LA NACION

Andrea Riccardi. “El mundo debe colorearse de varias lenguas”

El presidente de la Sociedad Dante Alighieri anticipa el congreso que se hará en Buenos Aires; la “batalla cultural” por el italiano

- Texto Elisabetta Piqué Correspons­al en Italia

El Palazzo di Firenze, en la homónima plaza del centro histórico de esta capital, construido hace cinco siglos, es impresiona­nte. Perteneció a diversas familias nobles, entre las cuales figuran los Medici de Florencia; funcionó como Ministerio de Justicia, y, desde 1926, alberga el cuartel general de la Sociedad Dante Alighieri. En uno de sus magníficos y elegantes salones, con frescos y techos altos, se encuentra el despacho de su presidente desde 2015, Andrea Riccardi, que se prepara para viajar a la Argentina, donde presidirá el 83er. Congreso Internacio­nal de la Dante, que se realizará por primera vez fuera de Europa, en Buenos Aires, entre hoy y pasado mañana, en la Universida­d Católica Argentina.

Fundador, en 1968, de la Comunidad de San Egidio –movimiento católico laico muy activo en la resolución de conflictos, el diálogo interrelig­ioso, y la ayuda a refugiados y pobres–, historiado­r, intelectua­l, exministro y autor de decenas de libros, en una entrevista con la nacion Riccardi admitió que es legítimo preguntars­e “¿qué le está pasando a la humanidad italiana?” en este momento que vive Italia, con políticas de puertos cerrados y rechazo a los inmigrante­s. Y destacó la necesidad urgente de reforzar la cultura y la civilizaci­ón italianas, que no se defienden con los muros.

–¿Por qué la Dante eligió hacer este congreso en la Argentina?

–Porque la Dante, que cumple 130 años, está muy radicada en la Argentina, donde hay cien comités con años de historia. Por eso decidí que debíamos hacer este congreso fuera de Europa y en la Argentina. Además, porque existe una relación única de la Argentina, no diría solo con Italia, sino con los italianos. Hay muchos italianos en Estados Unidos, pero es otra historia. Por eso elegí como título “El italiano nos une” y con una gran pregunta: ¿qué es el italiano en el mundo global?

–¿Cómo se responde a eso?

–En cierto sentido, el italiano fue la lengua de la nostalgia de los orígenes propios, y en este sentido los italianos tienen raíces no solo en Italia, sino también en las regiones. Pero hoy me parece que en el mundo global hay un pasaje de la nostalgia a la simpatía. Muchos quieren aprender italiano porque le tienen simpatía a Italia, a su cultura, su comida, su vivir, el cine, el arte, el teatro, el producto italiano, la ópera...

–¿Hay espacio para el italiano en el mundo global?

–Yo creo que sí, porque si este mundo global no quiere sor todo gris o de un solo color, debe colorearse de varias lenguas. Porque una lengua significa una cultura, significa un humanismo.

–¿Cómo repercutió la crisis económica en la Dante?

–Aunque las sedes de la Dante se autofinanc­ian porque nosotros somos como una gran confederac­ión, es verdad que sí, hubo una crisis muy fuerte. El financiami­ento había sido reducido a la nada, por lo que nos encontramo­s en dificultad. Pero gracias al gobierno anterior, a quien le dije claramente que si querían cerrábamos, se ha abierto un flujo de financiami­ento extraordin­ario, en el cual se coloca también este congreso, que es uno de los mayores eventos italianos en el exterior.

–Ante esta demanda de cultura italiana, ¿cómo explica la política del gobierno actual de puertos cerrados y rechazo a la inmigració­n?

–No soy lingüista. Me interesa la lengua italiana porque quiero a Italia y considero que el italiano es una lengua de paz, de humanismo. Claramente la emigración es la expresión más disruptiva del mundo global. El tema de la invasión de los extranjero­s es una tema que angustia a muchos italianos y a muchos europeos. ¿La solución más simple cuál es? El muro, rechazar. ¿Pero estamos seguros de que las situacione­s más simples son las más justas? Yo no hablo ahora de un punto de vista humano, hablo de un punto de vista económico y político. Italia ha recibido a 48.000 personas en un año, pero Italia ha perdido 300.000 personas de entre 24 y 44 años que se van porque no encuentran trabajo y porque no creen más en este país.

–La famosa fuga de Italia...

–Sí. El problema de Italia hoy no son los inmigrante­s, son los emigrantes.

–¿Cuál es la solución?

–Debemos enfrentar el problema de la inmigració­n de manera humana, pero también respondien­do a los intereses italianos, que son complejos. No podemos decirles no a los refugiados. Es inhumano. Por otro lado, se está creando una psicología de masa por la que los gitanos, los extranjero­s, se vuelven el chivo expiatorio. Muchos chicos extranjero­s son acosados en el autobús por su color de piel. Esta no es Italia.

–Por eso la pregunta de ¿qué le está pasando a la humanidad italiana?

–Es una gran pregunta, pero yo no soy pesimista. Creo que los italianos se darán cuenta de los errores de esta política. Es verdad, mucha gente dice ¿pero dónde está la Italia pacífica, la Italia acogedora, la Italia buena, la Italia que muchos hemos conocido? Hay un uso político del miedo y de la rabia y los gobernante­s deberían reasegurar y no inflar. Y creo que la imagen que queremos dar de Italia es la imagen de una cultura, de una civilizaci­ón y de una humanidad italiana más grande que la política.

–¿Cómo?

–Italia es un puerto, una península, vive de política internacio­nal, vive de intercambi­os. No tenemos que convertirn­os en un país antipático. En este mundo global invasivo, nosotros no tenemos que levantar muros, sino que debemos reforzar la cultura italiana. Nosotros a Italia en el mundo no la defendemos con los muros, sino que la defendemos difundiend­o la cultura italiana y la identidad de su gente. Tenemos que desarrolla­r la cultura, el sentido de pertenenci­a. Por eso la batalla de la Dante es una batalla cultural. Para mí la idea de los muros es tan simple como decir “cierro la puerta con llave”, lástima que el mundo es otra cosa...

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina