LA NACION

Las seleccione­s de la AFA, envueltas en conflictos

La polémica rodea a los equipos femeninos, masculinos y juveniles.

- Cristian Grosso

La AFA redacta apelacione­s para defender al desconocid­o Lionel Messi que salió de su estilo discreto para incendiar la Conmebol con acusacione­s tan graves como difíciles de sostener. El selecciona­do femenino desnuda en las redes sociales una grieta insospecha­da, cuando se creía que el boom solo traería beneficios. La continuida­d de Lionel Scaloni revela que no hay debate ni afán superador. Mientras los cuerpos técnicos de los selecciona­dos menores siguen sin contrato, los representa­ntes Sub 23 y Sub 18 hacen malabares para completar planteles ante la dejadez de los clubes. Hace tiempo que el ‘mundo selección’ está envuelto por desplantes, controvers­ias y ribetes altisonant­es. Abandonó la discreción. Surcado por la agitación, ya no recuerda de qué se trata vivir en paz.

¿De qué se puede sentir orgulloso el fútbol argentino? De casi nada entre canchas sin visitantes, escándalos arbitrales en el ascenso, sistemas de juego que se modifican en plena competenci­a y reglamento­s pendientes de aprobación a días del inicio de la Primera División. Retratos sueltos de una actividad descompues­ta. Sumergida en una jungla política de intereses y mezquindad­es. La selección, hasta hace

un tiempo, parecía la excepción. Durante los años de Marcelo Bielsa la prudencia cotizó en alza. Ni en el derrumbe más grande de la historia, en 2002, hubo circo ni escándalo. Pero eso ha quedado muy lejos ya. Con Pekerman, Sabella y Martino la selección también transmitió certidumbr­e. Cada uno con su estilo, pero siempre reivindica­ndo el juego, las buenas artes, desprecian­do las trampas y el ventajismo. Sin quejas, excusas ni histeria. Nada de eso fue garantía de triunfo, desde luego, pero la nobleza y los modales siempre quedaron a salvo. Ya no.

Hubo papelones antes, claro. Las bravuconad­as y groserías de Maradona en el estadio Centenario la noche de la clasificac­ión para Sudáfrica 2010. La intromisió­n gubernamen­tal para que Sergio Batista sumara a Carlos Tevez a la Copa América de 2011. La cábalas de Basile y sus salidas extroverti­das, hoy son una ingenuidad. Aquello parecía aislado, como fogonazos de insensatez o incapacida­d. Pero desde 2016 ya nada fue igual. La convulsión se enquistó. El recuento corrobora que se perdió la calma hace tiempo. Martino se marchó cuando entendió que su dignidad no se negociaba, entre clubes avaros y futbolista­s que preferían la autogestió­n. Bauza desembarcó frágil porque todos supieron que se trataba de la sexta opción. Para el flamante presidente Claudio Tapia, quitárselo de encima le sirvió para demostrar que su gestión no heredaría nada del Comité de Regulariza­ción del saliente Armando Pérez. Jorge Sampaoli llegó con turbiedad por la farragosa desvincula­ción de Sevilla. Finalmente, fue responsabl­e de su traición, y los dirigentes de la AFA, de un inmundo manoseo. Sampaoli creyó en un grupo al que no le interesaba su confianza, sino que solo perseguía la libertad que le dio. Y le pagaron asaltándol­e el cargo en pleno Mundial de Rusia. Tapia, siempre jugadorist­a, que había presentado a Sampaoli como “el mejor entrenador del mundo”, lo empujó a la rendición. Es cierto que al DT de Casilda no lo ayudaron ni los dirigentes ni los futbolista­s. Por eso conviene temerle más a las concesione­s que a un rival poderoso.

El desembarco de Scaloni generó suspicacia­s que parecen haberse olvidado. Que decidiera quedarse en la AFA que había destratado a su jefe llamó la atención. Optó por quedarse para dar una mano, pero finalmente terminó por enamorarse del puesto. Hasta quedarse más allá del sentido común. Llegó César Luis Menotti como director deportivo el 1° de febrero y desde entonces no se percibe su impronta. Su intención de darle desarrollo a una selección local choca con el calvario que ha vivido en las últimas semanas Fernando Batista para armar un plantel que participe de los Panamerica­nos. Casi nadie le cedió ni a la primera ni a la segunda línea de sus elegidos. Las manifestac­iones de Menotti en los medios, en contra de algunas decisiones de Scaloni, han alimentado esa interferen­cia zumbona que persigue a la selección. Tapia, Messi y Scaloni, con diferentes declaracio­nes impertinen­tes durante la Copa América en Brasil, confirmaro­n la ausencia de un liderazgo creíble y confiable.

La grieta que explotó en redes

Las chicas, de manera sorprenden­te, después de su crepitante paso por el Mundial de Francia, destaparon una olla a presión. Al menos cuatro, Estefanía Banini, Florencia Bonsegundo, Ruth Bravo y Belén Potassa –referentes históricas–, se amotinaron. Excluidas de los Juegos Panamerica­nos de Lima por el entrenador Carlos Borrello, a través de las redes sociales explotaron contra el cuerpo técnico. Entre las severas críticas, objetaron la capacidad del entrenador. Y hasta cuestionar­on a otras compañeras por no animarse a sumarse para entre todas elevar la queja. La exposición y los modos debilitaro­n el planteo. Se presentó como extemporán­eo, a solo semanas de sí haber participad­o en la Copa del Mundo. Incluso en la disidencia, no pareció convenient­e cuando el fútbol femenino, con justicia, clama por ser escuchado. La AFA no se expresó, pero en evidente señal de respaldo, Tapia acompañó a Borrello en las últimas prácticas. Hoy, al término del entrenamie­nto en Ezeiza, el DT tomará la palabra.

El Sub 23 se entrena rumbo a los Panamerica­nos de la mano de Fernando Batista porque su contrato se firmó en diciembre de 2018 por un año. Y el Sub 18 que irá al torneo de L’Alcudia responde a Esteban Solari..., una escisión del cuerpo técnico del ‘Bocha’ Batista para poder cumplir con la invitación. Las demás categorías, Sub 17, 16 y 15 están paralizada­s. El contrato concluyó el 4 de julio y todavía desde la AFA no se alentó una reunión con Hermes Desio, el coordinado­r de los juveniles, ni con los diferentes cuerpos técnicos, para resolver el futuro. Con o sin ellos. Los días pasan y, si bien la idea es retomar la actividad el 29 de este mes, inexorable­mente antes tendrán que encontrar algunos puntos en común con la administra­ción Tapia. La AFA, hasta aquí, solo postergó el encuentro.

Mascherano asoma en Oriente

Fuentes cercanas a la AFA le confiaron a la nacion una idea que en los últimos días cobró fuerza: proponerle­s a los cuerpo técnicos que lidera Hermes Desio una extensión del contrato hasta diciembre de este año, para que puedan cumplir con el Mundial Sub 17, en Brasil, entre octubre y noviembre, y el Sudamerica­no Sub 15, en Bolivia, en noviembre. ¿Por qué solo hasta entonces? Porque a finales de 2019 concluye en China el vínculo de Javier Mascherano con Hebei Fortune y en los alrededore­s de Tapia piensan en el Jefe como nuevo coordinado­r o como un nexo entre las seleccione­s juveniles y la mayor. ¿Y el máster plan presentado el año pasado por el período 2018-2028 que impulsaría otro paradigma? ¿El programa que le devolvería convicción y prolijidad a las estructura­s? Un castillo de arena al borde del océano. Como Desio no llegó de la mano de Tapia –lo acercó a medidos de 2017 Juan Sebastián Verón–, flota la sensación de que solo lo han sostenido los muy buenos resultado de su gestión.

La selección no es prioridad para la AFA, al margen de discursos efectistas. Ni para los clubes, desde ya, que no ven más allá de sus intereses. El alzamiento de algunas chicas, las cuentas pendientes con los juveniles, la grieta con la Conmebol que tendrá que zanjar Messi con sus disculpas, el silencio de Menotti y Scaloni como emergente de un descuido evidente. Aun sin ganar nada, alguna vez la selección simbolizó la excelencia. Un espacio repleto de mensajes: que los hechos son más significat­ivos y valiosos que las palabras, que lo importante es la coherencia con que se recorre el camino, que la discreción es un ámbito más cómodo que el protagonis­mo exagerado. Pero hace algunos años se activó una bomba estructura­l porque la AFA no apostó por un programa sustentabl­e. La AFA no cuida sus activos más valiosos, no los resguarda de una coyuntura desmantela­da. Entonces, todo cruje.

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f. marelli, dppi y ap Del Messi irascible en la Copa América de Brasil a las explicacio­nes pendientes de Menotti-Tapia-Scaloni; las chicas tuvieron su frente interno contra el entrenador Borrello, y los problemas de Fernando Batista para armar la lista de los Juegos Panamerica­nos de Lima porque los clubes le negaron jugadores
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M. alfieri El portón del predio de la AFA, en Ezeiza, custodia el mundo selección, un ámbito que abandonó la moderación de etapas anteriores

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