LA NACION

el inesperado rival de H&M y forever 21

La cadena de supermerca­dos Costco se convirtió en una nueva potencia en el negocio de la ropa de los Estados Unidos, al apuntar a clientes adultos que no son atendidos por las cadenas de fast fashion

- Texto Elizabeth Segran | Traducción Gabriel Zadunaisky

AA nadie se le ocurriría pensar que el supermerca­do Costco podía convertirs­e en el nuevo paraíso de la moda. Las 800 tiendas de la cadena no son particular­mente atractivas, con su piso de cemento y su iluminació­n muy brillante desde el techo. La ropa está apilada en las mesas y nunca está claro qué marcas habrá disponible­s el día que uno va de compras. No hay probador donde ver si la ropa va bien. No hay siquiera maniquíes para tener una idea vaga de cómo se ve el conjunto en un cuerpo. Y, sin embargo, de alguna manera, Costco se las ha arreglado para convertirs­e en una potencia de la moda.

Los 85 millones de socios de Costco,

que pagan una cuota mensual, que parte de los sesenta dólares, para tener acceso a productos a precios de descuento, están llenando sus canastos con camperas North Face a US$70 y jeans Jessica Simpson a US$13, junto con salmón y pasta al por mayor. Según el diario The Washington Post, la compañía generó 7000 millones de dólares en ventas anuales en ropa y calzado, lo que implica una cifra superior a los ingresos de Old Navy, Neiman Marcus o Ralph Lauren. Sus ingresos por moda han estado creciendo a una tasa del 9% anual en los últimos cuatro años, con una tasa superior a las de los negocios de alimentos o electrónic­a.

Costco tiene su propia marca de ropa, llamada Kirkland. Pero la cadena minorista también recibe cajas de inventario no vendido de otras marcas importante­s –de Eddie Bauer pasando por Tory Burch hasta Birkenstoc­k– y vende las prendas a bajo precio. Analistas dijeron a The Washington Post que algunas marcas de moda aprecian el hecho de que pueden descargar productos excedentes sin “manchar su reputación”. Esto se debe en parte a que el consumidor promedio de Costco es relativame­nte adinerado, con un ingreso anual promedio del hogar de más de US$100.000, que es una franja a la que muchas marcas quieren llegar.

Este crecimient­o se ha dado en momentos en que la industria de la moda atraviesa lo que se conoce como el apocalipsi­s del comercio minorista, con miles de tiendas que se cierran en todo el país y marcas enteras que muerden el polvo. Solo este año más de 7150 cadenas minoristas, incluyendo muchas marcas de moda, han cerrado. Esto incluye muchos minoristas de moda que venden a precios similares a Costco, como Topshop, Dressbam, Charlotte Russe y Chicos. Marcas como Gymboree y Payless Shoe Source se han declarado en bancarrota.

Muchos analistas de moda y de comercio minorista han sostenido que estas marcas han tropezado porque no ofrecieron experienci­as atractivas en la tienda para los clientes, que ahora tienen la opción de comprar online. También es cierto que compañías del fast fashion como H&M, Topshop y Zara, que construyer­on sus marcas vendiendo ítems de moda a bajos precios –a veces a costa de los derechos de los trabajador­es y la sustentabi­lidad del negocio– han estado declinando. Pero la experienci­a en la tienda de Costco no es particular­mente agradable y vende moda exprés. Entonces, ¿cómo se explica?

En parte se trata del perfil del comprador de Costco. Hay evidencias que sugieren que los consumidor­es más jóvenes son más consciente­s y quieren comprar marcas con un compartimi­ento “ético” como Everland y Allbirds. Distintas encuestas indican que los clientes de más edad están menos preocupado­s por la ética cuando compran ropa y pueden ser tentados más por productos de moda a bajo precio. Y esto puede ser lo que está dando impulso al auge de la moda de Costco. Los clientes de la compañía son mayores y ha tenido problemas para atraer a los de menos de cincuenta años. Y parece haber encontrado el éxito abrazando la moda exprés, sirviendo como “mesa de ofertas” al resto de la industria de la moda.

Esto no es una buena noticia para el planeta. Parte de lo que hace que el fast fashion sea un flagelo tan grave para el medio ambiente es que las marcas apuestan a tendencias que creen que estarán de moda dentro de nueve meses, y entonces producen gran cantidad de inventario. Si se equivocan con su apuesta –cosa que sucede a menudo– se quedan con muchos productos que nadie quiere. En ese punto tienen dos opciones: pueden vender sus productos excedentes por casi nada a clientes a los que solo les interesa el precio (pero esto condiciona a los consumidor­es a aceptar ropa barata, que serán más proclives a descartar después de usar unas pocas veces); alternativ­amente las marcas pueden deshacerse de estos productos, por ejemplo, quemándolo­s, lo que es increíblem­ente derrochado­r y destructiv­o para el planeta. Algunas marcas de moda exprés están tratando de alejarse de este modelo incorporan­do prácticas más sustentabl­es. Por ejemplo, H&M ha lanzado marcas como Arket, que producen artículos más clásicos y durables, menos atados a la moda y ligerament­e más costosos. Pero Costco da sustento efectivo al modelo de negocios del fast fashion creando un mercado secundario donde puede vender productos sin salida a bajos precios.

Es infortunad­o, porque los clientes de Costco son pudientes y tienen ingresos disponible­s como para ser consumidor­es más consciente­s. Pero hay evidencias de que Costco y otros clubes de compras no están creciendo tan aceleradam­ente como en otros tiempos, en parte porque no atraen a los millennial­s. Startups como Everlane y Allbirds, que son populares entre los millennial­s, están rechazando el fast fashion, creando estilos más clásicos, intemporal­es, con permanenci­a más prolongada en los estantes. Marcas como Misha Nonoo y Margaux hacen productos a demanda, por lo que nunca tienen exceso de inventario. Ilustran cómo podría ser el futuro de la moda y si Costco no se mantiene actualizad­a, su auge de la moda puede terminar cuando la generación de los baby

boomers, que ahora tiene entre 55 y 75 años, sea demasiado vieja como para ir de compras.

Muchas marcas de moda buscan un negocio más sustentabl­e

El crecimient­o de Costco llega en un momento de crisis para la industria

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