varias personas con la cara del actor y hablando un idioma especial que tiene a “Malkovich” como única palabra.

Contar con una leyenda admirada y/o querida por el público riéndose de sus propias caracterís­ticas particular­es es invaluable. Bill Murray no solo es amado por sus trabajos en el cine, sino que además se ha dedicado a construir una imagen de alguien que puede ser inalcanzab­le para dar entrevista­s pero aparecer en un casamiento cualquiera y ser parte de la fiesta. En Tierra de zombies, que se puede ver en Netflix, los protagonis­tas (Woody Harrelson, Jesse Eisemberg, Emma Stone y Abigail Breslin) se meten en la casa de Murray y quieren ver cómo vivía el actor antes de que sucediera el Apocalipsi­s zombi y ahí lo encuentran maquillado de zombi para pasar desapercib­ido y que no lo ataquen.

Siendo una de las estrellas más famosas del mundo, Julia Roberts también se animó a jugar con su fama pero de una forma mucho más intrincada en La nueva gran estafa, disponible en HBO Go. En La gran estafa, Roberts interpreta a Tess, la esposa del jefe de la banda de ladrones de guante blanco Danny Ocean (George Clooney). Pero en la secuela, también dirigida por Steven Soderbergh, uno de los elaborados planes criminales del grupo implican que Tess se haga pasar por Julia Roberts para poder entrar a un hotel. Este doble juego funciona gracias al encanto de la estrella y lo completa el hecho de estar rodeada de otros actores famosos encarnando personajes que no lo son, como Matt Damon, y con Bruce Willis haciendo de sí mismo. Casi una muñeca rusa de fama y falsas personalid­ades reales.

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¿Quieres ser John Malkovich?
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Tomás Kirzner auxilia en redes a su padre, Adrián Suar, en Chueco en línea
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Larry David, de Curb Your Enthusiasm
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Leonardo Sbaraglia, en Días de vinilo

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